Qué es el litio: el tesoro escondido en la Puna Argentina

Fue postulado como una promesa para el desarrollo en la Argentina, Bolivia y Chile. Es una de las mayores reservas de "oro blanco" del mundo.
martes 16 de mayo de 2023
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“Oro blanco”, “mineral maravilla”, “tesoro de la Puna”, cada vez más escuchamos hablar o leemos sobre el litio, este mineral que se utiliza, entre otras cosas, para la fabricación de baterías que se utilizan en vehículos eléctricos y para el almacenamiento de energías renovables, y cuya demanda e interés global han crecido en el último tiempo debido a la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Pero, ¿Dónde se encuentra el litio? ¿Cómo se extrae? ¿Qué es el llamado “triángulo del litio”? En esta primera nota de la serie “Todo lo que necesitas saber sobre el litio en la Argentina” de Chequeado vamos a explicar algunas cuestiones básicas del mineral para adentrarnos después en los principales debates en torno a este recurso.

¿Qué es el litio y dónde se encuentra?

El litio es un metal alcalino blanco muy ligero, que se corroe rápidamente al contacto con el aire y no existe en estado libre en la naturaleza, sino solamente en compuestos. Tiene una amplia variedad de propiedades, entre las cuales se destacan su alto grado de adaptación  a distintos tipos de diseños, tamaños y formas, y su capacidad de almacenar grandes cantidades de energía. Fue descubierto en 1817 por el químico sueco Johan August Arfwedson y su nombre tiene origen en la palabra “lithos” que significa roca en griego.

“El litio es un mineral y podemos encontrarlo en varios sitios distintos. Lo encontramos en los salares de altura como los que tenemos en la Puna [N. de la R.: ecorregión que abarca las provincias de Jujuy, Salta, La Rioja, Catamarca y norte de San Juan] en concentraciones bastante abundantes. Estos salares son de importancia estratégica ya que tienen mucho contenido en litio y porque, además, es relativamente fácil de extraer respecto a las otras fuentes de litio”, explicó a Chequeado Victoria Flexer, doctora en química y directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy.

La especialista remarcó que también hay litio en el agua de mar donde tiende a fijarse en las arcillas que se depositan en los fondos marinos, lo que dificulta su extracción, y en rocas minerales donde se puede extraer con tecnologías similares a la minería más clásica. Este mecanismo es usado principalmente en Australia, China, Zimbabue, Portugal y Brasil.

Es así como una de las fuentes principales para la obtención de este mineral son los salares, esas grandes planicies de sal que subterráneamente acumulan importantes volúmenes de salmuera, una solución acuosa que tiene una composición mayoritaria de cloruro de sodio (sal) y minoritaria de otras elementos, entre los que se encuentra el litio.

“Estas salmueras son mucho más saladas que el agua de mar, entre 6 y 10 veces más saladas. Pero, si bien el litio es uno de los componentes minoritarios, es una de las fuentes más concentradas en el mundo. En una salmuera el litio puede encontrarse aproximadamente en el orden de 500 a 1500 partes por millón (ppm) mientras que en el agua de mar se encuentra en una concentración de 0,017 ppm”, expresó Flexer.

¿Cómo se extrae el litio?

El proceso consta en principio de la realización de perforaciones profundas en los salares donde se extrae salmuera que pasa por diferentes etapas de evaporación en piletones de gran tamaño y poca profundidad. Luego se agregan distintos elementos químicos para precipitar (hacer decantar) sales de sodio, potasio y magnesio, entre otros compuestos, hasta que se alcanza la concentración de litio deseada.

“Se trae la salmuera a la superficie por medio de un sistema de bombeo, se la vuelca en grandes piletones y lo que se hace es esperar que por acción del viento y del sol el agua se vaya evaporando y no sólo el litio sino todas las sales comience a subir en concentración. Las que no nos interesan cristalizan, precipitan, y lo que obtenemos al final del proceso es una salmuera concentrada que tiene no menos de 10 veces y hasta 50 veces más litio que al principio”, sostuvo Flexer.

