Seis pasos para descubrir nuestro propósito profesional

Sin un motivo claro podemos sentirnos perdidos y sin rumbo, lo que puede llevar a la ansiedad y a eventuales malestares dentro de las organizaciones
viernes 03 de marzo de 2023
RMYDJLJ5VBGB3FHZW65ARNPCWI
RMYDJLJ5VBGB3FHZW65ARNPCWI

No importa si hablamos de una persona, una empresa o un país, tener un propósito es fundamental porque nos brinda un sentido del por qué y para qué hacemos lo que hacemos y una dirección en nuestras acciones y decisiones. Nos permite contribuir a algo más grande que nosotros mismos, puede ayudarnos a encontrar significado y satisfacción en nuestras vidas al sentir que estamos haciendo algo importante y valioso para la organización, la sociedad o el mundo.

El propósito, además, nos ayuda a definir metas y objetivos a largo plazo, algo útil para priorizar acciones y tomar decisiones en función de lo que realmente importa. Es una fuente de motivación y energía constante que es útil superar los obstáculos y desafíos que se presentan en el camino. Imaginemos que el propósito de una persona sea “lograr erradicar el hambre en una región”. No solo se trata de tener una motivación y un objetivo, sino de preguntarse en qué somo fuertes y en qué debemos trabajar para que esto sea logrado, qué debemos aprender, qué debemos mejorar o transformar, y por qué conocimientos, actitudes y aptitudes somos los adecuados para ello o con quienes debemos colaborar para complementarnos.

Algo interesante de destacar es que diferentes personas, con diferente formación, cargos o gustos pueden definir un propósito similar, pero su aporte será desde diferentes abordajes. Para el ejemplo anterior, un comunicador buscará datos, recopilará casos de éxito, entrevistará a referentes que lograron contribuir a esa temática. Sentirá pasión por eso, agregará valor y generará un efecto en cascada en la sociedad. Un programador, en cambio, podrá generar ideas para aportar en las aplicaciones de los bancos un método de gamificación para que los usuarios podamos vernos motivados a donar, a comprar en empresas que lo hagan o a difundir acciones que contribuyan a este objetivo. Los propósitos son personales, aunque muchas personas diferentes pueden compartirlos. Después de todo, el futuro y los resultados solos se alcanzan co-creando en la diversidad.

Técnica para ayudar a descubrir tu propósito

Existen varias maneras de definir un propósito. La que más me ha gustado, que apliqué en mi vida y la he compartido en mi libro, y recomiendo cada vez que interactúo en procesos de transformación o evolución de negocios, se compone de un proceso de seis pasos. Los invito a seguirlos.

1-Escriban cómo sería su mundo/empresa/país ideal (depende si lo hacen para ustedes o para una organización) en no más de 25 palabras, en tiempo presente y en términos de cómo quieren que ese mundo sea (en frases positivas).

Para comenzar a escribir, inicien con “Un mundo/país/empresa en donde…” o “Un mundo/provincia/barrio en el cual…” y a partir de allí escriban cómo quieren que sea ese contexto como si fuera hoy mismo, con verbos en presente, por ejemplo “un mundo en el que los niños corren en las plazas y se divierten con libertad y seguridad…” o “una organización en la cual cada persona aporta lo que le apasiona…”.

Siempre escriban de forma positiva. Si se ven tentados en escribir “un mundo en donde no exista la violencia”, reescríbanlo “un mundo en donde reine la paz y la cordialidad”, estarán escribiendo lo mismo pero enfocados en lo positivo. Lo importante es que escriban su visión del mundo deseada, de nada sirve guiarse por otros casos ni por ilusiones que no les pertenecen. Sean honestos consigo mismos, y escríbanlo en no más de 25 palabras. Aquí lograron escribir su “visión ideal”.

2-Para el segundo paso, escriban las 20 características personales que más le gusta de ustedes (si es que se trata de su propósito personal; o las de su empresa, si están trabajando con otras personas en una visión colectiva). Nuevamente, sean sinceros y busquen palabras o frases costas.

Es importante escribirlas como sustantivos, por ejemplo, si se consideran personas inteligentes anoten “inteligencia”, si creen que son divertidos escriban “diversión”, si son sinceros pongan “sinceridad”. Veinte parece mucho, pero les aseguro que en esa búsqueda es donde se obtienen grandes resultados. Si llegaran a quedarse solo con un par de definiciones y sin poder avanzar, les sugiero que les pidan a amigos, familiares, colegas de trabajo, etc., que les escriban (con honestidad, y si es anónimo mejor) sus mejores cualidades. Con esa gran recopilación, podrán elegir con mayor facilidad las veinte que más les gusta e, incluso, hasta podrán tener una idea acabada de cómo se muestran a los ojos de terceros, y tal vez descubran cualidades o virtudes que para ustedes no eran tales.

