Cómo viven los padres de Fernando Báez Sosa la previa del juicio a los rugbiers

Graciela y Silvino se instalarán desde el 2 de enero en Dolores para estar presentes en el debate, que se extenderá durante todo el mes para pedir justicia.
martes 27 de diciembre de 2022
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El arranque del juicio a los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa está cerca. Desde el 2 de enero, durante 22 jornadas y la presencia de 130 testigos, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Dolores juzgará a los ocho acusados de matar al joven estudiante de Derecho en la madrugada del 18 de enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell.


“Falta poco y mi cabeza ya está centrada en eso”, comenta Graciela Sosa -madre de Fernando- en un breve contacto con TN. Son días difíciles para la familia: la proximidad del debate oral y público, sumada a las Fiestas de fin de año y la cercanía de un nuevo aniversario del asesinato, traen una carga emocional que se les hace difícil de sobrellevar.

Fabián Améndola, quien encabeza la querella junto con Fernando Burlando, confirmó que Graciela y Silvino Báez -padre de la víctima- se van a instalar en un hotel en Dolores para estar presentes durante todo el juicio. “Obviamente, están muy ansiosos y doloridos por esto que significa revolver todo”, contó.

Los ocho rugbiers están imputados del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, y también por “lesiones leves” sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él aquella madrugada.

Graciela y Silvino esperan que la Justicia condene a prisión perpetua a los acusados.
Graciela y Silvino esperan que la Justicia condene a prisión perpetua a los acusados.


Se trata de Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli. Thomsen y Ciro Pertossi fueron señalados como coautores del crimen, en tanto que a los ocho restantes se les asignó la imputación de “partícipes necesarios”.

Los ocho enfrentan una condena a la pena máxima prevista por el Código Penal y, en la antesala, Améndola no cree que haya “sorpresas” ni diferencias en las condenas en base al rol que tuvo cada uno en el ataque a Fernando. “Todos se encaminan hacia una perpetua”, indicó.

Las audiencias se realizarán en el Palacio de Tribunales de Dolores, ubicado en la calle Belgrano 141 de esa ciudad bonaerense, y estará a cargo de los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

 

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Uno por uno, los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa.
Comienza el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa

El crimen de Fernando Báez Sosa

Según la instrucción del caso, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni, los ocho rugbiers atacaron a Báez Sosa entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al boliche ubicado en avenida 3 y paseo 102.

Minutos antes, la víctima y los atacantes habían tenido un altercado en el interior del local bailable: la reconstrucción de los hechos permitió dilucidar que Fernando rozó involuntariamente a uno de los rugbiers y provocó que se le derramara una bebida. Allí se originó una pelea que los rugbiers continuaron afuera con el brutal ataque al joven de 18 años.

Según Zamboni, los ocho detenidos “acordaron darle muerte” a Fernando y, para ello, “previamente distribuyeron funcionalmente sus roles”. Del grupo agresor también formaban parte Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes fueron desvinculados de la acusación al no poder probarse su participación en los hechos.

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Fernando fue asesinado en enero de 2020 en Villa Gesell. 

El episodio quedó registrado por cámaras de seguridad y de teléfonos celulares de testigos. los sospechosos fueron rápidamente identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras de la escena del crimen.

Fueron pruebas clave el análisis de los chats y los videos hallados en los celulares de los propios imputados, donde se encontraron mensajes como el de Lucas Pertossi, quien le anunció al resto del grupo que Fernando había “caducado”. Los rugbiers también se vieron incriminados por las pericias que constataron la presencia de sangre de la víctima en sus prendas de vestir.