La saliva podría ser clave en la detección precoz del COVID grave

Una investigación advirtió que, tras la detección de unos aminoácidos específicos, se podrían clasificar a los pacientes para tratar los distintos cuadros.
lunes 10 de octubre de 2022
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Los biomarcadores, es decir los indicadores que pueden hallarse en distintos puntos del organismo y que advierten de la presencia de una enfermedad, son el objetivo de la ciencia ante todas las patologías. Y si bien las pruebas de diagnóstico de COVID han progresado a un ritmo veloz, hallar estas señales en diversos biofluidos aún es una meta por cumplir para los científicos.

Con ese horizonte, investigaciones recientes han demostrado que la saliva tiene potencial para el pronóstico de la progresión de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2. En un entorno hospitalario, la recolección de muestras de este fluido es más conveniente tanto para el personal como para los pacientes y, por lo tanto, ofrece una matriz de muestreo alternativa al suero.

Un equipo de investigación de la Universidad de Surrey en el Reino Unido, descubrió que los aminoácidos en la saliva podrían ayudar a los profesionales de la salud a separar a los pacientes que padecen una forma grave de COVID-19 de aquellos con casos más leves. Las pruebas que se utilizan actualmente no pueden predecir la gravedad.

Los expertos advirtieron que estas investigaciones y predicciones podrían permitir una mejor atención de los pacientes e
Los expertos advirtieron que estas investigaciones y predicciones podrían permitir una mejor atención de los pacientes en los hospitales


Melanie Bailey, coautora del estudio, indicó en un comunicado de la Universidad de Surrey que “es poco probable que erradiquemos por completo esta enfermedad de nuestras vidas, por lo que aún es crucial que desarrollemos herramientas y procesos para detectar mejor el COVID-19 y, con suerte, predecir cómo afectará a diferentes pacientes de manera personal”.

“Nuestro estudio experimental ha encontrado que este método no invasivo de simplemente recolectar la saliva de alguien puede determinar con precisión si alguien va a desarrollar un caso grave de COVID-19, lo que podría respaldar la priorización de intervenciones médicas rápidas en el futuro”, agregó la experta en el documento emitido por la casa de altos estudios.

Asimismo, para la investigación que ha sido publicada en la revista PLOS ONE se recolectaron muestras de saliva de 75 personas en un entorno hospitalario. Si bien todos los participantes tenían al menos una sospecha de tener COVID-19, solo 47 de ellos presentaron una prueba PCR positiva. De ellos, 10 se clasificaron como que mostraban COVID-19 de alta gravedad, 34 se clasificaron como de baja gravedad y tres carecían de información clínica suficiente para la puntuación de la gravedad.

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Desde el inicio de la pandemia, los científicos se centraron en alcanzar una prueba no invasiva que les permita determin
Desde el inicio de la pandemia, los científicos se centraron en alcanzar una prueba no invasiva que les permita determinar cuál podría ser la gravedad de la infección antes de que se concrete el cuadro 

 Los científicos descubrieron que los aminoácidos cambiaron más al observar la diferencia en las muestras de saliva entre pacientes con baja y alta gravedad. Esto convierte al fluido en un prometedor candidato para una futura prueba que podría ayudar a identificar a los pacientes que necesitan la atención más urgente. “Nos sorprendió mucho que la saliva pudiera ser tan informativa -indicó Cecile Frampas, codirectora del estudio de la Universidad de Surrey-. Una forma no invasiva de determinar qué pacientes necesitan tratamiento podría ser realmente útil en los entornos de atención médica en el futuro”.

La investigación de pruebas no invasivas para COVID-19 es un enfoque clave para el equipo de la Universidad de Surrey. Anteriormente publicaron un trabajo sobre la posibilidad de usar muestras de hisopos para recolectar sebo, una sustancia aceitosa producida por las glándulas sebáceas del cuerpo para determinar si alguien tiene COVID-19.

En contraste, un estudio previo encontró que el mioinositol salival y el ácido 2-pirrolidinacético eran capaces de distinguir una cohorte de pacientes hospitalizados de una cohorte de pacientes ambulatorios, pero todo el reclutamiento en este trabajo tuvo lugar en un entorno hospitalario, es decir, los resultados que se muestran representan una separación basada en la gravedad dentro de la cohorte de pacientes hospitalizados. Pese a las limitaciones, este trabajo alienta a los especialistas en seguir esta misma línea de investigación.

“Se trata de un hilo de trabajo que iniciamos en el pasado y que progresivamente nos da muestras de progresos continuos y posibles”, concluyó Frampas. El resto del equipo de investigación estuvo integrado por Katie Longman, Matt Spick, Holly May Lewis, Catia DS Costa, Alex Stewart,Deborah Dunn-Walters, Danni Greener, Jorge Evetts, Debra J. Skene, Drupad Trivedi, Andy Pitt, Katherine Hollywood y Perdita Barran.