Comienza la Semana del Clima en Nueva York

Se celebra en paralelo con la Asamblea de la ONU. Asistirán líderes mundiales, gubernamentales y de empresas. Reporte de la Organización Meteorológica Mundial.
lunes 19 de septiembre de 2022
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Bajo el lema “Getting it done” (”Haciéndolo”), comienza este lunes la Semana del Clima en Nueva York (New York Climate Week). El encuentro, que se retoma de manera presencial después de la pandemia, reúne a los principales líderes mundiales junto con representantes de los gobiernos y las empresas para debatir acciones concretas y motivar la acción contra el cambio climático. Será entre el 19 y el 25 de septiembre en Nueva York y coincide con la Asamblea General de la ONU.

¿Cuáles serán los ejes centrales a tratar?: la transición hacia menos emisiones, el transporte y nuevas formas de energía, el financiamiento de la economía verde, alimentación, naturaleza y biodiversidad. También reforzar el concepto de que la crisis es global y que hace falta un trabajo interconectado para paliar los efectos del cambio climático.

¿En qué contexto comienza la Semana del Clima? Es la antesala de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), que este año se celebrará en Egipto. También tiene como trasfondo la salida de la pandemia zoonótica del coronavirus y la crisis energética que hizo retroceder a Europa en materia ambiental.

Sin embargo, la mayor urgencia es la crisis climática que se profundiza año a año. Según el último reporte de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) “la ciencia climática es clara: estamos yendo en la dirección equivocada”. De acuerdo con el reporte, el planeta podría tocar en los próximos 5 años un aumento de la temperatura de 1,5 °C con respecto a la época preindustrial. Este punto fue acordado como un límite crítico entre las naciones firmantes del Acuerdo de París e intensificará las olas de calor, sequías, inundaciones, incendios y pérdida de animales y ecosistemas.

Al respecto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aseguró: “El impacto dañino del cambio climático nos está llevando a territorios inexplorados de destrucción”. Y se refirió al rol de las naciones más poderosas que son, al mismo tiempo, las principales emisoras de gases efecto invernadero: “Es escandaloso que los países desarrollados hayan fallado en tomarse seriamente el financiamiento para la adaptación de los países en desarrollo. El financiamiento tiene que crecer por lo menos $300 mil millones por año para el 2030″.

El dinero al que hace referencia Guterres no es otro que el compromiso que hicieron las naciones más desarrolladas para financiar los procesos de mejora de infraestructura y combate de los efectos del cambio climático en los países pobres o en vías de desarrollo. Son 1000 millones de dólares por año que, por el momento, no se pusieron sobre la mesa.

¿Esta vez será diferente?

Cuál es la evolución de la capa de ozono



El esfuerzo no es del todo nuevo. La Oficina de Análisis Económico, organismo encargado de calcular el PIB, ya intentó contabilizar el capital natural en 1992, pero los recortes presupuestarios interrumpieron la recopilación de datos tres años después. Bill Clinton presionó para que se incluyera la naturaleza en la definición de riqueza del país, pero los debates quedaron en el olvido cuando George W. Bush asumió el cargo en 2001.

Ahora que, veinte años después, los fenómenos meteorológicos extremos causan estragos, la ventana política se ha reabierto. Los satélites y la mayor potencia computacional facilitan ahora la recolección y el análisis de los datos. Pero la iniciativa sigue siendo precaria. Dado que la mayoría demócrata es demasiado débil para poner en marcha el proyecto en el Congreso, Biden recurrió a una orden ejecutiva. Si los vientos políticos cambian, el esfuerzo podría perderse de nuevo.

Eso sería una lástima. Eli Fenichel, director adjunto de la OSTP, que ayuda a organizar la iniciativa, cree que el cambio climático no habría llegado a ser la crisis actual si el costo de la externalidad del carbono se hubiera contabilizado desde el principio en las cuentas ambientales y económicas nacionales oficiales. “Sencillamente, es cuestión de una buena gobernanza”, dice.