La especialista explicó que este proceso de evaporación de la salmuera es largo y engorroso y puede llevar de 10 meses a 2 años, dependiendo de las condiciones meteorológicas y la concentración de la salmuera inicial.

Cuando la salmuera está suficientemente concentrada se manda a una planta industrial donde se hace un tratamiento químico específico y se obtiene lo que comúnmente se comercializa que se llama carbonato de litio. 

Este proceso es criticado por organizaciones ambientalistas -como la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y Wetlands International- que advierten que la extracción de litio, en especial mediante el método evaporítico, implica una enorme pérdida de agua y produce una salinización del agua dulce “por lo que impone una enorme amenaza para los frágiles humedales altoandinos, ecosistemas ubicados a más de 4 mil metros de altura”. 

¿Para qué se usa el litio?

Tradicionalmente, el litio se utiliza en vidrios y cerámicas, donde este mineral otorga determinados beneficios, como mayor adhesión y dureza. Otro uso clásico es el de aplicación a grasas y lubricantes para lograr una mayor manipulación de los materiales en contextos térmicos adversos. También, se aplica en diversas fases de la cadena de valor de las industrias plásticas, producción de medicamentos y cuidado de la salud, secado industrial y placas de blindaje, entre otros.

Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento importante en la demanda de litio como un insumo clave para la fabricación de las baterías de ion-litio, debido a su capacidad de almacenar grandes cantidades de energía. 

Si bien durante los ’90 eran los fabricantes de electrónica de consumo (como los celulares y las computadoras) los grandes usuarios de este elemento químico, en los últimos tiempos el crecimiento de su demanda proviene de los fabricantes de baterías para vehículos eléctricos (automóviles, autobuses, motos y bicicletas) y para el almacenamiento de energías renovables. Es por eso que se presenta al litio como un elemento clave en el sendero hacia la transición energética de la Argentina y el mundo.

“El litio es un mineral clave, pero hay que entender que es un vector energético por su capacidad de almacenamiento. La energía se va a tener que seguir generando a partir de otras fuentes renovables y otras no renovables de transición. En este sentido, el litio no es el petróleo del siglo XXI, nunca alcanzará ni su volumen ni su tamaño de mercado porque no es un consumible, las baterías se pueden reciclar y, de hecho, serán buena parte de la oferta futura del mineral”, manifestó a este medio Victor Delbuono, investigador del Área de Recursos Naturales de la organización Fundar.

¿Qué es el llamado “triángulo del litio”?

El triángulo del litio se refiere a la zona geográfica conformada por la Argentina, Bolivia y Chile. Los vértices del mismo son: el salar del Hombre Muerto (Argentina), el salar de Uyuni (Bolivia) y el salar de Atacama (Chile), sumados a los salares que se ubican dentro del área  comprendida por la región de la Puna de Atacama. 

Se trata de una región que posee salares con niveles de concentración que hacen que su explotación sea sumamente rentable en relación a otros depósitos. Según los últimos datos disponibles del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, según las siglas en inglés), el 46% de las reservas mundiales de litio y el 53% de los recursos se concentra en esta región.

Es importante aclarar que no es lo mismo hablar de reservas de litio que de recursos, ya que existen diferencias importantes entre ambas definiciones. Victoria Arias Mahiques, abogada especialista en Gobernanza Ambiental y Desarrollo Sustentable de la organización Fundar -que preside el matemático Sebastián Ceria-, destacó a Chequeado en esta nota que “la distinción es importante porque para que un recurso pueda ser considerado como reserva debe cumplir con ciertas condiciones de factibilidad económica, ambiental, de mercado, entre otras”. 

La Argentina se ubica en tercer lugar en cuanto a las principales reservas de litio en el mundo, con una participación del 10,4%, según datos del USGS. Antes de nuestro país están Chile, que explica el 35,7% de las reservas mundiales, y Australia, con el 23,8%. 

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