Etiquetado frontal: con qué se encontrarán los consumidores en las góndolas

Solo podrán encontrarse algunos artículos rotulados con las advertencias. Recién para mediados de 2023 se completará en todos los productos.
viernes 19 de agosto de 2022
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Desde este 20 de agosto, la denominada Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como de Etiquetado Frontal, entra en vigencia. Sin embargo, solo serán algunos productos los que podrán detectarse en las góndolas, ya que se implementará de forma completa el 20 noviembre 2023. La función de estas etiquetas es advertir a los consumidores cuando un alimento o una bebida sin alcohol cuenta con exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, calorías y sodio.

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Detrás de esta norma hay años de investigación, sin embargo cuando solo restaban días para que perdiera estado parlamentario (con lo cual debía volver a presentarse y transitar su camino en el Congreso), la ahora Ley Nº 27.642 obtuvo el aval definitivo por parte de los legisladores a finales de octubre de 2021. Pero fue recién en marzo de este año cuando se publicó el Decreto que establece la reglamentación en el Boletín Oficial. Y será este sábado cuando dará sus primeros pasos en las góndolas.

De esta manera estarán marcados los alimentos alcanzados por la Ley de Etiquetado Frontal
De esta manera estarán marcados los alimentos alcanzados por la Ley de Etiquetado Frontal 

Los productos que harán debutar a los octógonos negros son gaseosas de primeras marcas, y luego paulatinamente se sumarán otros alimentos de grandes empresas que tienen abundancia en las cinco categorías estipuladas: azúcares, sodio, grasas totales, grasas saturadas y calorías.

Algunos productos específicos, además llevarán estas leyendas: “Contiene edulcorantes. No recomendable en niños/as” y “Contiene cafeína. Evitar en niños/as”.

Para la aplicación, se elaboró un manual con información sobre la diagramación de los sellos (tienen que estar en la cara principal del producto, ser legibles y guardar una relación de tamaño con el envoltorio); en productos pequeños como los caramelos serán micro-sellos. En el caso del azúcar en particular, el alcance de la ley llegará a los productos que tengan azúcares añadidos, de modo que productos naturales (como la misma azúcar empaquetada o la yerba), queda exceptuados, así como las fórmulas para lactancias y niños de hasta 3 años, y suplementos dietarios.

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 La aparición de los octógonos negros en supermercados será paulatina porque el Ministerio de Salud a través del Instituto Nacional de Alimentos (INAL-Anmat) ya registró pedidos de prórrogas para alrededor de 11.000 productos, entre ellos confituras, mermeladas, turrones, galletitas y alfajores, entre otros. Según el ministerio, que es el órgano de aplicación de la norma y que generó junto con el Anmat una serie de comisiones y calculadoras virtuales para el análisis de más de 100.000 productos que se venden en el país como alimento, “la ley es más abarcadora que la obligación de colocar sellos”.

Publicidad y cambios de fórmulas

Otro tema del que se habló bastante cuando se sancionó la ley tiene que ver con la restricción de la publicidad de alimentos poco saludables y de dibujos en el exterior de los envases que incitan al consumo. A partir de la aplicación de la ley, aquellos que tienen octógonos no podrán llamar la atención con dibujos ni apelar a figuras públicas; es decir, el tigre de los cereales queda restringido a productos que no tengan ninguno de estos problemas por exceso que obligan a colocar los octógonos. Pero si se cambian las fórmulas con las que se los elabora, sí podrían usarse.

“Nuestro objetivo es que haya la menor cantidad posible de octógonos —dijo Vizzotti—. Si la prórroga es por cambios en la fórmula, lo vemos con mejores ojos porque esta es la idea de la ley”.

Tras los pedidos y concesiones de más tiempo, la implementación total para las grandes empresas será el 20 de febrero de 2023, y hasta fin de ese año (20 de noviembre) para toda prórroga por otros conceptos (a excepción de las botellas de vidrio, que tienen una dificultad técnica adicional). Si bien algunos productos, por ser ultraprocesados, no pueden reformularse, hay otros que sí. El cambio que más se da es en la reducción de azúcar y el uso de potasio en lugar de sodio, dijo Tirado, quien remarcó que según la encuesta nacional de nutrición en salud de 2020, solo una de cada diez personas leía la información hoy disponible en las etiquetas de los alimentos.

Para quienes incumplan con la norma se prevén advertencias y penalidades, pero no está en el espíritu de los funcionarios aplicarlas, pese a las resistencias públicas de algunas cámaras de empresas, como la COPAL. “Todos los cambios generan resistencias —dijo Vizzotti—. Pero cuando lo explicamos y ven los motivos por los cuales se hace esto, además de la existencia de prórrogas que tienen una lógica, se entiende y se avanza. Entonces, hubo las tensiones habituales, pero para nosotros la prioridad es la salud”.