Cosquín Rock 2023: más de 60.000 personas recibieron la primera jornada del festival

Con bandas como Estelares, Guasones y No Te Va Gustar, los escenarios se llenaron de gente desde muy temprano. A la noche se lucieron LP, Trueno, Divididos, Catupecu Machu, Turf y Juanse
domingo 19 de febrero de 2023
Las entradas para el Cosquín Rock 2023 fueron agotadas
Las entradas para el Cosquín Rock 2023 fueron agotadas

Cuando en el cierre del show de Divididos, poco antes de la medianoche del sábado, una importante cantidad de público inició la senda del regreso a casa (o al camping más cercano), uno de los objetivos de la edición 23 del Cosquín Rock comenzó a cumplirse.

Luego de que el trío liderado por Ricardo Mollo y Diego Arnedo repasara sus clásicos (desde El 38 a un doblete de lujo con Spaghetti del rock y Par mil, pasando por Paisano de Hurlingham o el cierre con Aladelta), y con conciertos de alto impacto como los de Usted Señalemelo, LP, Catupecu Machu o Trueno, entre varios más, buena parte de los asistentes al mayor festival rockero del país decidieron que era momento de recuperar energías para lo que queda por delante.

Y allí, uno de los saldos centrales de este Cosquín Rock: la distribución de algunos pesos pesados de su grilla en una amplia gama horaria dio sus frutos y regaló masividad en el predio desde temprano.

La Delio Valdez en el escenario del día uno del Cosquín Rock.
La Delio Valdez en el escenario del día uno del Cosquín Rock.

Enmarcado en una inesperada ola de frío que trajo clima otoñal en pleno febrero, el primer día de Cosquín Rock 2023 amaneció con una señal clara. Cielo limpio y contundente a la vista, apenas una cifra de grados centígrados de temperatura y un pronóstico que invitaba a abrigarse. Escenario ideal para más de 12 horas de música y experiencias varias en este rincón del Valle de Punilla que cada año recibe al festival con los brazos abiertos.

El público llegó desde temprano al aeródromo de Santa María de Punilla

Durante la mañana, el sol calentó la expectativa, que hacia el mediodía ya se traducía en rutas colapsadas y miles de personas queriendo ingresar al predio desde temprano. Hacia las 15, la entrada al festival demandaba paciencia y un tiempo de espera no apto para ansiosos. A esa altura, el festival ya era una realidad que esperaba albergar a unas 50 mil personas en su jornada inicial.

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El público llegó desde temprano al aeródromo de Santa María de Punilla
El público llegó desde temprano al aeródromo de Santa María de Punilla

La marea humana llegó al predio de Santa María de Punilla después de mucho trajinar y desde distintos puntos del país para disfrutar de una tarde/noche repleta de música y otras opciones.

Sin embargo el ingreso al lugar fue más sencillo y fluido que otras veces ya que los molinillos estaban casi dentro del predio. En menos de cinco minutos los espectadores eran recibidos por el escenario Paraguay para comenzar su jornada de festival. Pasadas las 16, Los hermanos Morgan hacían lo suyo en ese espacio alternativo creado hace pocas ediciones.

Casi en paralelo, en La Casita del Blues, hizo su debut en el festival Wayra Iglesias, hija de Tete, bajista de La Renga. El padre de la cantante que descolló en La voz Argentina se subió al escenario con su hija y fue acompañado por su hermano Tete en la batería.

Poco después, comenzó a palparse lo dicho al comienzo. La programación tempranera de números convocantes como Estelares o Guasones, más el esperado regreso de Usted Señalemelo, hicieron que mucho público se acercara antes al predio. Desde el punto de vista organizativo y artístico fue sin dudas un acierto que profundiza lo iniciado en años anteriores.

Entre las primeras bandas que se subieron a los diferentes escenarios resaltó la simbología de La Chancha Muda. Vestidos con remeras de los Rolling Stones y los Sex Pistols, esta banda de rock barrial logró que la gente desplegara sus banderas y comenzara el ritual de todos los años a puro rock.

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En ese mismo escenario, el Norte (el más afín con la historia “rolinga” del festival), se presentó luego Ojos Locos, que enfervorizó a ese mismo público ávido de agitar insignias con temas como Mirás sin ver, Rosa china amarilla o Ahora y todo. En paralelo, la banda mejicana DLD hacía lo propio en el escenario Sur agradeciendo la invitación y asegurando, con su tema Mi vida, que “todos vinimos acá para algo, con propósito”.

Llegó luego el turno de Estelares, quienes subieron al escenario Montaña apenas pasadas las 17 para abrir su programación. No obstante, a esa altura había muchísima gente bajo el sol de las sierras esperando por ellos. Tocaron temas como Una temporada en el amor, Rimbaud y Alas rotas.

Minutos más tarde, Guasones salió al escenario Norte envuelto en una ovación. Ataviado con lentes de sol, Facundo Soto cantó temas como Pobre tipo o Down, en el que el pogo fue total. Luego sonaron 100 años, Tan distintos, Como un lobo y Reyes de la noche, que anticipó el final con Gracias. Poco antes, del otro lado del predio Estelares concluyó su show con El corazón sobre todo.

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En el escenario Sur, Trueno se robó todas las miradas y los mayores aplausos, con los fans de Skay corriendo para no perderse su set. Quizás por su pulso decididamente rockero, uno de los grandes exponentes de los nuevos sonidos urbanos. El oriundo de la Boca puso el momento Scaloneta de la noche cuando interpretó “Tierra santa”, uno de los himnos que quedaron del Mundial de Qatar. Así, fue de los más ovacionados de un tablado que recibió los hits bailables e inoxidables de Turf, la canción rock modelo siglo XXI de Conociendo Rusia y se preparaba para cerrar con el crédito local, Juan Ingaramo.

Fernando Ruiz Díaz, un sobreviviente junto a la nueva encarnación de Catupecu Machu
Fernando Ruiz Díaz, un sobreviviente junto a la nueva encarnación de Catupecu Machu

Estelares abrió el escenario Montaña con su batería de canciones para cantar con el corazón sobre todo y a la hora del té, en un continuado con los cumbiones de La Delio Valdez que modificaron la panorámica del aeródromo. Promediando la grilla, hizo su irrupción una de las novedades de la convocatoria, la encantadora LP. A horas de su contundente actuación en el Luna Park, la neoyorquina cautivó también al público cordobés, con la potencia de sus canciones y su irresistible pronunciación de “Argenchina”. Enseguida, el arrollador Fernando Ruíz Díaz comandó esta nueva versión de Catupecu Machu, tan efectiva y enérgica como siempre, en una seguidilla que continuó hasta bien entrada la madrugada.

En una permanente caja de sorpresas, el público podía pasar por la invitación rutera de El Mató a un Policía Motorizado, el encanto mestizo de Lila Downs, la propuesta itinerante de la Fiesta Bresh y encontrarse con los hermanos Tete y Tanque Iglesias, la base de La Renga, junto a Wayra, la hija del bajista que había sorprendido a todos con su talento en La Voz Argentina. Una muestra de la variedad que mostró un festival con las sierras como testigo, a resguardo de su clásica lluvia y con la invitación lista para el domingo, con Fito Páez, Ciro y Los Persas, Babasónicos, Ca7riel y Paco Amoroso y Tiësto entre sus principales atractivos.

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