Guillermo Roberto Amaya fue encontrado culpable del delito de homicidio simple en calidad de autor en perjuicio de la víctima, Lucas Eduardo Navarro, de 16 años, quien fue ultimado a puñaladas el 21 de diciembre de 2021 en pasaje Díaz Vélez al 1800. 

En una audiencia de juicio abreviado, la Unidad Fiscal de Homicidios II, conducida por Carlos Sale, y la defensa técnica, con el consentimiento de los familiares de la víctima, acordaron la pena de 10 años de prisión de cumplimiento efectivo, que fue admitida por el juez actuante quien mencionó que estaban cumplidos los requisitos legales para declarar la admisibilidad del convenio.

Por autorización expresa del titular, la auxiliar de fiscal, Luz Becerra, esgrimió el hecho atribuido (ver abajo) y relató las evidencias probatorias que ligan al imputado y su participación. Seguidamente, la investigadora se refirió a la calificación legal de la conducta (homicidio simple, en calidad de autor) y la pena solicitada.  

Una prenda de vestir permitió identificar el ADN de la víctima

Entre las evidencias reunidas se detalló el sumario de la División de Homicidios y la intervención en el lugar por parte del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) donde personal de Química Legal procedió al levantamiento, mediante hisopado, de manchas pardo rojiza encontradas en el lugar y el secuestro de una prenda de vestir, que resultó clave, debido a la existencia de rastros de sangre humana en la misma y de ADN que coincidían con el de la víctima.

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“Esta prueba es más que suficiente para sostener la existencia del hecho de sangre y la responsabilidad”, expuso el juez interviniente en la audiencia. También fueron determinantes las declaraciones de testimoniales, entre ellas, de una testigo presencial. 

La acusación

Alrededor de las 23:20 horas del martes 21 de diciembre de 2021, en pasaje Díaz Vélez al 1800, Navarro se encontraba en la vereda de un negocio de bebidas. Mientras estaba ahí sentado, pasó Amaya con su pareja, y en ese momento ambos masculinos mantuvieron una discusión que desencadenó en una pelea.

Con clara intención de causarle la muerte a Navarro, el agresor extrajo un arma blanca con la cual le produjo cuatro heridas punzocortantes siendo trasladado al policlínico de San Cayetano donde ingresó sin vida. Por su parte, Amaya se dio a la fuga con el arma utilizada siendo luego aprehendido por personal policial.