Empresarios apuestan por fondo de biotecnología GridX

La ronda de fondos para GridX, que incluyen el financiamiento del inversionista en biotecnología Paul McEwan, y de family offices en México y Argentina.
jueves 04 de agosto de 2022
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Algunos de los líderes empresariales más renombrados de Argentina, incluido el multimillonario del comercio electrónico Marcos Galperin y el magnate farmacéutico Hugo Sigman, se encuentran entre los inversionistas que prometen más capital para el acelerador de biotecnología GridX a medida que las inversiones iniciales comienzan a dar sus frutos.

La familia Sielecki, que dirige un negocio farmacéutico, y Gador SA son otros nombres que renuevan su apuesta por GridX. Después de que un primer fondo recaudó US$10 millones, el segundo fondo espera llegar a US$50 millones para el próximo año. 

El emprendimiento en América Latina es muy difícil, según Miguel Galuccio, presidente de GridX. En una entrevista realizada el mes pasado dijo que su fondo genera una plataforma para el éxito. Galuccio, de 54 años y que forma parte del directorio de Schlumberger, experimentó de primera mano las dificultades de iniciar un negocio en la región después de lanzar su propia perforadora de shale Vista Energy.

La nueva ronda de fondos para GridX, que incluyen el financiamiento del inversionista estadounidense en biotecnología Paul McEwan, y de family offices en México y Argentina, es un guiño a la alta estima que se le tiene al acelerador de startups después de que comenzó a recaudar dinero en 2017. Ya ha reunido la mitad de la meta de US$50 millones y está ampliando sus objetivos de inversión a instituciones.

El papel que están desempeñando los ejecutivos de negocios y las familias adineradas para invertir en capital semilla está ayudando a compensar la menor liquidez de los fondos de capital de riesgo, al tiempo que una caída en el sector de la tecnología y el aumento de las tasas de interés a nivel mundial provocan un retroceso.

GridX conecta a científicos que trabajan en proyectos de biotecnología con emprendedores. Tal es el caso de Beeflow, que potencia la polinización para aumentar el rendimiento de los cultivos; o Stamm, que fabrica maquinaria a pequeña escala en un intento por proliferar el acceso a los biólogos que trabajan en la fabricación sostenible.

Según el director ejecutivo, Matías Peire, Argentina tiene una tradición científica distinguida —haciendo referencia a los tres ganadores del Nobel de medicina y química del país—, pero se necesita este proceso sofisticado de transformar la ciencia en algo tangible. Peire es un administrador de empresas de 44 años que ideó el concepto de GridX y encontró el apoyo de Galuccio.

GridX, que tiene su sede en Buenos Aires y emplea a 11 personas, tiene 42 empresas en su cartera con un valor de alrededor de US$300 millones, señaló Peire. La mayoría de las empresas tuvieron su oportunidad gracias al primer fondo, del cual participó Sigman, uno de los primeros patrocinadores, quien además convenció al fundador de MercadoLibre Inc., Galperin, de que también invirtiera.

El segundo fondo, más grande, intentará mantener a las empresas mejor financiadas a medida que crezcan y llegar a más científicos en otros países latinoamericanos.

La expansión de GridX se produce en tanto los investigadores de la región prueban soluciones para un mundo que lucha contra el cambio climático y la crisis sanitaria. Pero llevar a buen término los proyectos se está viendo amenazado tanto por la volatilidad del mercado global como por los problemas crediticios más generalizados de Argentina.

Después de un récord de US$16.300 millones de capital de riesgo invertido en Latinoamérica en 2021, la historia ha sido diferente este año. Las inversiones hasta el 27 de julio fueron de US$6.100 millones, según la firma de datos financieros PitchBook.

GridX no se deja intimidar. Según Peire, este proceso de caída de los mercados terminará siendo pronto una oportunidad para el sector, más que una amenaza y estima que el apetito del capital de riesgo no caerá tanto.

No obstante, queda un largo camino por recorrer para la biotecnología, que representa menos del 1% de los acuerdos de capital de riesgo de la región.

Peire agregó que están construyendo el mercado para la biotecnología. Sostiene que no hay un flujo de acuerdos en América Latina, ninguna empresa en la que un gran inversionista pueda ingresar y depositar US$50 millones y la creación de empresas competitivas a nivel mundial necesita este proceso profundo.

GridX ha creado una cartera de empresas emergentes como Puna Bio, que utiliza organismos provenientes del duro clima de los Andes para fabricar productos para el crecimiento de cultivos y la nutrición del suelo; y Onco Precision, que desarrolla tratamientos oncológicos a medida.

Alrededor de 20 empresas de GridX ahora tienen patrocinadores externos, incluida la inversión del capitalista de riesgo estadounidense Tim Draper en Stamm.

También hay una historia de éxito tangible. Caspr Biotech, que tiene como objetivo ampliar el acceso a los diagnósticos moleculares para los médicos, fue comprada recientemente.

El proceso de GridX implica una búsqueda de científicos que trabajen arduamente en proyectos innovadores en universidades y laboratorios, y luego los une con empresarios. Las startups resultantes reciben US$200.000 y, más tarde, conexiones de inversión global.

Estas conexiones incluyen a IndieBio, otro acelerador de startups de biotecnología, pero con mayor influencia y con sede en San Francisco.

Sin duda, otros aceleradores de startups también usan programas que facilitan la creación de nuevos equipos. Y hay competencia en Argentina por parte de fondos de biotecnología como SF500 y Aceleradora Litoral, así como fondos de startups más amplios como Sancor Seguros Ventures.

Galuccio usó una metáfora del fútbol para describir el éxito que ve en el futuro para GridX. “Hay muchas empresas con olor a gol”, sostuvo.

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