Coronavirus: los testeos bajaron un 65% en Argentina

En el país, los testeos para COVID-19 habían batido récords en las primeras semanas de enero si se considera toda la pandemia. Luego, fueron reduciendo.
martes 19 de abril de 2022
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Cuando a fines de enero pasado, la ola por la variante del coronavirus Ómicron BA.1 estaba retrocediendo, ya se empezaron a detectar los primeros casos con otra subvariante. Es la Ómicron BA.2 que generó repuntes de casos de COVID-19 en Asia, Europa y ahora en América del Norte. Hoy en la Argentina solo se encuentra a la subvariante BA.2 en menos del 1% de las muestras de pacientes con COVID-19 según el reporte de abril del Instituto ANLIS/Malbrán. Hay 57 pacientes diagnosticados con BA.2 Sin embargo, como los testeos han bajado el 65% desde la primera semana de marzo y ahora se restringieron para grupos priorizados, existe la posibilidad de que el aumento de la circulación de esa subvariante no sea registrado por el sistema de vigilancia.

Según el ANLIS/Malbrán, la situación de las variantes del coronavirus SARS-CoV-2 se caracteriza actualmente por una circulación exclusiva de la variante Ómicron. Es decir, hoy solo circula Ómicron. Atrás quedaron las variantes como Gamma, que predominó entre marzo y agosto del año pasado, y Delta, que fue la principal entre setiembre y diciembre pasado. Ahora, según los análisis de vigilancia genómica predomina Ómicron BA.1, y hay muy poco de BA.2 al menos en las muestras de pacientes que llegan al instituto que depende del Ministerio de Salud de la Nación.

En la primera semana de marzo de 2022 “la proporción de variante Ómicron en casos sin antecedente de viaje internacional ni relacionados con la importación se sitúa en un 100% implicando que la proporción de variante Delta continuo en descenso” en todo el país, entre las muestras analizadas por secuenciación genómica que hacen los investigadores del ANLIS/Malbrán. “En cuanto a los sublinajes de variante Ómicron se identifica fundamentalmente BA.1 y BA.1.1 mientras que BA.2 representa menos del 0.5% de las muestras secuenciadas”, aclararon en el reporte.

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Desde enero del 2021 hasta el 3 de abril pasado los investigadores analizaron 24.395 muestras para la identificación de variantes de las cuales 14442 fueron estudiadas por secuenciación genómica y 9953 detectadas por rt-PCR (tamizaje). Las muestras incluyen casos confirmados de COVID-19 seleccionados para vigilancia regular de variantes circulantes en población general, o por tratarse de cuadros graves, inusitados, personas vacunadas, casos sospechosos de reinfección y viajeros.

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El primer caso de una persona en la Argentina con el sublinaje BA.2 de Ómicron fue el de un hombre de 62 años con COVID-19 que reside en la ciudad de Buenos Aires. El hombre había vuelto el 12 de enero desde Uruguay y dos días después comenzó a presentar síntomas compatibles con la enfermedad.

En el último reporte que llega hasta el 3 de abril pasado, se informó que hay 57 personas que fueron diagnosticadas con el COVID-19 y que tenían el sublinaje BA.2. Dentro de ese total, 42 residen en Ciudad de Buenos Aires, y 14 de ellos tenían antecedente de viaje.

El resto estaba relacionado con viajeros o se estaba investigando. En tanto, otros 10 pacientes de los 57 diagnosticados con BA.2 eran de provincia de Buenos Aires, tres de Santa Fe, uno de Santa Fe y otro de Tucumán. El lunes pasado, el Ministro de Salud de Córdoba, Diego Cardozo, informó que se habían detectado los primeros casos de pacientes con Ómicron BA.2 en esa jurisdicción.

Más allá de los reportes, existe la posibilidad de que haya más casos de COVID-19 con la subvariante pero que no se estén notificando ni analizando. Consultada por Infobae, Mariana Viegas, investigadora en virología del Conicet en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires y coordinadora del Proyecto País, el consorcio de vigilancia genómica del coronavirus del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, comentó: “En los pocos casos que estamos analizando semana a semana, se detecta Ómicron BA.2 entre el 25% y el 50% de las muestras. Así es el rango por el bajo número de casos que se envían a secuenciar y el intervalo de confianza da amplio”.

Semanas atrás, la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, había advertido que algunos países habían cambiado sus estrategias sobre los test de COVID-19. La reducción en el número de pruebas hace más difícil obtener la imagen completa de las variantes en la región. Por eso, la doctora Etienne pidió que se sigan haciendo pruebas y evitar “entrar en la próxima ola a ciegas”.

