El cambio climático pone en jaque al sector productivo

Análisis económicos aseguran que el destino de la economía argentina, durante año electoral dependerá de lo suceda con el clima en las áreas productivas.
martes 08 de noviembre de 2022
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En la columna de opinión que el periodista Carlos Pagni, publica este martes en diario La Nación, señala que el futuro de la economía nacional está atado a los designios del cambio climático. A continuación reproducimos un extracto de los datos más relevantes analizados en el artículo periodístico.

"En este contexto se agrega el problema climático, que empieza con el trigo, la denominada cosecha fina, y sigue después con la cosecha gruesa. Es un tema crucial. De lo que pase con el clima depende el destino de la economía de todo el año que viene, y el destino electoral del Gobierno.

En un mapa que registra los niveles de humedad en el suelo del 7 de noviembre del año pasado tenemos zonas naranjas, secas, zonas rojas más secas, verde, más húmedo, amarillo. Y hasta un verde oscuro que indica altos niveles de humedad.

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Al ver ese mismo mapa hoy vemos que es todo colorado. Colorado, naranja. Esa es la sequía. Quiere decir que estamos en estos niveles de humedad, muy abajo. Esto significa que hay un problema con el trigo y que puede haber un problema con la soja.

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El trigo afecta a zonas muy productivas, como por ejemplo el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Ahí ha habido agua, pero apareció otro fenómeno negativo, que no es la sequía, sino las heladas. Este frío tardío ha dañado muchísimos campos muy productivos de trigo en este tiempo. Estamos hablando de Tandil, Miramar, y desde Mar del Plata hasta Tres Arroyos. Para tener una idea. Un campo que pierde 1000 hectáreas de trigo tiene una pérdida de un millón de dólares de inversión. Y puede ser una pérdida de 3 millones de dólares de facturación. De 24 millones de toneladas de trigo, que se producen habitualmente, este año se producirían 14. Hay 10 que se consumen aquí en el país. Es decir que cuando se producen 24 millones, que es lo normal, se pueden exportar 14 millones de toneladas. Dado que se producirían solamente 14, y 10 quedan acá, se pueden exportar en vez de 14 este año, 4. Y eso significa que aquellos números del Banco Central están castigados por una no exportación de 2000 millones de dólares menos.

Estamos en otro problema, que es la siembra de la cosecha gruesa. Si miramos el año pasado, para esta época estaba aproximadamente sembrado el 25% de la soja. Este año, para la misma época del año, solo se sembró el 5%. Y todo el mundo está mirando si conviene sembrar, porque no se sabe si esa siembra no va a ir a pérdida, si se va a poder cosechar. Y para que se pueda cosechar debería llover mucho durante los próximos tres meses. Si eso no sucede, estaríamos frente a una pérdida de dólares del sector exportador, que muchos calculan, muy conservadoramente, en 8000 millones de dólares. Otros hablan de 10.000 millones de dólares.

El Banco Central tiene que seguir haciendo malabares para evitar la devaluación. Solo se puede evitar si hay una restricción dramática de las importaciones. Esa restricción la estamos viendo hoy. Hay un dólar, y se pelean distintos sectores para ver quién lo consigue, para traer tal insumo, para traer ese bien de capital que hace falta. Hay actividades que se empiezan a paralizar. Esto tiene consecuencias. Porque el que compra finalmente el producto importado paga con pesos. Si no está el bien importado, van a sobrar pesos. Y esos pesos que sobran habitualmente van al dólar, de una u otra manera. Es decir que la caída de importaciones afecta no solamente a la producción, sino que genera un problema con la demanda de dólares que termina produciendo más inflación. Además, la restricción sobre importaciones obviamente reduce la cantidad de bienes y hace que el precio de esos bienes suba. Cualquier economía más cerrada es una economía más inflacionaria. Es decir que vamos a una complicación grave, si es que no se corrige el problema meteorológico. Y esa situación grave implicaría más inflación y menos producción, más recesión. Es decir, el peor de los mundos."

Fuente: La Nación

Las pérdidas en el campo ya superaron los USD 2.500 millones