Con 7 años y cáncer cerebral, vende pulseras en el hospital

La nena es de San Juan y las durísimas sesiones de quimioterapia la obligan a internaciones permanentes. Su humilde casa fue dañada por el terremoto.
jueves 07 de abril de 2022

Serenity Flores tiene apenas 7 años, proviene de una familia humilde de San Juan y pelea por su vida: sufre un tumor cancerígeno en la cabeza y los tratamientos la obligan a internaciones permanentes. En una de sus tantas estadías en el hospital, la nena descubrió un pasatiempo que le revitalizó el ánimo y le ofrece motivos para sonreír: fabrica pulseritas para vender entre los médicos, enfermeros y quienes quieran ayudarla.

La chiquita tuvo una recaída con náuseas y mareos tras la últimas sesiones de quimioterapia. “Estaba muy flaquita. No llegaba a los 13 kilos y no iba a poder resistir el tratamiento. Todo lo que comía lo vomitaba”, le cuenta a TN su mamá, Carina Rodríguez.

Serenity, entonces, visitó el Hospital Rawson y hoy atraviesa su enésima internación en el sector Oncología Pediátrica. “Ella misma me dijo ‘mami, llevame a que me pongan la sonda’. La trajimos y automáticamente le dieron una cama. Son muy agresivas las drogas que le dan”, señala la mujer.

Desde bebé, la chiquita sufrió dolores de cabeza, decaimiento y baja cantidad de glóbulos blancos, pero pasó años sin recibir un diagnóstico certero. “Nos decían que en su sangre había un bichito que se despertaba cuando le bajaban las defensas, pero no nos decían que ese bichito era el cáncer”, retrata Rodríguez.

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El diagnóstico de Serenity, un golpe durísimo para la familia: “Nunca pensé que me iban a decir que era cáncer”


El 20 de junio del año pasado, Serenity se cayó de un columpio y se golpeó la cabeza. No paraba de vomitar y debieron llevarla al hospital. Después, una serie de estudios determinaron el peor diagnóstico: cáncer en grado 4 entre el cerebro y el cerebelo.

“Fue un golpe de nocaut para mí”, dice Rodríguez. Y continúa: “La traje porque se sentía muy mal. Le molestaba la luz, el ruido de los teléfonos. Todo le hacía doler la cabeza”.

Según la mamá, a Serenity habían llegado a diagnosticarle erróneamente celiaquía, y por eso se permite valorar “que por fin se haya descubierto cuál era el mal”. Sin embargo, acota: “Nunca pensé que me iban a decir que era cáncer”.

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Los médicos observaron que la nena padecía un tumor más grande que su cerebelo, que era muy agresivo, crecía rápidamente y las posibilidades de frenarlo se acortaban. En septiembre, decidieron operarla.

“Le sacaron el 80 por ciento del tumor. No se lo sacaron todo porque, según dijeron, iba a crecer de vuelta y era una intervención de mucho riesgo. Había posibilidades de que quedara en una silla de ruedas”, detalla Rodríguez.

Desde entonces, Serenity comenzó con sesiones de quimioterapia: se aplica tres en una semana, lo cual requiere internación, y luego descansa 21 días. Si sufre recaídas, como ahora, también debe visitar el sector de Oncología Pediátrica del Rawson. La nena, en síntesis, suele pasar mucho tiempo en el hospital.

Serenity, la pequeña guerrera que fabrica pulseras y sueña con una casa digna


Una tarde, una tía visitó a Serenity y le llevó de regalo un kit de perlitas. La pequeña guerrera, animada por los médicos y enfermeros que la atienden, empezó a combinar colores y texturas y comenzó a fabricar pulseritas. “Yo te compro, tenés que ponerte Mercado Pago”, le decían.

El caso de Serenity conmovió a San Juan y despertó distintas muestras de solidaridad entre los vecinos de la ciudad, porque la historia de la nena encierra otro drama: el terremoto que azotó a la provincia en enero de 2021 dañó su humilde casa en Pocito Norte, donde la nena vive con sus hermanos Triniti (9), Gustavo (18) y Enzo (19), y su papá, José Luis, empleado de la Municipalidad de Rawson y principal sostén de la familia.

“Se hundieron las paredes y las lluvias nos terminaron de arruinar la casa. Cuando hay un temblor, se mueve todo. El último fue hace dos días”, cuenta Rodríguez.

Por eso, distintas campañas solidarias comenzaron a pedir una vivienda digna para la nena, que semanas atrás debió ser rescatada por bomberos tras una inundación. “Hubo una creciente, el agua de la lluvia venía con cloaca y se nos metió adentro. No se puede vivir así”, implora la mamá. “Ojalá la historia de Serenity llegue a ojos del Presidente”, pide.

A raíz de la internación de la nena en una clínica privada durante el año pasado, la familia contrajo una deuda de 181 mil pesos a la que intenta hacer frente a través de rifas solidarias. “Solo queremos que nos ayuden a que mi hija pueda tener una casa digna para seguir peleando contra su enfermedad. Las únicas muestras de apoyo que recibimos vienen de gente solidaria de San Juan”.  
El caso de Serenity despertó distintas muestras de solidaridad entre los vecinos de San Juan.

“También estoy rabiando con la obra social por los remedios de mi hija. Cuando uno es pobre, todo cuesta mucho más”, subraya Rodríguez, y aclara que el Estado asistió a la nena “con la válvula que tiene en la cabecita”.

Serenity, 7 años y tres cirugías en la cabeza, es el orgullo de su familia: “No sabés la voluntad y la garra que tiene. Me dice ‘mamá, yo no me quiero morir, le vamos a ganar’. También me pide perdón por ‘ser así', por tener esta enfermedad. Y eso me duele en el alma”.

Para colaborar con Serenity:

CBU: 0000003100050889503002

Alias: Serenityguerrera

O comunicarse al 2646 216520.

Fuente: TN