Muchos hinchas de San Martín enojados por el partido que se jugó anoche, se agolparon frente al vestuario local para pedir explicaciones de lo que había sucedido en este juego, pero sobre todo por una campaña que nunca terminó de cuadrar.

El escandaloso arbitraje de Diego Ceballos les dio la razón a quienes vaticinaban una noche vergonzosa: Caruso Lombardi lo había anunciado y la designación del mamarracho que, entre tantos papelones, le robó a Central una final contra Boca, terminaron de prender fuego un clima insoportable.

Al ver que los reclamos se hacían sentir cada vez con más fuerza; al final el partido terminó convertido en un conventillo en el que la gente arrojó de todo al campo de juego, se dedicaron a pelearselos y efectivos policiales debieron reforzar la seguridad en la zona del estacionamiento.

Con sus escudos y con caballos, avanzaron en contra de los hinchas a los que desplazaron hacia fuera del estadio. Para dispersar la multitud, realizaron disparos con balas de goma, que desataron corridas en las inmediaciones de La Ciudadela.

Al final, detrás de las gradas y en la zona de vestuarios, la furia de los hinchas terminó mal orientada, agrediendo a periodistas, entre ellos nuestro compañero Alejandro Condorí, quien no hacía otra cosa que informar lo que sucedía, como lo hace cada vez que juega un equipo tucumano.