Elvis Presley, amado por millones y murió solo hace 45 años

Tenía 42 años, y le habían recetado más de 8.000 pastillas durante su último año. Sus desoladoras finales y su muerte conmocionaron al mundo
martes 16 de agosto de 2022
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El 16 de agosto de 1977, hace 45 años, moría Elvis Presley. El Rey, el hombre que cambió la música moderna. El que le agregó sensualidad y sexualidad, el que atrajo a los jóvenes. La estrella de cine. El de la voz que cautivó a varias generaciones. El mito moderno que envejeció prematuramente y que se fue derrumbando a la vista de todos. Un hombre destrozado de 42 años que murió solo, a pesar de que decenas de millones lo amaban.

De todas maneras, todavía muchos sostienen que Elvis sigue con vida. La muerte habría sido un montaje, una manera de escabullirse de la fama y de los problemas que lo rodeaban, de intentar vivir una vida tranquila.

Elvis murió en Memphis el 16 de agosto de 1977, hace 45 años.
Elvis murió en Memphis el 16 de agosto de 1977, hace 45 años.

Elvis está vivo, dicen. Y afirman que la tarde que se conoció su muerte, un Elvis camuflado y con el nombre falso de John Burrows tomó en Memphis un avión hacia Buenos Aires. Tras aterrizar en Ezeiza, una limusina escoltada por dos Falcon lo llevó a una quinta en Parque Leloir donde permaneció, al menos, varios años. Que no hubiera vuelos directos desde esa ciudad a Argentina, que la limusina hubiera constituido- en especial en los setenta- un medio ligeramente ostentoso para pasearse por el sur bonaerense y que nunca hubiera aparecido material fotográfico o fílmico n de su estadía argentina, no parecen obstáculo para que muchos todavía crean la versión. Tampoco loa amedrentaron los informes médicos, los testimonios de los que presenciaron el deceso, los documentos oficiales que certificaron la defunción, ni el sentido común.

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Según estas teorías conspirativas, Elvis habría seguido la estela de varios más que fingieron su muerte para perderse en Argentina. Se supone que lo que los tienta no es la estabilidad política. Tal vez eligen el país por el asado o porque las crisis económicas hacen que el tipo de cambio siempre sea conveniente para ellos.

A 45 años de la muerte de Elvis Presley: el ícono que se convirtió en leyenda

Elvis Aaron Presley había nacido en enero de 1935 en Tupelo, estado de Mississippi. Sin embargo, el quiebre fue en su adolescencia, cuando se mudó a Memphis (estado de Tennessee). En aquella tierra hizo propias las raíces de la música afro, llegando a ser considerado en las primeras críticas musicales que recibió su trabajo como “un blanco que canta como un negro”.

Todavía no había cumplido 20 años cuando inició su carrera profesional, influido por el blues, el jazz y la música country. Y su primera canción grabada, “Heartbreak Hotel”, fue un éxito que llegó en 1956, ya bajo la representación del no menos célebre Coronel Tom Parker, quien lo acompañaría desde ese rol prácticamente toda su carrera.

Entre los años 50 y 60, el mundo cayó rendido ante el carisma de Elvis Presley. Con su voz de barítono y su porte que combinaba a un galán de Hollywood con la plasticidad de un gran bailarín, fue el primero en acunar el concepto de “Frontman”, que con el tiempo el rock reservó para los grandes líderes en un escenario.

En los primeros años, sus movimientos pélvicos resultaron casi pornográficos en épocas todavía muy conservadores y en el marco de una sociedad como la norteamericana que en una gran porción era particularmente conservadora.

Hubo pedidos para que la televisión, durante las actuaciones de Elvis, solo hiciera planos de la cintura para arriba para que no se vieran esos movimientos considerados “obscenos, amorales y de mal gusto”. Incluso no faltaron, cuando la juventud comenzó a consumir sus canciones con locura, quienes convocaran a romper los discos de Elvis, buscando frenar la ola. Pero esa nueva ola ya era un tsunami.

El muchacho que cantaba, bailaba, sonreía y derrochaba simpatía, era un furor que no paraba. El fenómeno Elvis se mantuvo con los años, aunque su popularidad cedió ante otras apariciones del rock como Los Beatles y Los Rolling Stones, que robaron buena parte de su caudal de admiradores. Pero Elvis nunca dejó de ser Elvis. Su vida lo convirtió en ícono y su muerte en leyenda.