En la ex chacra de Susana ya se avanza como un polo canábico

En La Tertulia se instalaron invernaderos para cultivo. Apenas Uruguay habilite el turismo de canabis, su ex casa abrirá como hotel.
sábado 18 de diciembre de 2021
En la ex chacra de Susana ya se avanza como un polo canábico
En la ex chacra de Susana ya se avanza como un polo canábico

Difícil imaginar que una chacra de generosas dimensiones que Susana Giménez construyó para habitar algunas veces al año terminara como quizá el proyecto de turismo canábico más interesante de Uruguay.

Al menos mediáticamente. El matiz que le da a La Tertulia haber pertenecido a tamaño personaje del espectáculo maximiza ese interés.

A pesar de lo reservados que son los integrantes del grupo inversor que a comienzos de 2021 pagó por la propiedad unos 4,6 millones de dólares, algunas características del particular proyecto hotelero comenzaron a filtrarse.

De hecho, en parte de las extensiones verdes de La Tertulia ya comienza a distinguirse el montaje de invernaderos para cultivo. En algún momento se especuló con que el edificio principal de la propiedad se sometería a refacciones estructurales y una redecoración de varios ambientes pero, por el momento, eso no está en los planes de los inversores. De hecho, los cuartos de Susana Giménez y los que tenía para su familia o invitados se ofrecerán como alojamiento. Obviamente, la única “presencia” de la diva que quedó es el nombre con que bautizó a su chacra y el diseño que dejó de la misma. 

De reino de una diva a spa verde. Desde fines de 2013, Uruguay tiene una ley de la regulación legal del cannabis, algo que en aquel momento tuvo una oposición bastante férrea del partido que hoy gobierna ese país.

El tiempo transcurrió y ya son muchas las naciones que asisten a una desmitificación –por decirlo de algún modo– del uso de la marihuana. En principio, esa ley fue la que permitió que Susana Giménez encontrara comprador para esa chacra que casi no usaba y que por su ubicación resultaba poco atractiva para un particular.

Salvo alguno que buscara experimentar una sensación casi de ermitaño en un paisaje bello pero solitario. “Desde hace tres años, con YVY, estamos buscando una propiedad para hacer un proyecto similar a uno que existe en California”, explicaba hace unos meses Facundo Garretón.

“Dimos muchas vueltas y apareció esta oportunidad. A través de contactos en común, y de otro de los inversores que conoce a Susana, se fue armando el diálogo hasta que pudimos concretarlo”. Ese modelo californiano es “uno que trabaja con pequeños granjeros, también capacitan –además de a pacientes– a individuos que desean conocer de qué se trata la industria cannábica”, decía también Garretón a Perfil. “Estamos apostando a que sea un centro de bienestar, orientado a personas que quieran una consulta médica profesional para entender cómo funcionan los cannabinoides para lograr un bienestar; un spa donde se puedan utilizar distintos derivados de cannabis”, dice Garretón. 

La Amsterdam uruguaya. En estos momentos, el tema del turismo cannábico se discute en Uruguay. Como decían Garretón y sus socios cuando compraron la chacra de Susana Giménez, “todo se hará cuando la ley lo permita”. Y en eso son varios grupos con proyectos similares los que están trabajando para eso. Consultado nuevamente por PERFIL hace unos días, Garreton dijo que “no abriremos al público hasta que no esté habilitado el consumo de cannabis para turistas”. De hecho, hace menos de dos semanas, en Punta del Este se realizó el primer foro sobre turismo y cannabis, en el marco de la presentación del proyecto de ley sobre turismo cannábico, que realizó un grupo de diputados y un senador uruguayo. La iniciativa, argumentan, apunta a potenciar el proceso de recuperación económica que, como muchos países de la región, Uruguay necesita. Es casi gracioso que haya voces que tienen incidencia en la aprobación de esta legislación a las que se les eriza la piel que se asocie a Uruguay con “modelo de turismo cannábico”. En contraposición, a quienes esta categorización no los afecta ponen como ejemplo Amsterdam, quien hizo de ese turismo un atractivo adicional de la ciudad, y un ingreso más de divisas. Además, como se dice fuera de micrófonos o espacios públicos, el turismo cannábico existe en Uruguay, solamente falta la regulación. “Uruguay avanza en el cambio de sus leyes específicas, y uno de los temas que nos interesan y en el que estamos invirtiendo es turismo cannábico, como el que existe en Holanda, Jamaica y Estados Unidos”, explicó Garretón”. La posibilidad de ir a un hotel cannábico, donde tengas un restaurante con platos superelaborados a partir de cannabis, y una oferta de clínica y spa temáticos.” 

Lo que ni Susana soñó. Así como la casa principal conservará el nombre de La Tertulia, en el resto de la propiedad, además de plantaciones de marihuana, el proyecto incluyó distintos tipos de nuevos espacios para ofrecer a los huéspedes alojamientos, en principio, de dos tipos. Los mismos se esparcirán por las 110 hectáreas del campo. Por un lado estarán los “glamping”, un neologismo que combina dos palabras: glamour y camping. Estas “carpas” tendrán comodidades premium pero atendiendo al entorno natural de la propuesta. Por el otro, se construirán cabañas eco-friendly con el mismo tenor. Y como escenario fijo, el canabis en todas sus facetas posibles –y legales obviamente–, incluso hasta se darán clases de cocina. 

Cuando a Susana Giménez la convencieron de invertir en esta zona de Uruguay ubicada a 15 kilómetros de Laguna Garzón y a 60 kilómetros de Punta del Este, se preveía una tendencia de crecimiento poblacional premium hacia ese “norte costero” uruguayo movilizado por emprendimientos como el de, sobre todo, Francis Mallmann. Hay que reconocerle que fue él quien “popularizó” la geolocalización de Garzón. Después le siguieron Eduardo Costantini, Santiago Soldati, y por supuesto Alejandro Bulgheroni, que maximizó la apuesta con un emprendimiento que produce vinos y un aceite de oliva multipremiado. Si bien todo esto se da en los alrededores de La Tertulia, la chacra resultaba solitaria para Susana. El polo cannábico que allí se abrirá apenas la ley lo habilite hará de esa soledad tan solo un recuerdo.