Boca sancionará a Darío Benedetto y a Carlos Zambrano

No jugarían el miércoles ante Rosario Central. Los futbolistas protagonizaron una pelea a golpes en el entretiempo del clásico frente a Racing.
martes 16 de agosto de 2022
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Por estas horas, la dirigencia de Boca define cuál será la sanción para Darío Benedetto y Carlos Zambrano luego de la pelea con golpes que protagonizaron el domingo en el vestuario del Cilindro de Avellaneda en el entretiempo del clásico ante Racing.

La pena, que se dará a conocer durante la jornada del martes, podría ser deportiva y económica. En principio, ninguno de los dos futbolistas concentraría para el partido del miércoles ante Rosario Central, por la fecha 14 de la Liga Profesional del fútbol argentino.

El domingo por la noche, el vicepresidente Juan Román Riquelme se acercó al hotel en el que quedó concentrado el plantel y les pidió una reunión a los jugadores con la intención de que el incidente no pase a mayores ni vuelva a repetirse. Según trascendió, les dijo a Benedetto y Zambrano que les habían “faltado el respeto a los hinchas” y les advirtió: “Cruzaron la línea, están buscando que los insulten”.

La pelea entre Benedetto y Zambrano


Un nuevo escándalo protagonizado por dos jugadores de Boca. Esta vez, en el medio de un clásico: Darío Benedetto y Carlos Zambrano mantuvieron un acalorado cruce en el vestuario durante el entretiempo y la situación terminó a los golpes.

Al terminar el primer tiempo, al Pipa se lo vio bastante enojado y, aún dentro del campo de juego, se puso en el medio de un círculo entre sus compañeros y emitió algunas palabras subidas de tono. 
En el regreso a la cancha, las cámaras de la televisión advirtieron que Zambrano tenía una marca en su rostro. Según señaló personal de seguridad del Cilindro de Avellaneda, los jugadores mencionados se fueron a las manos y debieron ser separados.

Darío Benedetto, perdido en su laberinto: sus problemas en la cancha, números inéditos y la ayuda que rechazó

El Pipa parece estar desbordado. La pelea del domingo con Zambrano es una muestra de ello. Más allá de una posible sanción, desde el Xeneize quieren darle una mano al futbolista.

Darío Benedetto es el vigésimo quinto goleador de la historia de Boca. Marcó 54 goles en 90 partidos. 0,60 da ese promedio. Delante de él, en esa lista dorada, solo figuran leyendas de bronce de la historia xeneize. Técnicamente brillante, Pipa fue también integrante de la selección argentina que se clasificó al Mundial de Rusia 2018. Los datos duros son funcionales a la pregunta que se impone: ¿por qué y cuándo el goleador perdió el control?

La palabra “descontrol” es la más adecuada para definir al estado del futbolista. Ido, díscolo, violento en sus formas, Benedetto eligió ser la voz de un grupo por historia reciente más que por su ascendencia natural.

Darío Benedetto, durante el partido ante Racing.
Darío Benedetto, durante el partido ante Racing. 

   
Desde aquella sentencia “más papista que el Papa” en contra de Agustín Almendra cuando el juvenil insultó a Sebastián Battaglia delante de todos sus compañeros, hasta el combate cuerpo a cuerpo con Carlos Zambrano ante Racing, Benedetto solo fue noticia por sus tropiezos. Si de goles hablamos, por estos días, nada.

El centrodelantero lleva ocho partidos sin convertir. Su último grito fue el 15 de junio contra Tigre (5-3). La suma da 541 minutos sin hacer lo que mejor sabe hacer. En el medio, tres penales errados. Y son justamente las dos ejecuciones frente al Corinthians, por la serie de octavos de final de Copa Libertadores, las mejores fotos del cuadro: la emoción enterró a la técnica; Pipa colapsó, lució desbordado.

Riquelme tuvo una reunión tras la pelea entre Benedetto y Zambrano



Hoy la persona se excusa cuando le ofrecen ayuda. La información chequeada que llega desde la institución es contundente: más allá de las sanciones, la intención es ayudar al hombre porque los responsables del club “no lo ven bien”. Pero quien debe dar el paso es el jugador. Depende exclusivamente de él.

Mientras tanto, el grotesco arrasa con todo. Y eso expone también al orden vertical. Con Hugo Ibarra haciéndose técnico a los tumbos, el Consejo de Fútbol marcando la cancha más allá de sus roles y Juan Román Riquelme como eje, decidiendo todo, escuchando generalmente solo a los que le dicen “sí”, Boca es un torbellino que se devora al día a día, incluso a lo que se hace bien, que no es poco. Este mismo equipo que “se boxea” en el túnel, al fin y al cabo, es el vigente campeón.

Benedetto y su laberinto. El hombre contra sus fantasmas. Y el contexto que más que ayudar te aplasta. Boca necesita calma.