Crean una curita inteligente: para qué sirve

En los premios James Dyson, unos estudiantes polacos presentaron un apósito que puede controlar la inflamación de los tejidos y evitar enfermedades graves
viernes 18 de noviembre de 2022
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El proyecto smartHEAL, ideado por Tomasz Raczynski, Dominik Baraniecki y Piotr Walter, estudiantes de la Universidad Tecnológica de Varsovia (Polonia), muestra a una cura con tecnología que muestra el tiempo que falta para que una herida sane.

Se trata de un sensor inteligente destinado para apósitos que detecta el grado de cicatrización de una herida midiendo su nivel de pH y utilizando sistemas de comunicación de identificación por radiofrecuencia (RFID).

Este vendaje inteligente puede detectar infecciones y recopilar datos que los profesionales de la salud pueden analizar para determinar el tratamiento adecuado.

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Las heridas crónicas afectan la calidad de vida de casi el 2,5 % de la población estadounidense, por lo que nació la idea de facilitar el diagnóstico de la cicatrización, porque es difícil ver el estado de una herida cubierta por un vendaje. El error más común para solucionarlo es cambiar el vendaje con frecuencia, tal y como explican los creadores de smartHEAL.

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Este sensor inteligente no permite que la evaluación de la herida se base en su color, olor y temperatura, así como pruebas bioquímicas de laboratorio, que suelen ser costosas. De esta forma, se puede controlar la inflamación de los tejidos y evitar la necrosis o incluso enfermedades graves.

Ahora, el equipo planea completar las pruebas y comenzar los ensayos clínicos. Una vez finalizado el proceso de certificación estos apósitos podrán distribuirse y venderse en 2025.

COVID-19: ¿por qué las vacunas “funcionan mejor” en algunas personas?

Hasta el momento, existen dos vacunas bivalentes contra el COVID avaladas por entes reguladores nacionales e internacion

Las investigaciones sobre las vacunas COVID-19 han confirmado que, un gran número de ellas, cuentan con tasas de eficacia contra la enfermedad grave y la hospitalización que alcanza hasta un 95%. Sin embargo, incluso entre los adultos jóvenes y sanos esto no significa que las personas que recibieron la inyección lograran que sus organismos desplegaran esta misma cifra como protección. Es que dicho número que depende de cada uno de los individuos inmunizados.

Un equipo de investigadores dirigido por Steven Kleinstein y Anthony N. Brady, ambos de la Facultad de Medicina de Yale, ha estado trabajando para comprender por qué el sistema inmunitario de algunas personas genera una respuesta protectora sólida después de la vacunación, mientras que en otros falla. En resumidas cuentas, quisieron conocer en qué se diferencia.

A través del análisis de datos de perfiles inmunológicos, el objetivo del equipo fue crear modelos predictivos para comprender mejor esta situación y si los mecanismos biológicos subyacentes a las respuestas mejoradas se comparten entre diferentes vacunas.

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“Esta es la primera vez que una serie de factores (la diversidad de diferentes respuestas a vacunas humanas, el patógeno diana, el tipo de vacuna y el adyuvante) se estudian como una unidad para buscar diferencias y puntos en común entre una cantidad tan grande de vacunas”, afirmó Kleinstein.

Estudios previos sobre vacunas individuales, como las vacunas contra la gripe, han revelado que las firmas sanguíneas específicas en las personas antes de la vacunación predicen sus respuestas de anticuerpos. Sin embargo, los científicos no saben si hay firmas universales compartidas entre las vacunas.

Además, los investigadores deben estudiar los cambios inmunológicos que ocurren en las personas en los días posteriores a la vacunación. Han podido predecir las respuestas de anticuerpos en estudios más pequeños de vacunas individuales, pero sería una gran ventaja saber si pueden aprovechar un mecanismo de vacuna común.El equipo de Kleinstein quiso realizar un metanálisis para ver si había firmas de expresión génica universal antes y después de la vacunación que predijeran las respuestas a la vacuna. Pero primero, necesitaban recopilar una masa crítica de datos sobre las respuestas inmunitarias en muchas vacunas diferentes. Los miembros HIPC realizaron algunos de esos estudios, mientras que otros datos estaban disponibles en el dominio público. El equipo compiló todos los estudios y normalizó sus datos para que pudieran analizarse como una unidad.

A través de la asociación con ImmPort, un portal inmunitario financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los NIH y su División de Alergias, Inmunología y Trasplantes para poner los datos a disposición del público, crearon un recurso de datos estandarizados que es accesible a la comunidad científica en general.