La casa donde nació Julio Argentino Roca está en ruinas

Poco queda de El Vizcacheral, la llamativa casona en Las Talitas en la que vio la luz el militar tucumano, que llegó a ser presidente de la Nación.
viernes 27 de enero de 2023
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No hay cerca que impida el ingreso al predio y proteja lo que hay dentro. A simple vista no parece necesaria, ya que el lugar no es más que una de las tantas casas abandonadas, derrotadas por el tiempo, que se pueden ver recorriendo cualquier rincón de Tucumán. 

Poco queda de la pintura blanca que cubría sus paredes; el techo desapareció y toda la estructura está rodeada por maleza. Ingresar es complicado, porque el suelo está lleno de escombros; pero aunque no sea recomendable, porque claramente no es seguro, se puede hacer una recorrida por las ruinas. 

Claro que desde adentro la imagen es igual: la mampostería y los arbustos crecidos desdibujan la historia que cobijaron esos muros, hoy casi ausentes, que vieron nacer y crecer a una de las personalidades más importantes en la historia argentina. Esas ruina supieron ser el hogar del presidente Julio Argentino Roca.

Sí. Esa fue su casa, en la que -según varias investigaciones- el político dio su primer aliento. Conocida como “El Vizcacheral”, el terreno solía ser una finca propiedad del doctor Juan Bautista Paz, abuelo materno del expresidente. Está ubicada en la calle Lucas Córdoba al 500, en el Colmenar (Las Talitas); y su proceso de decadencia viene hace décadas.

Hubo muchas polémicas alrededor de si era realmente la casa natal. Se decía que él había nacido en Monteros, en la capital o que la casa original sí era en el Vizcacheral, pero había sido demolida hace mucho tiempo. Además, los cuestionamientos históricos sobre la figura del prócer también aportaron a que la casa no tenga los cuidados necesarios. 

En ruinas

Con el tiempo, pasó a ser ruinas. Y hubo intentos de recuperarla, pero nada llegó a buen puerto. En su parte trasera (a pocos metros de la casa) hay otra edificación, de una familia que habita allí hace varios años.

Según su partida de nacimiento (disponible en el archivo de la Catedral de San Miguel de Tucumán), Roca fue bautizado por el cura Zoilo Domínguez (monterizo) en enero de 1844, cinco meses y quince días después de que su madre Agustina Paz lo diera a luz. 

Se le ofició un bautismo “de socorro”, que era común en la época por la alta tasa de mortalidad infantil. Años más tarde (en 1911) el mismo Roca, de puño y letra, diría en una carta que nació en la ciudad de Tucumán.

Las dudas de su lugar del natalicio se hicieron visibles durante los preparativos para el centenario de su natalicio. Se había creado una Comisión para organizar todo, y ellos pidieron un informe al Instituto de Estudios Históricos de Tucumán, que aseveró que Roca había nacido en la casa céntrica de su abuelo paterno, en lo que hoy es San Martin 623. Pero ese argumento fue rebatido más tarde: un colaborador de la Comisión aseguró que Roca era monterizo, porque el sacerdote que lo había bautizado era párroco de esa ciudad.

Ambos informes se enviaron al Poder Ejecutivo, que se mostró de acuerdo con la segunda hipótesis, pero más tarde hubo otro dictamen. En 1940 se encontró una carta del padre de Roca (fechada un día después del nacimiento del prócer) en la que le informaba al gobernador “anoche Agustina dio a luz un hermoso granadero” y que “hoy mismo me voy al Vizcacheral a hacer se me entregue el gateado”.

Con esa información, se declaró que esa finca fue el lugar dónde nació el expresidente.

Para 1843 la casona era de la familia Paz, pero luego el terreno tuvo diferentes dueños. Recién en 2018, para la conmemoración de los 120 años de la segunda presidencia del estadista, se anunció un proyecto para la recuperación definitiva y para la puesta en valor de la casa. 

“Trabajemos juntos para que, además de obtener una placa, tengamos un monumento como se merece la historia de nuestro ex mandatario. Debemos rememorarlo y volver a decir que un talitense, por dos períodos, logró ser Presidente y nos dejó un gran mensaje”, dijo en aquel momento el intendente Carlos Najar.

El problema -explicaron en ese acto- es que para que el proyecto se llevase a cabo hacía falta financiamiento de la Nación. Un aporte que, al parecer, nunca llegó. En ese evento, se dispusieron dos monolitos recordatorios sobre el predio, uno de la Municipalidad de Las Talitas y otro de la Fundación Federalismo y Libertad. Pero después se quitaron -suponen los vecinos- para evitar robos. Y eso fue todo; no se habló más de la casa.

Najar indicó que en aquel momento hubo un ambicioso plan sobre la figura de Roca. “La revalorización de la casa estaba integrada dentro de un proyecto mucho más grande, que iba a terminar con la firma de un acta acuerdo. Además, proponía otras acciones en el país. Esto (la casa) es sólo un eslabón de lo que fue la vida del presidente. Fue una propuesta del gobierno nacional, que luego de iniciar, desfinanció el proyecto”, cuenta. 

“Cuando iniciamos el proceso (para revalorizar la casa) hubo una usurpación, y más tarde vino la pandemia -indica-; hace tiempo iniciamos nuevamente las conversaciones para empujar el proyecto; ya lo estamos trabajando con referentes nacionales”. El funcionario también corroboró que el predio no está inscripto en la Dirección de Catastro como propiedad del municipio (existía un rumor que aseguraba que la casa era propiedad de Las Talitas). En rigor, el predio pertenece al Superior Gobierno de la Provincia.

Qué dice la ley

Según el artículo 5 inciso 3 de la ley provincial 7.500, la ex finca fue declarada Bien del Patrimonio Cultural de la Provincia, a través de la Dirección de Patrimonio Provincial. Así lo confirma Mercedes Aguirre, directora de esa cartera, “ Está en el listado como ‘El Vizcacheral’, porque era un territorio mucho más grande de lo que hoy queda de lo que fuera la casa de Roca. Ha habido intenciones de repararla -destaca Aguirre-; también ha sido declarada monumento nacional”. Además, indicó que sí existe interés en poner en valor la edificación.

La normativa 7.500 da marco a un sistema de protección del patrimonio cultural. La autoridad de aplicación de la ley es el Ente Cultural de Tucumán -según informa el mismo organismo en su sitio web-, que debe encargarse de la elaboración de políticas de preservación, custodia y expansión del patrimonio. A su vez, es él el que autoriza las acciones para intervenirlo.

La situación actual del inmueble preocupa a talitenses. Hace algunos meses, la legisladora Nadima Pecci presentó en la Legislatura de Tucumán un pedido de informe sobre el estado de la casa; todo a partir de una denuncia de vecinos que se contactaron con la abogada Carla Porta. En el texto se busca citar a las autoridades del Ente Cultural de Tucumán y de la Dirección de Patrimonio para que den informe sobre el estado actual de la casa que -según dice el escrito- fue declarado museo en 2006, y también cuáles son las medidas que se han realizado o se realizan para su protección y puesta en funcionamiento. El proyecto todavía no se trató en comisión.

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