Viruela del mono en niños: síntomas y maneras de tratarla
El último Boletín Epidemiológico Nacional informó que por primera vez en la Argentina se detectó un contagio de viruela del mono en un niño de 10 años. Además, informaron que las cifras de personas afectadas en el país asciende a 627 casos.
Los expertos dicen que cualquier persona en contacto físico cercano con una persona infectada puede contraer el virus, incluidos los niños.
“Actualmente, hemos tenido más de 20,000 casos de viruela símica en los Estados Unidos, pero solo 17 de ellos han sido en niños de hasta 15 años de edad”, dijo Kris Bryant, epidemiólogo hospitalario del Hospital Pediátrico Norton en Louisville, Kentucky, y miembro del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).
“Los niños son una pequeña fracción de todos los casos de adultos. Realmente no estoy muy preocupado por la viruela del simio en los niños en este momento”.
Karen Edwards, profesora de Epidemiología y Bioestadística en el programa de salud pública de la Universidad de California en Irvine, sostuvo en diálogo con Health que la viruela del mono se puede propagar a través de gotitas de saliva o “contacto con ropa contaminada y otros artículos compartidos”, aunque no es lo más común. “La mayoría de las infecciones se debe al contacto directo con alguien que tiene un sarpullido activo, es decir, lesiones cutáneas”, aclaró.
Según la especialista, los niños no parecen contraer la viruela del mono por contacto en lugares públicos, como piscinas, escuelas, clubes y vestuarios. Esto también puede deberse al hecho de que el virus generalmente requiere un contacto íntimo y prolongado para propagarse.
Los niños menores de 8 años corren un mayor riesgo de tener síntomas graves de viruela del simio, según los CDC, aunque en general, durante este brote, los signos físicos han sido leves.
Los más vulnerables
Al igual que con otras enfermedades, los recién nacidos y los niños muy pequeños son más vulnerables debido a que sus sistemas inmunológicos son más débiles.
“Probablemente los bebés estarán en mayor riesgo que los niños”, sostuvo Carl Abraham, profesor asistente de Ciencias Clínicas en el Instituto Tecnológico de Nueva York, Facultad de Medicina Osteopática. Sin embargo, agregó que es difícil saberlo con certeza debido a la pequeña cantidad de casos confirmados en menores de edad durante este brote.
Los médicos que atienden a pacientes pediátricos con erupciones que se propagan, se asemejan a granos o ampollas, y tienen picazón y costras, deben considerar la viruela símica como un diagnóstico, especialmente si hay otros factores presentes que lo hacen más probable, como el contacto cercano con alguien que tiene la enfermedad.
Aunque los regímenes de tratamiento deben reflejar a los pacientes individuales, los niños pequeños, especialmente aquellos con eccema o afecciones cutáneas similares o que están inmunocomprometidos, pueden estar en riesgo de una enfermedad más grave. Al igual que con los adultos, el tecovirimat es el medicamento de primera línea de elección.
“Si su hijo desarrolla síntomas que usted sospecha que podrían ser viruela del simio o si estuvo directamente expuesto a alguien con la enfermedad, el mejor curso de acción es llamar a su pediatra”, aconsejó Andrea Berry, especialista en Enfermedades Infecciosas pediátricas y profesor asociado de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
