Un argentino entre los 10 mejores estudiantes del mundo

Oriundo de Quilmes, Nicolás Monzón, estudia tres carreras y fundó una startup dedicada al software. Fue seleccionado entre 7 mil jóvenes de todo el mundo.
jueves 01 de septiembre de 2022
argentino que está entre los mejores 10 del mundo
argentino que está entre los mejores 10 del mundo

Un joven argentino fue seleccionado entre los 10 mejores estudiantes del mundo. Se trata de Nicolás Monzón, de 25 años, que se convirtió en uno de los finalistas del Global Student Prize, que entrega 100 mil dólares a su ganador. El otro argentino que estaba en carrera, Axel Córdoba, quedó fuera del último filtro en camino a la premiación.

Nicolás, oriundo de Quilmes, estudia tres carreras a la vez: Ingeniería en Informática en la UADE y las licenciaturas en Matemática y Física en la UBA. Junto a sus compañeros de facultad, fundó una startup dedicada al desarrollo de software. Su nombre se hizo lugar entre casi 7.000 nominaciones y postulaciones de jóvenes de 150 países.

“No me lo imaginaba. Fue una felicidad enorme. Estoy muy agradecido y tengo la certeza de que todo esto que me está pasando me va a ayudar a crecer como persona, como estudiante y empresario. Sé también que voy a poder ayudar desde una mejor posición a mi familia, que siempre atravesó dificultades económicas, y acompañar a mis hermanas con sus estudios”, le dijo Nicolás a Infobae tras enterarse de la noticia.

El Global Student Prize lo entrega Fundación Varkey en alianza con Chegg.org. Según explican, el galardón se creó para consolidar “una nueva plataforma que resalte en todo el mundo los esfuerzos de estudiantes extraordinarios que, juntos, están transformando el planeta para mejor”.

El concurso apunta a todos los estudiantes que tengan al menos 16 años y estén inscriptos en una institución académica o en un programa de formación. También está dirigido a aquellos estudiantes a tiempo parcial y los que hacen cursos en línea. En esta segunda edición, el jurado buscó jóvenes que hayan tenido un impacto real en sus compañeros o en su comunidad.

“Hoy celebramos a Nico, y en él a todos aquellos estudiantes que siguen esforzándose por seguir aprendiendo. El lugar donde él está hoy puede ser realmente inspirador para otros jóvenes. Su vida está marcada por innumerables obstáculos y a la vez, por enormes docentes, por una familia maravillosa, por amigos, tutores y una comunidad educativa que mostró que cuando trabaja unida puede hace la diferencia”. señaló Agustín Porres, Director Regional de Fundación Varkey.

Ahora el joven argentino quedó a un paso de ganar el premio de 100 mil dólares. Se espera que el ganador se anuncie a finales de septiembre durante la semana en que transcurrirá la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Historia Nicolás Monzón

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Cuando tenía solo 9 años, su abuela Haydeé le regaló un libro de matemáticas sin saber que, en realidad, se trataba de un manual de preparación para la universidad. Ese libro -dice Nicolás- marcó su futuro. Su infancia estuvo atravesada por dificultades y carencias. Su papá, que hacía changas, perdió el trabajo en 2003 y se dedicó a cartonear hasta que volvió a conseguir un puesto de albañil. Su mamá hacía trueques en la feria de Solano, Quilmes, mientras dividía su tiempo con otros dos empleos.

Ese interés precoz por la matemática le facilitó su estancia en la escuela pese a que, durante años, debió ayudar a sus padres con el trabajo. Mientras terminaba la secundaria, tuvo la oportunidad de tomar un curso de reparación de computadoras y diseño de videojuegos. Con la ayuda de un profesor, convenció a sus padres de que lo dejaran estudiar en la universidad, y ese mismo profesor lo presentó al grupo Jóvenes en Acción (JEA). En una suerte de cadena, desde JEA lo animaron a solicitar una beca en la UADE con la que comenzó Ingeniería en Informática.

En su primer año, junto a sus compañeros de facultad, creó una startup llamada Magnetar que hoy lidera. Se trata de una desarrolladora de software que realiza código a medida. “Nuestro fuerte es potenciar empresas argentinas con código de calidad. Contamos con varios clientes, sobre todo del rubro del campo. Además, desarrollamos proyectos propios para los cuales estamos en búsqueda de financiamiento. Uno de ellos es una aplicación de profesores particulares. El otro busca impulsar la comercialización de consumiciones e intercambio cultural entre personas que asisten a eventos”, explicó.

Nicolás fundó una startup junto a sus compañeros de facultad dedicada al software

Vocación de servicio

Durante su trayectoria como estudiante, que comenzó en el Instituto Sagrada Familia de Quilmes, ha cultivado una importante vocación de servicio. Comenzó dando un curso de reparación de computadoras y desarrollo de videojuegos mientras terminaba la secundaria y hoy se encuentra en proceso para ser ayudante de cátedra de la UADE.

Como anécdota, Monzón cuenta, no sin algo de vergüenza, que el año pasado le dio clases de programación gratuitas a un vecino que, gracias a las lecciones, consiguió trabajo en el rubro. “Víctor es el portero de mi edificio. Me lo encontraba todas las noches cuando volvía tarde de estudiar y siempre nos quedábamos charlando. Fuimos generando una especie de amistad y yo le empecé a comentar sobre el mundo de la programación. Vi que a él le gustaba y entonces empezamos a armar una ruta de aprendizaje para que pudiera empezar a trabajar. Yo lo orienté, pero él tuvo la voluntad y hoy es desarrollador en Mercado Libre”, dijo Monzón. Su ejemplo también ha inspirado a muchos de sus amigos del barrio donde creció para seguir estudiando.

Cuando quedó seleccionado entre los 50 finalistas, Monzón dijo que si ganara el premio le gustaría invertir en JEA, la ONG que lo ayudó a encauzar sus estudios, para que puedan acompañar a más jóvenes como él y también en Magnetar para poder capacitar a profesores particulares. Hoy sostiene las mismas ideas y agrega: “Quiero colaborar con la educación de la Argentina, generar un crecimiento sostenido con, por ejemplo, capacitaciones de informática para estudiantes de todas partes del país y ayudarlos con el desarrollo profesional”.

Un premio a los logros, el impacto positivo y la innovación


El 21 de junio se habían anunciado los primeros 50 finalistas, elegidos entre casi 7000 nominaciones de 150 países, entre los cuales también estuvo Axel Leonel Córdoba, otro joven de 25 años nacido en la provincia de Tucumán. Córdoba estudia Ciencias Geológicas en la Universidad Nacional del Comahue, en Río Negro, y se destacó por generar dos proyectos con efectos social, educativo y ambiental: Ciencia Cristalina, un taller para que los alumnos de escuelas rurales puedan armar laboratorios de física y química con bajo presupuesto, e Hydroplus, un polvo granular que puede reducir un 50% el agua de riego en las plantas.