Las tensiones se acumulan en el cuerpo: cómo nos afecta

Aprender a regular las tensiones cotidianas es clave para aumentar el bienestar, afirma el instructor de mindfulness Martín Reynoso. Cómo mejorarlo.
viernes 26 de mayo de 2023
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El inicio de un problema de salud puede ser la tensión cargada en alguna zona del cuerpo. Por alguna razón, parece que vamos acumulando esa energía nociva en nuestro sistema musculo-esquelético, como las cervicales o la espalda o en nuestros órganos, y que el tiempo va consolidando esa sintomatología en forma de enfermedad a posteriori.

En cualquier caso, es evidente que toda tensión tiene en el ser humano un origen mental. En otras especies, como los animales, una alteración del entorno puede generar tensión: los conejos por ejemplo son muy sensibles a los ruidos intensos y la continuidad dañina de los mismos puede incluso producirles la muerte.

En nuestro caso, y debido a nuestra modalidad de procesar toda experiencia mentalmente, los estímulos del entorno "pasan" siempre por el filtro de nuestros pensamientos y emociones.

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El concepto de distrés, como esa forma de acumular tensión de manera crónica que afecta nuestro estilo de vida, es muy conocido.

Pero la tensión, ¿es siempre dañina?

Sin tensión no hay acción

Curiosamente, las tensiones son necesarias. Definidas como la energía activada para mover un cuerpo o un sistema, generalmente son asimiladas a algo malo, pero sin ellas no se producirían los cambios.

De manera similar a cuando hablamos de estrés saludable como el esfuerzo que moviliza al organismo a actuar en situación de desafío a su capacidad de adaptación, la tensión es esa posibilidad de salir de un estado de reposo y dirigir la energía en alguna dirección determinada.

Ahora bien, nuestro gran problema es la regulación de esa tensión. Aprendemos muy tempranamente a utilizar más esfuerzo del necesario y generar tensiones dañinas.

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Nuestra mente no sabe discernir con precisión cuánto es preciso activar a cada momento y, como un termostato que funciona mal, dispara cantidades inmensas de adrenalina y cortisol, los neurotransmisores responsables de la acción intensa en el organismo.

Para Lorena Maggi, profesora de yoga en "Espacio Yoga", todo pasa por las tensiones. "Existen tantas en nuestra vida cotidiana -dice-, y que se manifiestan en problemas digestivos (úlceras), las contracturas musculares, el insomnio, migrañas, las disfunciones cognitivas como la falta de atención y/o de memoria", entre otras.

El yoga reconoce tres tipos de tensiones, según la profesora:

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?Tensiones físicas: relacionadas con el cuerpo, el sistema nervioso, el sistema endócrino, los músculos, etc. La psicofisiología demostró que toda tensión emocional se traduce en una contracción muscular y que toda represión psíquica se expresa en contractura permanente. Esta contractura muscular pasa desapercibida por la habituación, pero causa alteraciones fisiológicas en la respiración, en el metabolismo, circulación. Los conflictos psíquicos también se expresan a través del cuerpo (además de los desequilibrios mentales).

?Las tensiones mentales: se producen por excesiva actividad mental, las presiones sociales, la gran cantidad de estímulos que entran continuamente por los cinco sentidos, vivir en el pasado con la memoria, en el futuro con la imaginación, las fantasías, las opiniones constantes, las confusiones y oscilaciones permanentes.

?Las tensiones emocionales: provienen de las dualidades: amor-odio; placer-dolor; éxito- fracaso; felicidad-infelicidad; ganancia-pérdida. Lo agradable genera apego o avidez, esa sensación de desear que algo no se termine. Lo desagradable nos conduce al rechazo o aversión, el deseo que desaparezca.

Restaurar el organismo: una misión urgente

El camino de la transformación está en la mente, decía el Buda. "No hay nada que produzca más dolor y sufrimiento que una mente no entrenada -afirmaba-. Como tampoco hay nada que produzca más felicidad que una mente entrenada. De verdad que una mente así brinda bienestar y felicidad absoluta".

¿Qué es una mente entrenada para el Buda? Una mente plenamente atenta, pero una atención que tiene una característica clave: es ecuánime, enfocada, sabe discernir.

