Mendoza tiene la tasa de deserción escolar más baja del país

Hace 14 años se implementa el programa Mejor en mi Escuela. De esta forma Mendoza mantiene 0.5% índice de deserción escolar más bajo, contra el 2.4% nacional.
miércoles 14 de septiembre de 2022
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Según datos de la organización Argentinos por la Educación, hasta 2020, el país tenía 2.972.754 de estudiantes secundarios en escuelas de gestión estatal, 134.279 de ellos en Mendoza. Ese año, la tasa de abandono (deserción escolar) interanual en las secundarias públicas tuvo un promedio de 2,4 %, en un rango que fue desde la más alta en Misiones con un 6,4 % hasta la más baja en Mendoza con el 0,5 %.

La provincia que tuvo la menor deserción del país en un año como 2020 cuenta desde hace catorce años con el Programa Mejor en mi Escuela (PME), que a lo largo del tiempo se fue adaptando a distintas coyunturas y que tomó especial relevancia durante la pandemia. Dependiente de la Dirección General de Escuelas (DGE), desde sus comienzos la idea fue que los adolescentes hicieran mayor cantidad de actividades dentro de los establecimientos educativos, con la convicción de que el mejor lugar para un chico en edad escolar es la escuela.

“Programas como Mejor en mi Escuela apuntalan muchísimo la tarea de los docentes en el aula, porque los chicos quieren estar. A nosotros nos pasa eso: los alumnos quieren estar acá. Entonces, lo que podemos hacer con estos recursos humanos extra es generar formatos que apuntalan sus aprendizajes y mejoran la convivencia. En nuestro caso, también les damos voz porque tenemos una radio escolar sustentada con algunas horas de este programa. Es una radio que nació en 2014 y tiene una frecuencia asignada de FM que es la 106.5″,  indica Silvia Ledda, docente de la localidad de Guaymallén.

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Cuáles son los lineamientos generales

La iniciativa se aplica en escuelas secundarias orientadas y técnicas de gestión pública, en toda la provincia, que hoy cuenta con una matrícula de 140 mil alumnos. Con base a esta cifra, cada establecimiento recibe un cupo de horas cátedra que son distribuidas entre sus profesores. Ellos llevan a cabo el programa, haciendo foco en qué apoyos y esfuerzos se necesitan en el lugar.

En marzo de este año la DGE asignó, mediante la Resolución N.° 24, 3.700 horas cátedras para este programa en 184 establecimientos.

El objetivo es achicar la brecha socioeducativa, ofrecer innovación pedagógica y conseguir un aprendizaje significativo para los alumnos. Su diseño busca que las escuelas secundarias acompañen mejor a los estudiantes. Primero, a los que tienen un desempeño débil y, una vez cumplido esto, a todos. También, que aseguren la asistencia presencial y regular de los alumnos, previniendo la desvinculación y deserción escolar.

Para el ciclo lectivo 2022, las horas se aplican desde el 2 de marzo hasta el 16 de diciembre y no significan un aumento de presupuesto porque ya estaban previstas. Las de marzo estuvieron orientadas a la recuperación de contenidos pendientes de 2021 y la promoción del ciclo lectivo 2022, según los lineamientos de recuperación de saberes con Evaluación continua de la provincia.

En el esquema se estableció que las horas de abril, agosto y noviembre se asignarían al acompañamiento de alumnos que hayan solicitado su incorporación al proyecto y al apoyo para estudiantes con trayectos educativos débiles. El resto, a la integración de áreas y la innovación pedagógica, los aprendizajes basados en proyectos (ABP) y las acciones para la mejora de la convivencia escolar. Puede haber asignación de horas a otro tipo de propuestas y acciones, que tienen que ser aprobadas por un supervisor.

De acuerdo a la resolución, cada escuela designa sus horas cátedra según sus problemáticas y recursos humanos, quedando a criterio del equipo directivo y docente de qué manera organizarlas. “En marzo se recomienda que se asignen a los alumnos cuya permanencia está en riesgo, como también a los chicos que están egresando y les quedó algo pendiente para tener un cierre efectivo”, explicó el director de Educación Secundaria, Emilio Moreno. "El programa es flexible para que la escuela pueda apuntar a lo que precisa y mejorar las trayectorias de sus alumnos”.

El desafío de la pospandemia

Con el regreso de la presencialidad y siguiendo un lineamiento con otras provincias, Mendoza decidió que en 2021 no habría repitencia y se conformó una unidad pedagógica entre los ciclos 2020 y 2021. Para esto, se definieron los “saberes prioritarios” que los estudiantes sí o sí debían aprender en este periodo. Quienes tuvieran más dificultades tendrían apoyo a contraturno. El objetivo fue que todos terminaran el ciclo nivelados y las horas extras de los docentes se costearon en parte con el PME.

Durante la pandemia la provincia decidió volver a las aulas antes que otros territorios. También se encargó de ubicar a quienes habían quedado desconectados de la enseñanza remota implementada durante el aislamiento social. Para mediados de este año, la provincia había logrado mantener en las aulas y promocionar a los alumnos más comprometidos por la coyuntura social y de pandemia. El trabajo de contacto y contención también trajo un aumento importante en la matrícula secundaria, con 10 mil estudiantes más que en 2019, según señaló el gobernador Rodolfo Suárez en la presentación del censo de fluidez lectora.

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En agosto pasado, la DGE mendocina y el Banco Mundial presentaron el trabajo Gestión de la evidencia en alfabetización pospandemia: la experiencia de Mendoza, Argentina, donde explicaron cómo se aplicaron en la provincia políticas educativas que acompañan las trayectorias de los estudiantes más vulnerables en el fortalecimiento de sus aprendizajes.

En ese contexto, el director de la DGE José Thomas señaló el número del crecimiento de la matrícula como primera conclusión relevante que aportó el sistema gestión educativa Mendoza, la plataforma digital donde se carga toda la información del sistema educativo de la provincia: “Nos muestra que en los últimos años ha bajado el desgranamiento fuertemente en secundaria. Un chico que está sentado en la escuela no está abandonado, puede aprender más o menos, pero primero tienen que estar en la escuela”.

La pandemia fue muy complicada, pero en Mendoza perciben que el esfuerzo que demandó a nivel educativo dejó algunas cosas positivas. Como en muchos otros lugares, se fortalecieron los equipos directivos y se produjeron cambios dentro de las instituciones. “Ahora uno ve más trabajo en red entre el preceptor, el coordinador pedagógico, el servicio de orientación, la directora, el regente y los docentes. Se armaron equipos fuertes que dieron y dan muy buenos resultados”, destacó Moreno.

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