La guerra de Ucrania se extiende a Serbia y Eslovaquia

China entregó sistemas avanzados de misiles a Serbia, que es aliada de Rusia. Es ayuda a Putin. La OTAN hizo lo propio con una defensa misilítica eslovaca
lunes 11 de abril de 2022
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La ofensiva rusa en el Donbás tiene su punto más fuerte dentro del propio territorio ruso. A través de la autopista M4 que corre en forma paralela a la frontera y une las ciudades rusas de Voronez y Rostov, se armó la nueva línea de abastecimiento tras el fracaso en el avance sobre Kiev desde Bielorrusia. Y entre la M4 y la frontera, que en algunas zonas es una franja de pocos kilómetros, se levantaron baterías de lanzamiento de misiles y bombas. Desde allí lanzarán la mayor ofensiva para quedarse con el Este ruso.

También se están moviendo otras piezas de los aliados de uno y otro bando. La jugada más preocupante la protagonizó China. De acuerdo a un informe especial de la agencia AP, seis aviones de transporte Y-20 de la Fuerza Aérea China aterrizaron en el aeropuerto civil de Belgrado a primera hora del sábado transportando un número no determinado de sistemas de misiles tierra-aire HQ-22 para el ejército serbio. Serbia es aliada de Rusia y los analistas militares creen que esos sistemas de misiles podrían ser transferidos a Rusia para ser desplegados en la frontera ruso-ucraniana.

Del otro lado, también hay movimiento de armas. El primer ministro de Eslovaquia, Eduard Heger, confirmó el envío de su sistema de defensa antiaérea S-300 a Ucrania. Es el segundo país de la OTAN que se atreve a hacer pública la entrega de armas a Ucrania después de que la República Checa asegurara que enviaría tanques. El S-300 es un sistema de misiles tierra-aire de largo alcance de la era soviética que puede derribar misiles de crucero y aviones y puede alcanzar objetivos que se encuentren hasta a 140 kilómetros de distancia. Se lo considera uno de los sistemas de misiles antiaéreos más potentes y está en el arsenal de tres países de la OTAN: Eslovaquia, Bulgaria y Grecia.

Estado de la guerra

En el teatro de guerra más específico, todo está concentrado en el Este ucraniano y allí se librará la batalla que determinará tres posibles vías para los próximos días/meses: Putin se queda con el Donbás y crea, de facto, una Ucrania del Este, se declara victorioso y termina con la guerra; Putin se siente victorioso y una vez que conquiste el Donbás reagrupará sus fuerzas para ir, finalmente, sobre Kyiv; la campaña en el Este se empantana como ocurrió en el norte y Putin es obligado a ir debilitado a una mesa de negociaciones por agotamiento de las tropas y municiones, Ucrania logra una salida decorosa de la guerra con el ingreso a la Unión Europea como premio.

Todos los informes de inteligencia militar confirman que Rusia está moviendo cientos de vehículos militares, incluyendo unidades de apoyo de infantería y helicópteros de combate al este de Ucrania en preparación para la nueva fase de la guerra que ya entró en la séptima semana. El lunes aparecieron imágenes satelitales que muestran una larga columna de vehículos militares rusos moviéndose a través de la ciudad oriental de Velykyi Burluk (a unos 40 km de la frontera rusa) hacia la ciudad de Izium. El convoy tiene varios kilómetros de largo. Las unidades están destinadas a apoyar a la infantería y cubrir el ataque de los helicópteros.

Un funcionario estadounidense informó a los periodistas acreditados en el Pentágono que los rusos también están enviando más artillería al suroeste de Donetsk, en la región de Donbás, en el este de Ucrania, donde se encuentran las fuerzas de los separatistas respaldados por Rusia que combaten allí desde 2014. “Es una clara evidencia de que los rusos están jugando todos sus activos en el Donbás. Y que están dispuestos a conquistar esta región con bombardeos masivos y sumamente destructivos”, explicó el alto funcionario del Pentágono.

Desde que cambió el foco de la guerra, tras el fracaso en la toma de Kyiv, Rusia acumuló diez batallones más en el Este, pasó de 30 a 40. Son unos 40.000 soldados en total que ya estaban en el frente, así como tropas frescas que están llegando a través de Crimea. Moscú retiró otros 40.000 soldados del norte de Ucrania para rearmarlos y reabastecerlos en Rusia y Bielorrusia y trasladarlos al Este en las próximas semanas. También se espera la llegada de unos 20.000 combatientes sirios que ya lucharon junto a los rusos en la guerra civil de su país y que vienen de un entrenamiento de tres semanas en algún lugar del territorio ruso.

A diferencia de lo que sucedió en el norte y las zonas aledañas de Kyiv, donde las tropas enviadas por Putin tuvieron que retirarse tras sufrir una enorme cantidad de bajas y evidenciar sus graves falencias de abastecimiento, el terreno en el que se desarrolla ahora la campaña es mucho más favorable para los movimientos de tropas, vehículos pesados y tanques rusos. También están más cerca de las líneas de suministro en territorio ruso y un espacio de batalla más estrecho. Por sobre todo, las fuerzas de ocupación pueden tener una retaguardia muy próxima, dentro de las fronteras rusas, y también atacar desde allí a los ucranianos. El jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, general Mark Milley, dijo el jueves ante el Comité de Servicios Armados del Senado en Washington que “el terreno es ahora mucho más abierto y se presta a operaciones ofensivas mecanizadas blindadas en ambos lados”. El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo a los miembros de la OTAN que “la batalla por Donbás les recordará a la Segunda Guerra Mundial”.

Aunque hay que tener en cuenta que no sólo hay un agotamiento marcado en las tropas tanto rusas como ucranianas, sino que necesitan armamento nuevo más adecuado a las necesidades de esta fase de la guerra. Es por eso que los movimientos armamentistas de las últimas horas son cruciales y pueden torcer el rumbo del conflicto. Cualquier error, accidente o cálculo falso en la entrega de estas armas puede encender la mecha de otros escenarios bélicos.

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Fuente: Infobae