La RFEF (federación española de fútbol) defendió a Luis Rubiales, calificando el beso como "mutuo" y denunciando campañas injustas. La federación incluso amenazó con emprender acciones legales contra Jennifer Hermoso y la Asociación de Futbolistas Profesionales de España (FUTPRO).

Además, la RFEF argumentó que las jugadoras tienen la obligación de participar en los partidos si son convocadas, a raíz de las declaraciones de Hermoso y otras futbolistas que anunciaron que no jugarían para España hasta que Rubiales fuera destituido.

La situación se intensificó cuando la FIFA suspendió provisionalmente a Rubiales de todas las actividades relacionadas con el fútbol, citando la violación de las reglas básicas de conducta decente del juego. La controversia continúa sin resolverse, dejando al mundo del fútbol español en estado latente y expectante sobre el desenlace de esta disputa.