7 de cada 10 personas con discapacidad no tiene trabajo

En un informe, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) expuso las dificultades laborales de las personas con discapacidad en el mundo.
jueves 06 de octubre de 2022
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De acuerdo a los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se calcula que hay 1.000 millones de personas con discapacidad en el mundo, es decir, el 15% de la población mundial.

Aunque la mayoría de ellas están en edad de trabajar, en la mitad de los países con datos disponibles la tasa media de desocupación se sitúa en el 7,6% frente al 6,0% de las personas sin discapacidad.

A nivel mundial, las personas con discapacidad tienen más probabilidad de estar desempleadas

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2006 consagra “el derecho de las personas con discapacidad a trabajar, en igualdad de condiciones con las demás”, señalando que “ello incluye el derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un entorno laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles para las personas con discapacidad”.

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Los indicadores de la OIT precisan que “las personas con discapacidad tienen más probabilidades de ser inactivas”

A nivel mundial, 7 de cada 10 personas con discapacidad son inactivas (es decir que no trabajan ni buscan trabajo) en comparación con 4 de cada 10 personas sin discapacidad.

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Además, si bien la tasa de inactividad es más alta tanto para hombres como para mujeres con discapacidad en comparación con los que no tienen, es especialmente alta entre las mujeres con discapacidad.

Esto quiere decir que enfrentan una doble desventaja laboral: por su sexo como por su condición de discapacidad.

“En los 60 países de los que se dispone de datos, la tasa de inactividad de las mujeres con discapacidad no sólo era superior a la de las mujeres sin discapacidad, sino también a la de los hombres con y sin discapacidad”, detalla el informe.

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A este escenario también se suma que las personas con discapacidad enfrentan barreras en cuanto a la educación y tienen el doble de probabilidades de tener un nivel educativo inferior al básico y la mitad de probabilidades de acceder a un nivel educativo avanzado.

Esta carencia impacta luego en el acceso al mercado laboral, ya que las tasas de ocupación para personas con y sin discapacidad aumentan con el nivel de educación.

Esta característica también tiene que ver con el nivel de cualificación de las ocupaciones a las que pueden acceder, por lo tanto, los datos revelan que las personas con discapacidad tienen menos probabilidades de trabajar en ocupaciones de alta cualificación.

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En más de la mitad de los países con datos disponibles se observa una tasa de desocupación más alta entre las personas con discapacidad que entre las que no la tienen.

Su tasa media de desocupación se sitúa en el 7,6%, frente al 6,0% de las personas sin discapacidad.

Según la OIT, un largo periodo de desocupación en personas con discapacidad puede conducir a la inactividad y a obligarlas a aceptar trabajos en la economía informal, donde también carecen de sistemas de seguros o redes de seguridad social.

“Las personas con discapacidad sólo tienen la mitad de probabilidades de estar empleadas que las que no lo están”, señala el informe y precisa que alrededor de un tercio de las personas con discapacidad en edad de trabajar se encuentran en ocupación, lo que representa aproximadamente la mitad de la proporción correspondiente a las personas sin.

Esta brecha aumenta más con la edad.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es un organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales. Fue fundada el 11 de abril de 1919, en virtud del Tratado de Versalles con el doble objetivo de lograr la expansión global de los derechos de los trabajadores y atenuar las causas de las revoluciones obreras que sacudieron fundamentalmente a algunos de los países involucrados en la Primera Guerra Mundial. Su Constitución, sancionada en 1919, se complementa con la Declaración de Filadelfia de 1944.