Cumbre de la OTAN: los aliados estrechan el cerco a Rusia

El organismo aumentará la presencia militar en cuatro países de su flanco este; Biden prometió una respuesta de la alianza si Putin recurre a las armas química.
viernes 25 de marzo de 2022
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Occidente protagonizó este jueves un maratón diplomático destinado a ratificar la inquebrantable determinación de transformar a Rusia, y sobre todo a su presidente, Vladimir Putin, en un auténtico paria de la comunidad internacional. En tres reuniones sucesivas en Bruselas, los miembros de la OTAN, del G7 y de la Unión Europea (UE), ampliaron sanciones contra Moscú, aumentaron la ayuda a Ucrania y fortalecieron la presencia en el flanco este de la Alianza Atlántica.

Vladimir Putin “apostaba a la división de la OTAN” lanzando la invasión de Ucrania, pero la OTAN “nunca estuvo más unida que hoy”, declaró en Bruselas el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, después de asistir a las reuniones de la Alianza y del G-7.

“Putin pensaba que no podríamos mantener esta cohesión. Y bien, consiguió exactamente lo contrario”, agregó Biden después de asistir a las reuniones de la Alianza y del G-7 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Japón, Italia, Francia y Gran Bretaña).

En la primera cumbre de la jornada, los 30 países de la Alianza Atlántica acordaron reforzar su flanco este, con cuatro grupos tácticos suplementarios, esta vez en Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria. Unos 100.000 soldados estadounidenses se estacionan en este momento en suelo europeo.

La OTAN tiene unos 40.000 bajo su comando en el flanco este. La organización también anunció su decisión de entregar a sus hombres equipos de protección contra las armas bacteriológicas, nucleares y químicas. En caso de utilización por parte de Moscú de ese tipo de armamento, Biden prometió una respuesta de la alianza.

“Responderemos si Putin las utiliza (las armas químicas). La naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del ataque”, dijo, sin otros detalles. Biden también anunció que Estados Unidos acogería hasta a 100.000 refugiados ucranianos, y que entregaría 1000 millones de dólares en ayuda humanitaria, que se sumarían a otros 500 de la UE.

Invitado a participar en la cumbre del G-7 en videoconferencia, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, calificó de “amenaza perfectamente real” la utilización de armas químicas por parte de Moscú. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, se negó a precisar si los aliados de la OTAN definieron “líneas rojas” en la guerra, susceptibles de desencadenar la intervención de la alianza: “Quiero ser muy prudente en este terreno. Creo que la discreción es más eficaz”, afirmó.

Más armas para Kiev

Los 30 países de la organización acordaron asimismo “intensificar” sus esfuerzos para evitar una escalada del conflicto en Ucrania, a la cual continuarán proveyendo armas defensivas, sin dejarse arrastrar a una guerra contra Rusia, explicó Macron.

Los dirigentes del G-7 decidieron, por su parte, adoptar nuevas sanciones contra Rusia. Entre ellas, impedir que Moscú utilice sus reservas en oro para sostener el rublo y evitar por todos los medios técnicos y políticos que el Banco Central ruso eluda las sanciones aplicadas. Estados Unidos congeló los haberes de 328 diputados rusos y de 48 grandes empresas de defensa rusas. La Casa Blanca también propuso la exclusión de Rusia del G-20.

El G-7 se declaró asimismo dispuesto a adoptar “nuevas sanciones” si fuera necesario, sobre todo en caso de utilización de armas prohibidas “o material conexo”, recordando a Rusia sus obligaciones “en virtud de los tratados internacionales que firmó y que nos protegen a todos”.

Los siete dirigentes aseguraron que “no ahorrarán esfuerzos” para que Putin y quienes lo apoyan, entre ellos el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, “rindan cuentas” por la invasión.

A su vez, Macron propuso un plan de urgencia para la seguridad alimentaria mundial con el fin de hacer frente al riesgo de hambruna provocada por la ruptura en la cadena de distribución de granos, tanto de Rusia como de Ucrania.

En la tercera cumbre de la jornada, del Consejo Europeo con la participación excepcional de Biden, los dirigentes de los 27 países del bloque debían analizar la complicada situación energética, estudiando varias pistas para evitar el desabastecimiento y la explosión de precios. Una de ellas sería agrupar las compras de gas, como lo hicieron con las vacunas contra el Covid. Otra sería fijar un precio límite a los proveedores. Ninguna alternativa es fácil, teniendo en cuenta que hay ciertos países cuya dependencia del gas ruso alcanza el ciento por ciento.

Fuente: La Nación