El oasis del alcohol en Qatar que no está abierto para todos

Qatar prohibió la venta de cerveza en los estadios de la Copa del Mundo, no obstante hay sectores priviliados para unos pocos que quieren disfrutar de bebidas
martes 13 de diciembre de 2022
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Qatar prohibe la venta de alcohol en los estadios de la Copa del Mundo, desde el inicio de evento deportivo más importante.

En este contexto, el medio estadounidense The New York Times reseñó una tienda exclusiva pero que no todos pueden asistir.

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 Las preguntas surgieron tan pronto como las puertas del auto se cerraron. ¿Había mucha gente? ¿Qué tal la variedad? ¿Y los precios?.

El taxista, quien dijo llamarse Shaj, se asomó al espejo retrovisor y de manera cortés pidió ver mi recibo. Se lo pasé y lo revisó de arriba para abajo mientras se abría paso entre el tráfico.

Me había subido al taxi de Shaj en una calle secundaria en las afueras de Doha, dentro de los muros con alambre de púas de Qatar Distribution Company. QDC, como se le conoce popularmente, es la única empresa importadora y distribuidora de alcohol en Catar, un país musulmán en el que la venta y el consumo de bebidas embriagantes están regulados de manera estricta. Los cocteles, el vino y la cerveza se sirven en algunos hoteles de lujo, pero las dos sucursales de QDC son los únicos lugares que venden alcohol para consumo en casa.

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Rachel Harris, una australiana que ha vivido en Qatar durante quince años, comentó: “Es probable que sea uno de los lugares más felices en Doha”.

QDC ha fungido durante años como un ejemplo colorido de un baile más amplio y delicado que ocurre dentro de la sociedad catarí y que es anterior a la Copa del Mundo: el esfuerzo del país de equilibrar sus valores conservadores (incluyendo, en este caso, una religión que prohíbe el consumo de alcohol) con el deseo de abrirse a sí mismo al mundo. Esa línea entre la tradición y la adaptación en raras ocasiones parece estar fija en un lugar.

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En una entrevista durante el largo proceso hacia el torneo, Hassan Al Thawadi, el secretario general del comité organizador de la Copa del Mundo, declaró: “Todas las personas pueden venir a Qatar. Lo que les solicitamos es que, cuando vengan, solo respeten que somos una nación relativamente conservadora”.

Para los residentes internacionales que buscan un sabor a casa, QDC brinda un salvavidas etílico. El acceso a la tienda se concede a través de un proceso de solicitud administrado por el Estado. El privilegio se extendió en las últimas semanas a las selecciones, patrocinadores y organizaciones de medios que están aquí por la Copa del Mundo. (A los aficionados no se les permitió hacer la solicitud).

Qatar prohibió la venta de cerveza en los estadios

Consumir alcohol es legal para los no musulmanes de más de 21 años, pero es algo que está estrictamente regulado en las calles del país.

Está prohibido llevar alcohol en las maletas, incluso aunque se haya comprado en “duty free”. Los residentes pueden adquirir en una tienda autorizada al respecto, pero no los visitantes. Los visitantes pueden beber en la mayor parte de los hoteles internacionales, donde una cerveza o un vaso de vino pueden costar unos diez dólares y un cóctel más de quince.

Previamente estaba previsto que los puestos de venta de cerveza abrierán alrededor de los estadios a tres horas del inicio de los partidos y cerrarán treinta minutos antes del inicio de los partidos y que luego reabrirán durante una hora después del pitido final.

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En una visita en una mañana reciente, tres empleados de la selección nacional estadounidense llevaban tres carritos de compra llenos con botellas y cajas de cerveza (y se preguntaban en voz alta si deberían tomar un cuarto carrito).

Allí les mostraron una variedad de opciones de bebidas: aperitivos de Francia, sake de Japón, vinos de Chile y Australia, cervezas de México, Brasil y las Filipinas. Incluso había un cuarto separado lleno con congeladores y dedicado por completo a productos de cerdo, los cuales no se pueden conseguir de otra manera en restaurantes y tiendas de víveres en el país: pizzas de pepperoni congeladas y chuletas de cerdo envueltas en plástico, latas de Spam y salchichas coctel, así como paquetes de tocino con mucho relleno. Un letrero encima de la puerta sirve como anuncio y advertencia; en él se lee: “Tienda de cerdo. Para no musulmanes”.