Argentina se clasificó al Mundial de Pastelería

“Pampa”, el equipo argentino, se quedó con el bronce en la Copa América que se disputó en Chile y obtuvo un ticket para la final en enero próximo en Lyon
lunes 18 de julio de 2022

Pase lo que pase en Qatar, los golosos del país tendrán otra selección que alentar: la Argentina se convirtió este miércoles en finalista de la Copa del Mundo de Pastelería, una de las competencias culinarias más relevantes del planeta, que tendrá lugar en enero de 2023 en Lyon, Francia.

Pampa -por Presentación Argentina de Maestros de Pastelería Artesanal- como se llama el equipo nacional, se hizo con el tercer lugar en la Copa América que se disputó en Santiago de Chile, detrás de Chile y Estados Unidos, y obtuvo su pase a la Copa Mundial.

Las otras naciones que enfrentó la “Scaloneta” en chaqueta blanca en esta competencia que duró cinco horas fueron Canadá, Brasil, Colombia, Ecuador y México.

Los postres “mágicos” de la selección argentina

El equipo argentino eligió como temática la magia y optó por “sabores frutales: maracuyá, coco, mango y lima, porque fuera de Argentina no son tan dulceros como nosotros”, aseguró Lucas Carballo.

Dragún y Carballo conquistaron a los jueces con una serie de “trucos”, como llamaron a sus realizaciones. El “primer truco” fue la torta helada y sus “cartas mágicas”. Se trató de un sorbete de mango, con un toque de maracuyá, helado de coco y vainilla y un trébol con sabor a arándano. El postre llegó en una “caja misteriosa”, al mejor estilo de un show de magia.

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Luego sorprendieron a todos con el “segundo truco”: unas paletas con forma de “varita mágica” y sabor a frutos rojos que remiten a la Patagonia. Era un semifreddo de mascarpone, frambuesa y perlas de frutos rojos que le daban la textura de una fruta natural en la boca.

El centro escondía una crema de limón y caramelo con una textura crujiente para el último bocado. Llegaron a la mesa de los jueces en un elegante sombrero de copa de mago, del que asomaban orejas de conejo.

El postre de restaurante se llamaba “Abracadabra” y tenía al chocolate como gran protagonista del acto. Lo componía un sorbete de chocolate negro “guanaja”, con una suave crema de café, un crumble de almendras y coco y una compota de cítricos y gel de frambuesa. Todo acompañado de un suave bizcocho de frutos secos.

En cuanto a las esculturas, la de chocolate era una galera de la que salen conejos y la de caramelo representaba un mago.

Un box, dos pasteleros, cinco horas, y un montón para cocinar

En el “box” defendieron los colores nacionales el maestro chocolatero y heladero Matías Dragún, que fue campeón latinoamericano de helado artesanal en 2019, y Lucas Carballo, pastelero especializado en azúcar artístico y campeón nacional en 2019. Contaban con el aliento del capitán del equipo, Néstor Reggiani, actual presidente de la Cámara de Confiterías de la AHRCC.

Completan el equipo Mariano Zichert como coach-entrenador y Leandro Giménez, maestro pastelero de la Confitería Nueva Muguet y ganador de la mejor escultura de chocolate, en el campeonato nacional de Maestros Pasteleros.

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“La competencia es una experiencia intensa, son cinco horas en las que no tenés descanso. Es como estar en el despacho de un restaurante, entregando cada plato con un timing muy ajustado”, contó a TN Matías Dragún.

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En ese lapso los pasteleros tenían que elaborar una escultura de caramelo y otra de chocolate -ambas de 145 cm de alto-, una torta helada, siete “postres de restaurante” y 12 “lollipops” o paletas.

La temática de los postres era libre, pero pero había una restricción: no podían usar ni colorantes, ni aditivos como dióxido de titanio u óxido de hierro, que sirven para darle textura y brillo a la comida.

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