Alimentación para tener un cerebro fuerte y sano

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viernes 23 de septiembre de 2022

Comer es imprescindible para vivir, para mantener el cuerpo sano, para que el organismo cumpla sus funciones correctamente, respirar, crecer, caminar, pensar. “La alimentación juega un papel protector para presentar alteraciones de salud entre ellas las del cerebro, como podrían ser las funciones cognitivas, por lo que es de gran importancia conocer y profundizar este aspecto”, dice Sol Vilaro, Directora del Departamento de Nutrición de INECO.

Así es que la composición de la dieta influye en el organismo, y, dependiendo de cuán saludable sea la alimentación será la repercusión que tenga sobre la salud. Una alimentación completa y variada tendrá seguramente efectos beneficiosos sobre la salud y una dieta deficiente podría tener en el corto o largo plazo situaciones desfavorables. La evidencia actual permite sugerir que la dieta influye en la incidencia y en la evolución de algunas patologías relacionadas con el cerebro.

“La dieta para mantener un cerebro saludable es completa, variada y aporta todos los nutrientes que influyen en su correcto funcionamiento”, agrega Vilaró. Se debe entonces seguir un patrón de alimentación que sea duradero en el tiempo y en el que habría que tener en cuenta los siguientes aspectos: 
 
Esto se logra evitando el consumo de manteca, margarina, lácteos enteros, quesos grasos, fiambres, embutidos, vísceras, carnes grasas, facturas, medialunas y tortas, bollería, galletitas. 
Los pescados ricos en omega 3 son salmón, caballa, sardina, atún, arenque, anchoa. Combinar: aceite de oliva, aceite de soja, aceite de canola, aceite de girasol, aceite de uva. Agregar a las preparaciones aceitunas, frutas secas y semillas.

 

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Especialmente pueden ser frutos rojos (frutillas, frambuesas, moras, arándanos), frutas y verduras de color naranja o amarillo (zanahoria, zapallo, durazno, mango, damasco), frutas cítricas (naranja, mandarina, pomelo), espinaca, cebolla, tomate, brócoli, coliflor, repollo, repollitos de Bruselas, cebolla, uvas, manzana, verduras de hoja (espinaca, acelga, lechuga, rúcula, radicheta). Elegir cereales integrales y legumbres. 
Evitar postres, golosinas, caramelos, helados, gaseosas, productos de copetín, snacks.· Al preparar los alimentos: Elegir métodos de cocción que no requieran grasas (parrilla, plancha, horno). Evitar cocinar con manteca, margarina o grasa. Evitar frituras y salteados con aceite.

La alimentación es uno de los pocos factores de riesgo de enfermedades neurológicas que está en nuestra mano modificar y controlar.
Los expertos señalan que no hay alimentos mágicos, sino que lo importante es llevar un patrón dietético equilibrado.
El patrón dietético que más se ha estudiado es la dieta mediterránea.
Se sabe que disminuye el riesgo de padecer alzheimer y parkinson, también disminuye el de sufrir enfermedades cardiovasculares y disminuye el riesgo de obesidad, que indirectamente también incide sobre la salud cardiovascular.

¿Qué es realmente la dieta mediterránea?


Una dieta mediterránea típica incluye muchos vegetales, frutas, legumbres, cereales y productos ricos en carbohidratos como el pan integral, la pasta y el arroz integral.
También contiene cantidades moderadas de pescado, carne blanca y algunos productos lácteos. Y además utiliza para cocinar y aderezar sobre todo aceite de oliva.
"Las claves son comer sano, equilibrado y con moderación", insiste el experto.
Teniendo en cuenta estas recomendaciones, desde el punto de vista del funcionamiento del cerebro hay diversos nutrientes y alimentos muy importantes. Veamos algunos de ellos.