Una mente así, sabe también usar las tensiones necesarias, tal como lo expresó el gran maestro a su discípulo Sona: "Un exceso de celo (¿tensión?) extenúa la mente e irrita más los pensamientos, como un defecto de celo conduce a la indolencia y la pereza. Debes aplicarte con celo sereno, esfuerzo ecuánime, controlando tus sentidos. De modo gradual, paso a paso, progresarás por la senda".

Y en este camino no funciona aliviar la tensión diciéndole a la mente: "relajate", comenta Lorena.

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No se trata de deseos virtuosos sino de una intención sólida de cambio y de un entrenamiento que nos ayude a des-condicionar todos los aprendizajes erróneos de cómo percibir nuestro entorno y gestionar las tensiones.

Si es un mundo estresante, cambiante, a veces realmente incierto, no podemos dejarnos arrastrar por ese estrés colectivo que parece impactar en la sociedad.

Tenemos que generar un estilo de vida que desafíe esos aprendizajes tempranos distorsivos, invalidantes.

Ese estilo debe restaurar el daño que por años hemos hecho en nuestro organismo de manera integral: esos automatismos nocivos que nos persiguen a cada instante y que constituyen nuestra neurosis moderna. La euforia, el aburrimiento, la ira, la angustia y el vacío, son sólo experiencias que representan esa manera desconectada de estar en este maravillosa experiencia de vivir.

Aprender que existe el dolor y que es inevitable experimentarlo, que todo es dinámico y cambiante y no podemos aferrarnos a nada, a que el control es una ilusión y que tenemos la posibilidad de modelarnos con las prácticas saludables para la mente, es clave.

Caminos que enseñan a gestionar las tensiones

El yoga, el mindfulness, la meditación e inclusive las prácticas deportivas, pueden ser medios de canalización de nuestra energía y autorregulación de tensiones. El aprender a compartir de manera amable y generosa con otras personas, con otras especies y respetar profundamente nuestro universo son también cuestiones valiosísimas para estar en paz con nosotros mismos.

Lorena nos recomienda, además del adecuado descanso, la capacidad de relajarnos: "Es la manera de reponer nuestra energía. Y mientras más acción y tensión experimento, más necesito activar la respuesta de relajación", definida por Herber Benson como una activación hipometabólica de predominio parasimpático.

Más acá en el tiempo se ha descubierto la existencia de un nervio clave en nuestro organismo para la relajación, el nervio vago.

La estimulación del nervio vago ventral que va desde el cerebro al estómago tiene un efecto directo sobre la actividad cerebral irregular y nos permite lograr estados más relajados en todo el organismo.

Como elemento principal del sistema nervioso parasimpático, el nervio vago resulta esencial a la hora de incidir o mejorar todas aquellas funciones involuntarias del cuerpo humano: desde la respiración y los movimientos gastrointestinales, hasta el ritmo cardíaco.

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"Mediante la relajación muscular consciente se logra deshacer las contracturas, de modo lento pero seguro (quizás la velocidad de esta contemporaneidad nos invita más a buscar un analgésico para poder seguir, que ir en búsqueda de una verdadera solución) –prosigue la profesora- y al mismo tiempo que se deshacen las contracturas van desapareciendo las tensiones emocionales y mentales."

"El cuerpo va recobrando energía y por ende salud. La vida afectiva adquiere mayor estabilidad. La mente se va calmando, serenando y por lo tanto consigue mayor profundidad y claridad en sus pensamientos y procesos. Así podemos cultivar una vida interior en contrapartida de la constante extroversión y búsqueda en el afuera", afirma Lorena.

La visión del mindfulness es similar: todo comienza por la atención ecuánime, la cual brinda capacidad de autoconocimiento y por ende una adecuada comunicación y conexión. El camino de entrenar la mente a través de las prácticas formales e informales es fundamental.

Pregunta final: ¿cómo estás scrolleando en tu celular ahora? ¿predomina una tensión ansiosa y una insatisfacción emergente? Detenete, respirá, indagá qué es lo que realmente necesitás. En cada pequeño acto la consciencia hace la diferencia. Y la consciencia de nuestras tensiones es clave para construir un buen vivir.

*Martín Reynoso es psicólogo, director de Train Your Brain Argentina y autor de "Mindfulness, la meditación científica" y "Entrena tu cerebro emocional".

Fuente: Clarín