Amber Heard vendió una mansión para pagarle a Johnny Depp
Acorralada por la deuda millonaria que tiene con Johnny Depp tras el juicio mediático por difamación, Amber Heard se desprendió de su mansión en el pueblo desértico de Joshua Tree.
De acuerdo a los registros de propiedad que publicaron los medios Page Six y New York Post, su “oasis de piedra” se vendió fuera del mercado a 1,05 millones de dólares el 18 de julio.
Los nuevos propietarios se llaman Rickard y Carol-Jeanette Jorgensen, de Nueva Jersey, que también tienen propiedades en Nevada y son fundadores de la empresa Jorgensen & Company LLC.
No está claro si la pareja descubrió la casa fuera del mercado y ofertaron, o si tienen alguna conexión con la actriz que les permitió concretar la operación.
Heard, de esta manera, empezó a desprenderse de algunos activos que todavía tiene que le permitirán conseguir financiación para solventar la millonaria deuda que tiene con Johnny Depp tras el juicio por difamación.
La Justicia determinó que debe pagarle a su ex 10.350.000 de dólares. A su vez, el actor también tiene que cumplir con una multa de 2 millones de dólares para con la actriz.
Según lo que especificó el medio Page Six, la protagonista de Aquaman compró la mansión en 2019 por 570 mil dólares, por lo que duplicó el valor de la propiedad en la operación de venta que cerró.
Cómo es la mansión en el desierto que vendió Amber Heard
“Para ella es como un santuario”, aseguró al diario The Mirror una fuente ligada a la actriz sobre la casa que adquirió en 2019. A solo dos horas de Los Ángeles, la mansión está muy cerca del Parque Nacional Joshua Tree.
La actriz tenía la intención de irse a vivir al desierto junto a su hija Oonagh, una vez que finalizara el juicio. Pero los planes se quedaron en el olvido con las complicaciones financieras que enfrenta.
La mansión está emplazada en Joshua Tree, una ciudad ubicada en el departamento de San Bernardino, California, donde predomina la geografía árida y desierta. Solo tiene algo más de 7 mil habitantes y se la conoce como una zona “hippie chic”.
La casa construida en 2015 tiene un puente colgante, ostenta un estilo rústico donde predomina la madera y parece haber captado el concepto arquitectónico de “oasis de piedra”.
La propiedad de 222 metros cuadrados tiene tres habitaciones, tres baños y sus ventanas son de aluminio de baja emisividad, lo que sirve para mantener los ambientes frescos del intenso calor del verano.
El baño principal cuenta con armarios dobles, lavabos dobles de piedra molida y una válvula de control de temperatura en la ducha y las bañeras.
Una de las características más particulares de la propiedad es un puente colgante de diez metros de largo que conduce al hall de la mansión ubicado en la ladera de la montaña.
Además, la construcción tiene puertas delanteras de hierro macizo, un sistema de estéreo envolvente que rodea toda la casa y un garage de 110 metros cuadrados.
