El árbitro polaco de la final en Qatar desmintió a los franceses y mostró pruebas

Szymon Marciniak se desligó de las críticas de la prensa gala y aportó imágenes para su argumento. En Francia juntan firmas para jugar otra vez la final.
sábado 24 de diciembre de 2022
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El polaco Szymon Marciniak, árbitro de la final entre Argentina y Francia en el Mundial de Qatar 2022, fue recibido por la prensa de su país y, mostrando imágenes con su celular, se defendió de las críticas de los galos.
"Los franceses no mencionaron esta foto, donde se puede ver cómo hay siete franceses en el campo cuando (Kylian) Mbappé marca un gol", dijo Marciniak en conferencia de prensa, mientras sostenía su celular con una foto del momento exacto de la acción.
 
Marciniak fue apuntado desde Francia por su trabajo en la final perdida por penales (4-2) ante la Argentina, luego del empate 3-3 en tiempo suplementario.

El reclamo principal se basa en la invasión de campo de los argentinos durante el tercer tanto, marcado por el crack rosarino Lionel Messi, en el segundo tiempo suplementario. La acción también fue observada por el diario francés L'Equipe y replicada en todo el mundo.

Marciniak, quien recibió el apoyo de la FIFA luego de su actuación, consideró que esa jugada "no afectó al partido" y por lo tanto no incidió en el resultado. "¿Cuál fue el impacto de los jugadores que se levantaron y entraron al campo? Para anularlo debería afectar al partido", agregó.

Juntaron más de 200 mil firmas en una petición que exige repetir la final entre Argentina y Francia

En tanto, en Francia juntaron más de 200 mil firmas en una plataforma digital con la intención de jugar otra vez la final de Qatar 2022 porque consideran que fueron perjudicados con los fallos de Marciniak.

"Están buscando a la pequeña bestia. Hay periódicos serios y aquellos que buscan rumores. Amigos, grandes árbitros de Francia me han escrito. La recepción fue genial. Muchos profesionales y futbolistas nos han enviado felicitaciones y Mbappé dijo que éramos grandes árbitros", apuntó Marciniak.

A su vez, Marciniak aceptó que el VAR revisó varias veces la jugada por una supuesta falta de Enzo Fernández a Marcus Thuram en el área, a tres minutos del final del partido.

"El equipo revisó incidente que involucró a Thuram e intuitivamente se inclinó por anular mi decisión en el campo, pero después de analizar las repeticiones concluyó que la decisión principal fue la correcta y estuvo de acuerdo en continuar el juego", aseguró el árbitro polaco.

Del éxtasis a la agonía oscila nuestro historial



Argentina gritó campeón en un Mundial cuestionado, impredecible y genial. De la piña árabe al fútbol ágil y avasallante, con un epílogo de película. Un país que vivió a través de su selección durante un mes.

El reloj dice que pasaron 125 minutos desde el inicio del partido. Argentina gana 3 a 2 y Germán Pezzella salta al campo de juego para fortificar un área donde llueven las bombas francesas. Hay córner para los de Deschamps. Un tímido pero aguerrido "allez les bleus" baja desde las tribunas. No es sano ser parte interesada en este asunto.
Como aquel T-1000 de Terminator 2, Mbappé parece indestructible. Para peor, su sonrisa se tornó macabra desde el empate: empezó a divertirse. Pero ahí van Messi y los suyos, sobre los fantasmas de Modric y Lewandowski, remontando la cancha, en velocidad, sin piernas y con empuje, jugando a un toque y derribando muros con transiciones supersónicas. Recuperando el alma.
 
Así llegó el tercero. El 10 encontró un rebote de Lloris y la empujó después de una triangulación perfecta y un derechazo de Lautaro. Argentina lo grita, lo desgrita y vuelve a gritarlo, porque la bandera levantada del lineman sucumbe ante el dedo índice del árbitro, que marca la mitad del terreno. Y el ciclo se repite. La selección pasa al frente. A aguantar. Mejor hacerlo con la pelota, la rectora del juego.


Hay una diferencia sustancial con el escenario que planteó Países Bajos. En ese duelo, pese al empate en el último segundo, Argentina nunca mostró abatimiento. Por el contrario, en el suplementario fue una blitzkrieg y aplastó a los naranjas, que lograron estirar la agonía gracias a la fortuna y a la mala puntería albiceleste. Con Francia, en cambio, hubo instantes de zozobra. Recién con la entrada del interceptor Paredes el juego se refrescó y los de Scaloni volvieron a estar finos.

Entonces, así las cosas, caen los 125 minutos. Pezzella se acomoda y la número cinco sobrevuela el área con su sombra de muerte. En las casas argentinas se piensa que esto se alargó de más. ¿Por qué nos cuesta tanto todo? Por cómo venía la mano, ya tendría que estar liquidado.

Pero falta. Y hay que bancar. Y hay un despeje. Y cae en el pie derecho de Mbappé. Justo ahí, que es el infierno. Un toque sutil para acomodarla y fuego. Montiel corre desesperado a taparlo. Su brazo se interpone en el camino. Penal para Francia. Gol de Francia. 3 a 3. Faltan cinco. A rezarle a Diego, a creer en Leo. Los penales son el destino manifiesto. O no. Queda un último golpe por golpe.