Los detalles de cómo se manejaba Milagro Sala con los pagos

“Llegaban autos y bolsos con plata para repartirla entre la gente de la Tupac Amaru”, contó la joven que denunció ser maltratada por la líder de la organización
sábado 20 de agosto de 2022
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Rocío Ludmila Castrillo es otra persona que fue testigo del manejo de dinero por parte de la Tupac Amaru y de su jefa, Milagro Sala.

La joven residía en una de las viviendas del barrio Tupac Amaru. Allí vivió junto a su mamá y a nueve hermanos. Estuvieron en el barrio hasta el 2013, cuando una de sus hermanas se suicidó. El estremecimiento de ese episodio, las llevó a dejar el barrio.

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Actualmente la joven tiene 22 años y vivió durante ocho en el Barrio Alto Comedero, construido en un sector por la organización, conocido como “El Cantri”.

Ni ella ni su familia tuvieron algún rol orgánico en la organización social de Sala, su vínculo con la Tupac viene por el lado de su participación en el Centro Cultural del barrio. A partir de esa incursión, pudo ver cómo Milagro Sala ordenaba el famoso “Día de pago”

Las declaraciones

“Ese día, venía a cobrar gente de toda la provincia a la sede de la Tupac Amaru o a la estación recuperada del ferrocarril”, contó Castrillo al medio Infobae.

La Tupac Amaru se dividía en distintas áreas. Cada cooperativista y trabajador de esos sectores cobraba un sueldo. Una de las áreas era la de educación. Allí, quienes también recibían plata de Sala eran los propios alumnos. “A mí me pagaban cuando me sacaba buenas notas en la escuela Bartolina Sisa”, recuerda.

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“En ese momento nos daban $700 a quienes tuviéramos notas más altas. En esa época era mucho. Además, nos daban un bolsón de alimentos”, cuenta la joven. Se trataba del programa “Tupaqueritos”, una iniciativa ideada por Patricia Jaldín, la directora de Bartolina Sisa, y otros colaboradores del área educativa.

“El día de pago” de la organización

A partir de esa beca de $700, la entonces niña tenía que ir una vez por mes a la sede de la Tupac Amaru, en el centro de San Salvador, a cobrar ese dinero.

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El mismo día que cobraba ella, también cobraban absolutamente todos los cooperativistas e integrantes de la Tupac Amaru de toda la provincia. “El día de pago” movía a gente de todo Jujuy hasta un galpón de la Tupac, para cobrar sus sueldos.

Filas de miles de personas esperaban largas horas para cobrar entre $2000 y $5000 mensuales, entre el 2010 y el 2015. En tanto, a los estudiantes les daban $700.

“Llegaban bolsos con plata de los autos de Milagro Sala para pagarle a la gente de la Tupac Amaru”, revela Castrillo. En la sede de la organización, en la calle Alvear, se llenaban largas mesas con plata.

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Se repartía dinero en efectivo, discrecionalmente, a miles de cooperativistas en toda la provincia. Era dinero que provenía de fondos públicos para construir viviendas sociales. Sin embargo, había miles de cooperativistas que cobraban mensualmente por obras que nunca empezaron ni se hicieron, conforme consta en los expedientes “Pibes Villeros” y “Megacausa”.

Nos hacían firmar una planilla, te pagaban y te daban un bolsón de comida”, reiteró Castrillo.

La Organización Barrial Túpac Amaru, agrupación política argentina principalmente de la provincia de Jujuy, aunque con otras sedes en 15 de las 23 provincias argentinas. Fue fundada como una separación de parte de la organización de la CTA, por la dirigente argentina Milagro Sala.