Una oficial de policía maltrató a un chico con autismo

La agente habría intentado bajar al niño del premetro porque estaba gritando pero fue increpada por otros pasajeros; cómo actuar ante estas situaciones
jueves 24 de marzo de 2022
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La escena transcurrió en el premetro. Una oficial de la Policía de la Ciudad le pide a un chico, que aparentemente está gritando, que se tranquilice. Se lo pide a los gritos. Lejos de tranquilizarse, el chico reacciona todavía más alterado. En el video, que filmó la periodista Carolina Villalba y luego subió a su cuenta de Twitter, también puede apreciarse a otros pasajeros increpando a la oficial, tratando de explicarle lo que para ellos era obvio pero que ella no pudo apreciar: que el chico tenía autismo.

Si ya de por sí son numerosas las barreras que pone la sociedad para ser empática e inclusiva con las personas con discapacidad, el escaso conocimiento que, muchas veces, se tiene sobre el autismo dificulta el panorama todavía más. ¿Qué aspectos del entorno los afectan? ¿Cómo interceder ante una crisis? ¿Qué hacer y qué no hacer en estas situaciones? Ante todo, es fundamental conocer las principales características de esta condición del desarrollo que acompaña a la persona a lo largo de su vida.

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“Una de las cosas que hay que entender es que las personas que se ubican dentro del espectro autista tienen dificultades en torno a la decodificación de códigos sociales. Por lo tanto, muchas están aprendiendo a moverse en el mundo y necesitan acompañamiento porque la vía pública no tiene una accesibilidad universal”, explica Matías Cadaveira, psicólogo especializado en autismo (UBA).

El especialista remarca que estas personas cargan con mucha exigencia para poder “encajar”. “La sobrecarga sensorial que enfrentan es inmensa. Por ejemplo, en el transporte, tenemos alarmas en los subtes, bocinas cuando se van a cerrar las puertas, etc. Y ellos van acumulando esta sobrecarga a diario: en la escuela cuando son chicos, más todo lo que se le exige dentro el entorno familiar, más las terapias que realizan, más la vía pública”, enumera Cadaveira, también director de Casa Abanico, un espacio orientado a promover la inclusión de las personas que se encuentran dentro del espectro autista.

 
Tanta sobrecarga puede, en ocasiones, derivar en situaciones de crisis. En este sentido, el experto considera que es mucho lo que la ciudadanía puede hacer.

Algunas recomendaciones:

En principio no juzgar y dar espacio a la posibilidad de que esa persona tenga una discapacidad o algún tipo de condición por la que requiere de la ayuda de los demás.
Acercarse con conciencia y respeto, y preguntar si necesita ayuda.
Hablar con lenguaje sencillo y accesible.
Ponerse a la altura de la otra persona.
A veces, solo se trata de acompañar sin estímulo verbal.
Ofrecer un espacio seguro y calmo, sin estímulos excesivos.
Evitar el contacto físico, excepto que uno sea parte del entorno de confianza de esa personal.
“Lamentablemente, muchas veces, las personas que tienen que cuidarnos, como la policía, no cuentan con el conocimiento suficiente para enfrentar estas situaciones. En otros países, se han dado casos en los que los oficiales terminan disparándole a personas con autismo que claramente se encontraban atravesando una crisis”, se lamenta Cadaveira.

En ese sentido, el psicólogo, comunicador y divulgador, celebra iniciativas como las de la provincia de Córdoba, que cuenta con una ley que obliga a todas las instancias del Estado a capacitarse en la materia. La ley Córdoba Inclusiva surgió por iniciativa de la diputada Natalia de la Sota junto a la Fundación Familias CEA Córdoba. “Sería necesario que, a nivel país, todas las instancias del Estado se capacitaran. Pero eso, hasta el día de hoy, no ocurre”, agrega. Y, a acto seguido, aporta ejemplos concretos.

“Algunos organismos avanzan en capacitaciones que no son obligatorias. Para peor, lo que suele ocurrir después es que no cuentan con los fondos para hacer la cartelería que debe acompañar esas capacitaciones y la iniciativa se queda a mitad de camino. En el ámbito escolar es clara la desinformación con respecto a estos temas. Y en el sanitario también”, enumera.

Por último, Cadaveira recuerda que el autismo es un espectro sumamente amplio, que no tiene una causa única y que, por esto mismo, es necesario la capacitación permanente. “Hay que entender que todas las personas dentro del espectro necesitan cosas diferentes. Sólo hay una cosa que necesitan todas por igual: una sociedad empática e inclusiva”, concluye.