Inflación: qué medidas tomaron los países de la región

El INDEC anunciará los datos de julio en nuestro país. Mientras en EEUU y Brasil, la política sobre el precio de la energía fue clave para bajar la inflación.
jueves 11 de agosto de 2022

El INDEC difundirá esta tarde el índice de inflación de julio, proyectado en torno a 7,5%, y se espera que sea el más alto del año. Mientras los datos oficiales ratifican así la aceleración inflacionaria, que desde el Gobierno se atribuye a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania además de a la pandemia, otros países que sufrieron los mismos efectos, con respectivos picos inflacionarios, ya están pegando la vuelta y reduciendo los indicadores de suba de precios. Un cóctel de dura política monetaria, medidas fiscales y hasta baja de impuestos indujeron esa caída de la inflación.

El caso más reciente, de impacto global, es el de Estados Unidos que ayer sorprendió cuando informó inflación 0 para julio, después de que su economía registrara los mayores incrementos en el índice de los últimos 40 años. El dato fue bien recibido por los mercados, en los que predomina la expectativa de una recesión económica dada la agresiva política fiscal y monetaria implementada por la Reserva Federal y la administración norteamericana para, precisamente, contener la suba de precios.

Más llamativo aún resultó, 24 horas antes, la información dada a conocer por el IBGE, el instituto oficial de estadísticas de Brasil, quien anunció que no sólo no hubo inflación en julio sino que, por el contrario, los precios cedieron 0,68% respecto al mes anterior. Se trata de dos casos paradigmáticos de países en donde estaban encendidas todas las alarmas por la histórica aceleración de precios. De hecho, la inflación interanual se ubica en 10% para Brasil y 8,5% para Estados Unidos.

La receta detrás de este “éxito” en la lucha contra la inflación tiene algunos puntos en común con los intentos de la política económica local pero, sobre todo, importantes puntos de diferencia, centrales para lograr la reducción.

En primer lugar, una agresiva política monetaria con inéditas subas de la tasa de interés. No existe, ni en Brasil ni en Estado Unidos, la noción de tasas negativas como las que todavía hoy están vigentes en la economía argentina cuando la inflación amenaza con volver a instalarse en sus economías.

Con fuerte impacto en los mercados y también en la economía del mundo, la Reserva Federal de Estados Unidos dispuso cuatro aumentos de la tasa de interés en el año, el último a fines de julio cuando aplicó la mayor suba en casi 30 años, con la expectativa de seguir incrementándose hasta más de 3% (hoy en el rango de 2,25%-2,50%) hacia noviembre y diciembre. Con el índice de ayer, esto probablemente ya no ocurra. Una estrategia similar adoptó el Banco Central de Brasil, que subió once veces la tasa de referencia, de 2% al 13,25% actual.

En ambos países, la política respecto del abrupto salto en el precio de la energía fue clave: mientras el presidente brasileño Jair Bolsonaro dispuso reducción de impuestos sobre los combustibles, Estados Unidos aumentó la oferta al liberar de sus reservas millones de barriles de petróleo. También la política fiscal de Biden fue clave: el objetivo hacia fin de año es reducir en USD 1,7 billones el desequilibrio con un menú que incluye un proyecto de reforma fiscal para aumentar impuestos.

Qué medidas tomaron los países limítrofes

En el resto de la región, la lucha contra la inflación tiene suerte dispar. En Uruguay, por caso, el gobierno de Lacalle Pou también se centró en el aumento del costo de la energía, cuyo impacto buscó mitigar. Así en junio logró que el índice cediera levemente y se ubicara en 0,5% mensual pero en julio volvió a anotar una suba a 0,77% mientras que se ubica en 9,5% en términos interanuales. Algo similar ocurre en Paraguay, donde también en julio subió respecto al mes anterior aunque marcó un índice muy inferior al del mismo mes del año pasado.

Los otros dos socios del Mercosur, en tanto, viven el contexto de rebrote inflacionario mundial como polos opuestos. Bolivia prácticamente no acusó impacto del entorno, con una inflación que se mantiene por debajo de 2% anual. Las claves de este resultado fue una fuerte política de subsidios a la energía y una agresiva intervención en el mercado de cambios para sostener el valor del peso boliviano, que se mantiene fijo desde hace 10 años. Claro, Bolivia no tiene dificultad con sus reservas y las utiliza para defender su moneda.

En el otro extremo, aunque también aplicó reducciones impositivas a los combustibles a la vez que aplicó intensas subas en las tasas de interés, Chile no logra poner un freno a la suba de precios, que ya supera 13% interanual. El origen, según la mirada de algunos economistas de ese país, se encuentra en las decisiones de expansión del gasto y retiro de dinero de los fondos de pensión aprobados el año pasado.

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Fuente: Infobae