Pruebas de toxicología y alcoholemia complican a Zarlenga
Este lunes por la tarde se han conocido los resultados de las pruebas toxicológica y de alcoholemia que se le realizaron al golfista Armando Zarlenga tras el siniestro vial de hace una semana en la avenida Mate de Luna, donde chocó y mató a dos rondines.
Según ha podido saber Los Primeros, el conductor tenía cocaína en su organismo y 2.44 grs. de alcohol en sangre al momento del siniestro vial, lo que complica su situación procesal.
"Lo acusaremos por Homicidio con Dolo Eventual, ART. 79 del Código Penal", comentó el abogado Jorge Lobo Aragón, representante del padre de la víctima, Joaquín Frank.
La defensa cuestiona los exámenes
Los defensores del acusado Ernesto Baaclini y Camilo Atim impugnaron la prueba y pidieron una aclaratoria. Según explicaron, no hay una apreciación sobre la cantidad de metabolitos de cocaína que fue encontrada. “Una persona que consume hojas de coca puede dar positivo, pero eso no significa que sea un consumidor de esa sustancia. Por eso pedimos la aclaratoria”, indicaron.
El accidente ocurrió cerca de las 4 de la mañana del lunes 24 de abril. Al parecer, los dos jóvenes a bordo de la moto, que trabajaban como agentes de una empresa de seguridad privada, se incorporaron a la avenida Mate de la Luna desde el pasaje República y fue entonces cuando Zerlanga los embistió a toda velocidad, casi sin reaccionar.
El impacto fue tal que uno de los dos atropellados quedó atrapado debajo de la carrocería de la camioneta y que el asiento de cuero de la moto quedó incrustado en la parrilla delantera del vehículo conducido por el golfista. En el choque también falleció Maximiliano Joaquín Saldaño.
La justicia determinó que el conductor quede bajo prisión preventiva por 45 días pero no pudo ser alojado en el penal de Villa Urquiza por falta de cupo. Cumple con la medida judicial en la comisaría seccional tercera.
Los testimonios de aquella trágica madrugada
La figura de "homicidio simple con dolo eventual" se aplica cuando, para la Justicia, una persona tuvo que haberse representado que, al realizar una determinada acción, podría ocasionarle la muerte a alguien y, pese a prever ese posible resultado, continuó con su accionar y no hizo nada para evitarlo.