3-Luego, de la lista anterior de 20 características, seleccionen las cinco que más les gustan de ustedes. Probablemente les gusten las veinte, pero esa es la idea: que ustedes, desde su corazón, sean sinceros e identifiquen las top 5 de las que están más orgullosos. Esta lista la llamamos “lista 1″.

4-El siguiente paso consiste en escribir escriban 20 maneras en las que realmente disfrutan expresando esas 5 características favoritas del punto anterior. Escríbanlas en forma de verbos en infinitivo (escribir, hablar, trabajar, enseñar, bailar… etc.): esas características de las que estamos orgullosos, las expresamos con muchas acciones en nuestra vida, y las acciones son verbos. Podemos expresar nuestra “sinceridad” al hablar, dirigir, negociar… y nuestra “diversión” al cantar, enseñar, motivar.

5-Ahora, de esos 20 verbos anteriores, seleccionen los cinco que más les gustan realizar. Existen acciones que nos dan más placer que otras, en las que nos sentimos más cómodos o plenos. Identifiquen esas cinco principales. Acaban de conformar la “lista 2″.

6-Si llegaron hasta acá, felicitaciones por su trabajo y compromiso. Ya están listos para escribir su propósito, aquello para lo cual nacieron o para lo cual están mejor alineados en sus saberes, motivaciones y habilidades. Para tenerlo estructurado, completen el siguiente esquema con todo lo construido hasta ahora:

El propósito de mi vida es usar mi _________, ___________, ____________, ___________ y _____________ (completar con los cinco sustantivos de la “lista 1″) para _________, ___________, ____________, ___________ y _____________ (completar con los cinco verbos de la “lista 2″) y así lograr ______________________________________ (completar con la oración “visión ideal”).

Lo que ustedes acaban de leer es su propósito, su misión más allá de lo que hacen, evidenciado a partir de sus manifestaciones personales, de sus acciones, de la forma en la que desean ver el mundo, su mundo. ¿Qué tal? ¿Cómo se sienten con su él? ¿Amerita imprimirlo y colocarlo a la vista como una brújula para tomar decisiones de ahora en más?

Consérvenlo, repásenlo las veces que sea necesario, considérenlo su “norte”. Notarán que allí no se indica cómo deben hacerlo, sino para qué están aquí. El cómo lo elegimos nosotros, ya que cada propósito puede ser expresado a través de diferentes profesiones, empleos o emprendimientos. Pueden hacerlo siendo bomberos, docentes o empleados de un kiosco. Nadie se los puede quitar porque es suyo. Ustedes pueden agregar su impronta en cada rol que decidan actuar, y eso es lo que les permitirá hacer las cosas con pasión, amor, ganas y, como consecuencia de ello, ser reconocidos, elegidos, o recomendados.

Lo bueno de conocer nuestro propósito es que no necesariamente tenemos que cambiar de actividad. Si deseamos emprender o cambiar de trabajo, podemos preguntarnos ¿Cuánto me permite esta nueva actividad desarrollar mi propósito? Si estamos en una actividad o negocio, la pregunta puede ser ¿Qué puedo hacer para que mi actividad me permita desarrollar mi propósito?

Conocer el propósito, a mi entender, puede ayudarnos a clarificar nuestro panorama y tomar mejores decisiones. Incluso más, al tener cada persona un propósito, se convierte en una buena herramienta para desarrollar entre aliados, colegas o empleados, ya que nos permite comprender qué es lo que los motiva a actuar o no actuar de la forma en la que lo hacen, para motivarlos, comprometerlos, comprenderlos y, por qué no, definir si una persona es la mejor para acompañarnos en un emprendimiento, o si puede desempeñarse mejor en otra función. El propósito es el qué (qué venimos a aportar a este mundo) mientras que nuestra actividad es el cómo (cómo lo podemos llevar a cabo).

Cualquier actividad, que desarrollemos y que nos posibilite expresar nuestro propósito nos permitirá ser más mucho más felices y exitosos que en el caso que no lo hiciéramos. Por el contrario, cuanto menos conscientes seamos de nuestro propósito, o no podamos expresarlo en nuestra vida, estaremos más insatisfechos, incómodos, molestos, estresados.

Tener un propósito en la vida puede ayudarnos a mantener una perspectiva más positiva y a enfrentar las dificultades con más resiliencia. Al tener una razón para seguir adelante y superar los obstáculos, podemos encontrar la fuerza para enfrentar las adversidades y salir más fuertes del otro lado.

Descubren un corredor oculto en la Gran Pirámide de Giza