Horóscopo: los cuatro signos más criticones

Entre los signos del zodiaco hay algunos que se caracterizan por ser muy criticones y que nadie les venga bien. Estos son los que nada les viene bien
martes 19 de julio de 2022
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Los signos del zodiaco suelen tener muchas cualidades y defectos. Entre estas se encuentra una muy especial y que suele caer mal: las personas que son muy criticonas y a las que nada les viene bien.

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En todo grupo de amigos o de trabajo, incluso en las familias, siempre hay al menos una persona que se caracteriza por tener frecuentemente algo negativo que decir sobre los planes o las acciones hechas por los demás.

Estos son los signos del zodiaco más criticones

Virgo: los virginianos y virginianas son tan analistas que suelen imaginar el peor escenario para todo. Es así que nada los termina de conformar, ni lo que ellos hacen ni lo que hacen los demás y siempre considera que se podría haber hecho mejor. A medida que más tiempo pasa sobre lo hecho, más grandes son los defectos que van a encontrar. Eso sí, más allá de que sepan que hicieron algo mal, no les gusta que alguien se los diga o se los eche en cara. Ellos ya lo saben y se castigan solos por eso.

Tauro: los taurinos son especialistas a la hora de criticar. Todo lo que hacen los demás está mal y solamente se pueden hacer las cosas a su manera. Esa es la manera correcta.

Escorpio: a los escorpianos les gusta hacer las cosas ellos mismos y son muy autocríticos cuando lo hacen. Incluso en los trabajos grupales, ellos necesitarán dar su aporte a cada parte hecha por los demás.

Cáncer: las personas bajo el signo de cáncer son algunos de los más críticos que hay en cada ambiente. Siempre ellos serán los mejores y los demás harán las cosas mal o muy mal. No suelen ocultar sus críticas y no tienen filtros a la hora de decirlas, pero no tienen autocrítica.

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Es bastante frecuente que a estas personas les resulte más sencillo quejarse y criticar las acciones de los demás que las suyas propias. Suelen ser hábiles a la hora de identificar defectos por mínimos que sean y poseen un radar interno para ver la paja en el ojo ajeno.

Los criticones, quejosos y rumiantes, ante la opción de observar un vaso medio lleno o medio vacío, se especializan en identificar la parte que falta. Se refugian en actitudes de crítica y queja con el objetivo de remarcar las cosas que se podrían haber hecho y no las que se llegaron a realizar, además de envidiar en lugar de admirar. Muchas veces se critica y se juzga sin ningún tipo de intención constructiva. Por alguna razón, siempre hay personas que proyectan su negatividad y sus inseguridades juzgando lo que otros hacen o dejan de hacer, dicen o dejan de decir. Personas que se dedican a transmitir y difundir lo que a su juicio son defectos y malos ejemplos de conducta.

Además, el siempre marcar lo que falta, lleva inevitablemente a la frustración: por más que se haga lo que se haga, se podría haber hecho un poco más o mejor. Un factor asociado a la queja es la inacción, puesto que mientras el quejoso o el criticón expresan su cantar quejoso, las acciones son suplidas por el lamento. Y así, al no llevarse a acciones concretas que se traduzcan en soluciones, se produce un bloqueo que favorece el continuar quejándose. Generalmente se termina en "la culpa es del otro". 

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Las críticas y las quejas son descalificantes, razón por la cual se encuentran en el extremo opuesto a la autoestima. A nadie le gusta rodearse con gente que señala de forma permanente lo que no se hizo, no se tiene, lo que falta o el error. Muchos criticones utilizan la crítica para descalificar al otro y colocarse en un lugar de superioridad, para no sentirse tan patitos feos en las relaciones, ya que en la comparación siempre salen en desventaja, siempre se sienten menos. 

En mayor o menor medida, todos alguna vez hemos sido víctimas y, a la vez, productores de juicios y críticas destructivas. De hecho, la práctica y la afición de criticar ha llegado a tal magnitud que actualmente proliferan programas de televisión que se basan únicamente en eso: intentar dañar a las personas criticándolas, quejándose de ellas y juzgándolas. Criticamos a otros para que nuestros propios defectos se minimicen ante los demás y ante nosotros mismos; lo hacemos con el espejismo de que el problema está en las otras personas y no en nosotros. Las personas celosas y envidiosas son grandes generadoras de quejas y de críticas.

La crítica y la queja son monstruos que se alimentan de la frustración y se hacen más y más grandes con el rencor y el enfado. Si algo nos disgusta, nos indigna o nos duele, podemos quejarnos, pero después, hay que actuar. La crítica y la queja saludables son aquellas que sirven para un cambio real. La crítica, la queja y el volver permanentemente a lo mismo nos quita libertad y plenitud. Depende de cada uno.