Si bien los casos y muertes por COVID-19 han disminuido en la mayoría de los países de América en las últimas semanas, no se puede ignorar el riesgo de nuevos repuntes a medida que se relajan las restricciones. Etienne recordó que “una y otra vez, hemos visto cómo la dinámica de la infección en Europa se refleja aquí, apenas unas semanas después”. Para la primera semana de abril, la variante Ómicron BA.2 ya se ha detectado en el 8,7% de las secuencias notificadas desde Sudamérica.

Los testeos en el país

En la Argentina, los testeos para COVID-19 habían batido récords en las primeras semanas de enero con más de 1,1 millón por semana si se considera toda la pandemia. Luego, se fueron reduciendo. Durante la primera semana de marzo se hicieron 241.029 testeos en el país, según el análisis del doctor en física Jorge Aliaga en base a los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación. En la segunda semana de abril, se hicieron solo 85.087 testeos. Es decir, hubo una disminución del 65% en la cantidad de testeos que se realizan para diagnosticar la infección por el coronavirus.

“La cantidad de testeos sola no indica si la curva del COVID-19 está subiendo o bajando. Se necesita considerar también la positividad -es decir, los casos diagnosticados con la infección- en relación a los testeos. Si los testeos bajan y la positividad se reduce o se mantiene, hay menos casos. Si hay menos testeos y la positividad sube, no hay menos casos”, señaló hoy Aliaga. En provincia de Buenos Aires bajaron los testeos y siguió bajando la positividad. En cambio, en ciudad de Buenos Aires, bajaron los testeos, pero subió la positividad si se tiene en cuenta la fecha de inicio de síntomas de cada persona diagnosticada.

Desde ahora en adelante será más difícil seguir el minuto a minuto del coronavirus y sus subvariantes en el territorio argentino. No se hará testeos en todos los que presenten síntomas. Por consenso con el Consejo Federal de Salud (COFESA), la cartera nacional a cargo de Carla Vizzotti anunció que se priorizará el diagnóstico de COVID-19 en personas mayores de 50 años y con condiciones de riesgo; poblaciones especiales que residan, trabajen o asistan a instituciones carcelarias, instituciones de salud, centros con personas institucionalizadas, y personas que trabajen o presten cuidado a personas vulnerables.

También los testeos se pueden hacer en personas con antecedente de viaje en últimos 14 días a una región en la que esté circulando una variante de interés o de preocupación que no esté circulando en el país; personas con enfermedad grave (internados), o fallecidos y casos inusitados; y en ocasión de la investigación y control de brotes.

¿Qué podría pasar en las próximas semanas?

“El sublinaje Ómicron BA.2 puede aumentar en su circulación en la Argentina, pero no impactaría gravemente como lo han hecho antes otras variantes”, dijo a Infobae Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. “En este momento, en la Argentina se debería seguir aumentando la vigilancia genómica, e implementar estrategias de vacunación contra el COVID-19 para grupos específicos, como inmunocomprometidos”.

También el experto consideró que se debería hace más campaña de comunicación para que las personas vuelvan a los controles médicos y que se acceda a la vacunación en niños y adultos para otras enfermedades porque las coberturas bajaron en el contexto de la pandemia. El descenso de las coberturas de la inmunización “puede llevar al resurgimiento de enfermedades como la infección por la bacteria Haemophilus influenzae”, afirmó Debbag.

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“Ahora es casi imposible cuánto coronavirus circula en la Argentina porque los cambios en los criterios para hacerse los testeos lleva a que menos personas vayan a realizarlos. La situación empeoró aún más por el brote de influenza, ya que todos asumen que no es COVID. Para subsanarlo, se podrían mejorar y hacer públicos los datos de vigilancia del coronavirus en el sistema cloacal y es necesario que se promueva que la población general que no lo ha hecho hasta ahora vaya a aplicarse la primera dosis de refuerzo y los grupos priorizados se apliquen el segundo refuerzo”, opinó el doctor Rodrigo Quiroga, investigador en bioinformática del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba.

Hasta la semana pasada, el 82% de la población argentina tiene el esquema primario completo de dosis. Pero aún había un 30,8% de la población que no había ido a recibir la primera dosis de refuerzo. Según informó a Infobae el Subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, Juan Manuel Castelli, hasta el miércoles de la semana pasada la primera dosis de refuerzo se había aplicado en 16.754.328 personas en el país. Hay 13.997.424 personas que deberían ir cuanto antes a inmunizarse con la dosis de refuerzo porque ya han pasado más de 120 días desde que recibieron el esquema inicial.