El ajo ayuda a reducir los niveles de glucosa

Un estudio científico demostró que los pacientes diabéticos que lo consumen en ayunas logran muy buenos resultados
martes 26 de julio de 2022
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Desde siempre, el ajo fue catalogado como un alimento con superpoderes para la salud. Es rico en vitamina B, mejora la circulación sanguínea, es bueno para el hígado, protege el aparato digestivo, es excelente para los resfríos y afecciones pulmonares, reduce los niveles de colesterol y, además de sus múltiples propiedades antiinflamatorias, potencia el sistema inmunológico.

Ahora, los científicos descubrieron que su consumo diario aporta un beneficio extra y no poco menor: su ingesta en ayunas reduce significativamente los niveles de glucosa en pacientes diabéticos.

El estudio científico, publicado en la revista Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity, recomienda que las personas con diabetes incorporen este alimento en su dieta diaria, ya que los efectos positivos del ajo para controlar la glucosa quedaron más que demostrados.

En tanto, la revista médica Journal of Medicinal Food publicó una investigación en la que se evidencia que el ajo puede combatir los procesos de inflamación, aunque desaconsejaron su consumo en aquellas personas con problemas digestivos, ya que este alimento puede provocar irritación del tracto gastrointestinal.

Dietas altas en grasas pueden perjudicar al cerebro

Hiperglucemia: un signo de la diabetes
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), los niveles altos de glucosa en la sangre (hiperglucemia) pueden ser un signo de diabetes, una enfermedad crónica (de larga duración) que aparece cuando el cuerpo no puede producir o usar adecuadamente la insulina para nivelar la glucosa.

En la Argentina, uno de cada diez adultos sufre de diabetes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi tres millones de personas mayores de 18 años tienen diabetes tipo 2, asociada principalmente con el sedentarismo, la mala alimentación y el tabaquismo.

La diabetes tipo 2 es la forma más común: afecta al 90-95% de los casos. El resto tiene diabetes tipo 1, que suele diagnosticarse en los niños y los jóvenes, también conocida como insulinodependiente. A diferencia de la primera, se desconocen las razones que impiden que el cuerpo produzca suficiente insulina.

Además, la OMS reveló que, con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y el sistema nervioso. Según detallaron, los adultos con diabetes tienen un riesgo entre dos y tres veces mayor de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular (ACV).

Además, las neuropatías (lesiones del tejido nervioso) de origen diabético que afectan a los pies, combinadas con la reducción del flujo sanguíneo, elevan la probabilidad de sufrir úlceras e infecciones graves.

La retinopatía diabética, una importante causa de ceguera, es una consecuencia del daño de los capilares de la retina acumulado a lo largo del tiempo. Cerca de un millón de personas perdió la vista como consecuencia de la diabetes.

(Fuente: TN)