Sabías que la sal se usa para proteger el hogar de energías negativas

Uno de los elementos más usados para proteger la casa de las malas energías es la sal. Por qué es poderosa para recoger envidias y un ritual para su magia.
viernes 09 de junio de 2023
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La sal es uno de los materiales más usados en los rituales de protección por sus propiedades energéticas que contrastan con las creencias supersticiosas. ¿Alguna vez has escuchado que derramar sal o pasar el salero de mano en mano es de mala suerte? Pues resulta que desde una perspectiva esotérica este mineral no se asocia con el infortunio.

Desde la antigüedad se ha usado a la sal como un poderoso protector contra los malos espíritus, esta creencia se ha conservado de generación en generación y ahora la usamos en muchos hechizos de magia blanca.

Por ejemplo, se cree que colocar una pizca de sal en las esquinas de la casa la mantiene protegida de las energías negativas, o disolver dos cucharaditas de sal en un vaso con agua y lavarte las manos te despeja de la mala suerte que cargas.

¿Cuáles son las propiedades energéticas de la sal?

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Si te has preguntado por qué usamos la sal en los rituales es porque es un poderoso purificador de energías negativas y limpiador espiritual de los ambientes. Este mineral tiene la propiedad de la absorción de las energías del bajo astral y crea un escudo protector contra las mismas.

Ritual con sal para proteger el hogar

Se trata de un ritual muy sencillo que se hace en dos partes: la primera es para limpiar toda la energía negativa y la segunda para crear una barrera protectora contra las malas energías.

La primera parte consiste en mezclar dos cucharadas de sal marina en un recipiente con agua. Luego con este brebaje limpia las puertas de tu casa, ventanas y pisos.

Cuando termines, coloca una pizca generosa de sal en las 4 esquinas principales de la casa así como detrás de la puerta principal. Luego barre estos montoncitos comenzando de la habitación más lejana y termina en la entrada de tu casa.

Junta toda la sal y recógela, luego entiérrala en una maceta, jardín o un parque cercano para que la naturaleza se cargue de transmutar la energía.