El menú del casamiento de Lanata y Marcovecchio

El periodista y la abogada dieron el sí el sábado por la noche. Entre los detalles de la glamorosa boda destacaron la comida y los elegantes trajes de la pareja
domingo 24 de abril de 2022
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La boda de Jorge Lanata con Elba Marcovecchio en Exaltación de la Cruz, este sábado por la noche, fue el evento social -¿y periodístico?- más impactante de este fin de semana. Los novios dieron el sí en la antesala de una glamorosa celebración que tuvo un sinfín de invitados famosos. Entre los detalles que hicieron esa noche inolvidable, destacan el menú en cinco pasos con maridaje de vinos y la indumentaria de la pareja, en la que imperó, radiante, el color blanco.

Fueron 150 los invitados que disfrutaron primero de la ceremonia nupcial que unió al periodista, de 61 años y a la abogada, de 44, y luego de la fiesta, que fue organizada por los propios novios, quienes decidieron prescindir de los servicios de una wedding planner. Aun sin la asistencia de una especialista, la pareja diseñó una celebración donde ningún detalle quedó librado al azar. Y se esmeraron, entre otras cosas, en brindar un menú a la altura de las circunstancias.

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La comida en la finca El Doc Haras de Exaltación de la Cruz estuvo a cargo de la empresa Eat Catering y contó con cinco etapas. Dos pasos para las entradas, dos para el plato principal y dos para el postre. Todos ellos regados con diferentes vinos de las mejores bodegas argentinas.

La que dio cuenta en las redes sociales de los pormenores del menú del casamiento de Marcovecchio y Lanata fue la periodista Maru Duffard, que supo trabajar con el conductor de PPT y que, en sus historias de Instagram, subió una imagen de los cinco pasos de la comida servida en la celebración.

El menú de cinco pasos

Estos fueron, entonces, los deliciosos platos que degustaron los invitados a la distinguida fiesta. Y también los novios, por supuesto. Para la entrada, el paso uno consistió en tapaditos de langostinos con alioli de leche de tigre, batatas confit y papas crocantes; el plato fue acompañado por el vino Casa de herrero (cuchillo de palo), un rosado Pinot Noir. El paso dos, en tanto, fue con burrata píccola, carpaccio de remolacha, manzanas, nueces y gremolata de choclo ahumado; el vino, en este caso, fue un Luca, Pinot Noir.

Ya en el menú principal, el paso tres constó de trucha a la parrilla, puré de zucchinis bien cremoso, tomates y huevitos de codorniz; todo maridado con un Chardonnay DV Catena. Luego llegó el cuarto paso, con un gigot de cordero horneado lentamente, con pesto de hierbas frescas, portobellos rellenos, papas Solano y pepitas de granada; otra vez, el vino fue un DV Catena, pero en este caso, un Cabernet Sauvignon Malbec.

Para el final, el postre fue una degustación de diferentes delicias. Aquí hubo un nuevo milenio de chocolate, morena de maracuyá, helado de pistacho y crema de vainilla. Esta vez, el vino elegido fue un Saint Felicien, Semillón Doux.

Luego de la comida, en el casamiento de Lanata y Marcovecchio se sirvió café con bocadillos dulces y más tarde se brindó por la felicidad de la flamante pareja con champagne Veuve Clicquot brut.

Blancos y radiantes

Además del menú, otra de las particularidades de esta boda que rompió el tedio social de este fin de semana fue la ropa que lucieron los novios. Tanto para llegar al altar de la pequeña capilla de la finca, como para asistir a la celebración posterior, ambos eligieron el color blanco, algo que suele ser común para las novias, pero no tanto para el novio.

Así, Elba Marcovecchio lució un sencillo, pero precioso vestido blanco perlado sin mangas y la espalda descubierta con detalles bordados en tul, diseñado por Gino Bogani. “Es maravilloso. Gino es un artista”, contó la abogada poco antes de la boda, cuando también detalló que el diseñador le había confeccionado el vestido “sobre el cuerpo”.

Además, el propio periodista contó en su programa radial que la novia respetó de modo estricto la costumbre de llevar algo azul, algo nuevo y algo prestado.

El novio, por su parte, eligió a la sastrería George para hacerse cargo de su look. Y también optó por el blanco. Al menos, para su saco, que combinó con una camisa del mismo color. Por lo demás, el pantalón, los zapatos, el chaleco, el elegante moño y el pañuelo que completaban su vestuario eran de color negro.

Así, los flamantes cónyuges llevaron un estilo elegante, sin estridencias y sutilmente combinado para vivir su noche inolvidable.

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Fuente: La Nación