La sequía golpea a Chaco: “El productor está a la buena de Dios”

Marín Spada, es productor agropecuario e integra la Federación Agraria Argentina. Detalló la situación por la que atraviesa el territorio chaqueño
viernes 06 de enero de 2023
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Las últimas lluvias dejaron muy poca agua en los campos de la provincia de Chaco y crece el impacto de la sequía. Los lotes más beneficiados recibieron 20 milímetros, y el resto apenas 5 milímetros. No hay pasturas y el valor de la hacienda no permite cubrir las subas en costos e insumos, mucho menos granos o suplemento alimentario. En la producción chaqueña hay preocupación, ya que no se cumplieron con los programas de asistencia correspondientes a la Emergencia Agropecuaria dictada para el ciclo 2021-22, y ahora nuevamente se ingresa en un período de pérdida en los balances agropecuarios.

“Sin ayuda oficial, el productor chaqueño está a la buena de Dios. Con el invierno por delante, sin reservas de forraje y sin poder suplementar, y con un precio para el ternero de 350 kilos de $250 por kilo vivo, y que no sube desde hace ocho meses. Sin duda hay mucha preocupación, ya que los productores no saben cómo van a llegar a mediados de año”, explicó Martín Spada, productor de la localidad de Las Palmas y síndico de la Federación Agraria Argentina (FAA).

Spada también confirmó la muerte de bovinos, tal como le ocurrió con animales suyos en un cañadón, donde por falta de alimento y agua, cayeron y no pudieron volver a levantarse. Allí quedaron. Por otro lado, el productor comentó que ante esta situación “es preocupante que al día de hoy no se haya ejecutado (la ayuda y beneficios) de la Emergencia Agropecuaria declarada para el ciclo 2021-22, donde se iba a compensar a razón de 1.000 pesos por vaca, y hasta un máximo de 300.000 pesos por productor. No se ejecutó porque el Gobierno nacional no giró todos los fondos y el productor, ya se encontró desahuciado con esa emergencia y hoy en día se las tiene que arreglar solo. No hay previsión de apoyo productivo por parte de las autoridades provinciales”.

El dirigente de la FAA expresó que “en un año electoral se sabe en Chaco que el campo no representa votos para el sector político. Por ello, el productor está a la buena de Dios. Con un invierno por delante, y sin reservas forrajeras y sin posibilidades de contar con algún subproducto para suplementar a los animales”.

Lluvias

A todo esto, en la mencionada provincia los productores relevaron lluvias durante el último fin de semana de hasta 20 milímetros en zonas muy aisladas, donde se registraron algunos pocos chaparrones. En la gran mayoría de los lugares del Chaco, en el último día del 2022 se constató la caída de escasas precipitaciones de entre 5 a 10 milímetros, y con temperaturas de poco más de 35 grados.

“Esto deja un panorama muy preocupante –dijo Spada- ya que esta es la temporada donde los campos chaqueños hacen sus reservas de forraje para encarar a partir de marzo las labores para el invierno. Este será el tercer año consecutivo de sequía. El Registro Provincial del Agua del Chaco verificó hasta el 2017 lluvias de 1.500 milímetros anuales y en los últimos tres años, solamente se registró un promedio de entre 600 a 750 milímetros, con un déficit anual de precipitaciones de unos 800 milímetros. A lo que se le suma la bajante histórica que presentó el Río Paraná, y que aún no recupera su caudal”.

Y agregó que “en el sudoeste chaqueño, allí próximo al límite con Santiago del Estero y también con Salta, la humedad en los suelos está solo en un 1,0%, esto resulta inviable para todo tipo de cultivo. Por ejemplo, el cultivo del algodón, donde se debía sembrar unas 250 mil hectáreas, solamente se cubrió ante la seca entre un 10% al 15% del área proyectada. No hubo lluvias que garanticen la siembra algodonera. Y en el caso de la soja, solo se llegó a sembrar un 20% de los previsto”.

Por último, el productor recordó que en Chaco hay agua para el consumo humano y de animales, aunque hay pueblos que no cuentan con agua para potabilizar y donde sus pobladores deben ser asistidos. Y en la zona del este chaqueño, a 100 kilómetros de la capital provincial, se tiene que bombear del Acuífero Guaraní durante al menos 12 horas diarias. No sucede esto en todo el oeste de la provincia, donde las napas están comprometidas con arsénico. Incluso los embalses, de donde se obtiene buena parte de las reservas de agua, están en un 90% secos en su capacidad.

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