Se reanuda el juicio por el crimen de Luis Espinoza

Policias y civiles estuvieron involucrados en la desaparición y la muerte del peón rural. Tras la feria judicial se reanudan las audiencias. Mirá
lunes 06 de febrero de 2023

En noviembre pasado, la Justicia Federal comenzó a juzgar a 11 imputados, nueve de ellos policías, por el crimen y la desaparición forzada de Luis Espinoza, un peón rural de Villa Chicligasta. A lo largo del debate, ninguno de los acusados pudo explicar cómo llegaron a ese desenlace.

Este lunes se reanudó el juicio tras la feria judicial. En la última audiencia del año pasado, se realizó una inspección ocular a El Melcho, el sitio donde cayó muerto el peón rural en medio de una represión ilegal de la comisaría de Monteagudo en mayo de 2020.

Durante esta jornada, declara Leandro Avila, oficial subayudante de la policia. Realizo uno de los allanamientos a las casas de los policías acusados, pero no recuerda nada.

"Recuerdo que fuimos a esa casa y el imputado estaba con una señora mayor. No opuso resistencia a la detención. No me recuerdo el nombre del acusado que yo fui a buscar pero no era empleado policial", dice.

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El crimen de Luis Espinoza: policias y civiles estuvieron involucrados

El 15 de mayo de 2020, en un contexto de restricciones por la pandemia de Covid-19, los policías Rubén Héctor Montenegro (subcomisario), José Alberto Morales, Gerardo Esteban González Rojas, Mirian Rosalba González, Claudio Alfredo Zelaya, Carlos Lisandro Romano, José María Paz, René Eduardo Ardiles y Víctor Manuel Salinas comenzaron un operativo que habría tenido como objetivo suspender unas carreras cuadreras que se habrían realizado en el paraje de El Melcho (Simoca). Junto a los policías iba también el vigía Héctor Fabio Villavicencio, de la comuna de Monteagudo. Hasta el momento, según lo que se dijo en el juicio, nunca se pudo probar que en el lugar haya habido carreras clandestinas. Lo que sí se probó es que el procedimiento no constó en el libro de actas de la comisaría de Monteagudo, destacamento al cual pertenecían los efectivos acusados. Según los testigos, los policías no vestían sus uniformes ese día.

Los primeros en llegar al paraje fueron Zelaya y González Rojas, a bordo de una moto. En sus declaraciones explicaron que fueron reconocidos y que algunos hombres a caballo comenzaron a hacerles tiros mientras huían. Ambos imputados reconocieron que también abrieron fuego, pero aclararon que dispararon al aire. Zelaya contó que en un momento Juan Espinoza (hermano de la víctima) cayó de un caballo y que mientras lo aprehendían apareció  Luis y les pidió que lo soltaran. “Nos dijo que ellos no tenían nada que ver con las carreras, que los organizadores estaban más adelante. Ninguno de los Espinoza estaba armado”, contó Zelaya.

LUIS ESPINOZA

En ese momento llegaron Morales, Miriam, Salinas y Romano y se escucharon más disparos. Ninguno de los imputados dijo haber visto el momento en el que hirieron a Luis. Sostuvieron que minutos más tarde vieron a un hombre en el piso con un disparo en el omóplato. Por esa razón avisaron de lo ocurrido a Montenegro, que estaba a cargo del operativo.  

Varios de los imputados señalaron que Montenegro, actuando temerariamente, habría sido el causante de empeorar terriblemente un hecho que de por sí ya era muy grave. Sus subordinados  dijeron que se negó a llamar a una ambulancia aduciendo que los testigos los matarían si se enteraban de lo que había pasado. Romano contó que el subcomisario le preguntó si podía conseguir un revólver para “plantárselo” al muerto y “hacer que dispare”. Según la acusación, González Rojas fue a buscar a su primo Álvaro Gonzalo González y le pidió unas bolsas arpilleras, unas sogas y que lo llevara de nuevo al lugar a El Melcho. Así terminó imputado también ese civil.

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Desde el primer momento Juan Espinoza y su familia comenzaron a buscar a Luis. Lo encontraron gracias a la confesión de Zelaya, que habló luego de que se detuvo a los imputados.  Las pericias fueron complicando a los imputados. El luminol dio positivo en el auto de Montenegro, luego se constató que se trataba de sangre de la víctima, las pericias en las armas revelaron quiénes habían disparado y que no se encontraron en El Melcho vainas de armas ajenas a las de los policías.