El complejo escenario económico que proyectan los analistas

Las consultoras privadas coinciden en que la inercia de precios en medio de la tensión cambiaria no tiene una salida gradual ni de shock.
lunes 18 de julio de 2022
NPFCV2JZGBC4RMAJH3F7FKXE6Y
NPFCV2JZGBC4RMAJH3F7FKXE6Y

En un contexto de amplia incertidumbre, los economistas recalibran sus estimaciones para lo que vendrá: dólar, inflación, salarios y actividad económica están en permanente foco de la atención y de rediseño para una economía más que compleja. La mayoría apunta a que julio terminará con un nivel de precios récord para el año, por encima del 6,7% de marzo -hasta ahora el pico- y que eso impactará fuerte en el poder adquisitivo de los trabajadores que ya pugnan por la reapertura de paritarias mientras que la actividad económica muestra ciertos signos de desaceleración.

Todas esas variables cruzadas por el dólar, con el blue y los financieros en nuevos máximos aunque todavía lejos de los techos “de pánico” registrados en octubre de 2020, cuando la brecha entre el mayorista y el paralelo superó el 150%. Hoy, esa distancia se acerca (abre este lunes 20 puntos por debajo de ese nivel de “pánico”), pero los analistas no ven señales lo suficientemente fuertes para descomprimir la tensión ni tampoco creen que una devaluación del peso pueda servir como mecanismo para tranquilizar ese frente.

Es más, consideran que una devaluación más bien austera, similar a la que hizo Axel Kicillof a principios de 2014, del tipo de cambio oficial sumaría más presión a la recalentada inercia de los precios, con el consecuente malhumor social, y que la competitividad que ganaría la economía (comparada con sus socios comerciales) sería más que efímera.

El combo de incertidumbre se completa con que, aun después de que la ministra de Economía, Silvina Batakis, dio señales de rigurosidad fiscal, en el mercado desconfían del margen de maniobra que tendrá para llevarlo a cabo en medio de una economía que perdió precios de referencia, sumó torniquetes al cepo al dólar con el desdoblamiento del dólar ahorro y el freno a las importaciones que los empresarios insisten daña a la actividad económica.

Para Elisa Carrió el Presidente podría renunciar

La inflación de julio tiene un piso de 7% y marcará un nuevo máximo en 2022

El consenso revisado de los analistas da cuenta de que la inflación de julio no bajará de 7%, con lo que superará el pico que hasta ahora fue marzo, con 6,7%. Los pronósticos se basan en que la dinámica evidenciada en la primera semana post renuncia de Martín Guzmán se mantuvo durante la segunda semana del mes sobre todo con fuertes remarcaciones en bienes durables, aunque los alimentos también registraron alzas.

Lo que aparece más abierto es el número final de 2022: hay estimaciones que la ven por encima de 80% y otros en el 90%, aunque con riesgos -cada vez más cercanos- de que el IPC anual supere los tres dígitos.

“El fuerte cepo a las importaciones agudiza la recesión y aceleró la inflación. Las empresas prefieren no vender a quedarse con pesos”, sintetizó Fernando Marull, de la consultora FM&A. Sumó que para julio, los regulados subirían “solo 4%, por aumento del boleto en el AMBA, la telefonía, colegios y prepagas”, mientras con los no regulados el IPC llegará a 7% en julio y 70% en el acumulado de los últimos 12 meses, un nuevo máximo desde la hiperinflación de fines de los 80/principios de los 90.

Desde LCG plantearon que la incertidumbre política con que arrancó julio llevó a los dólares financieros a nuevos máximos y generó “aumentos de precios y faltantes de productos en las góndolas”, por lo que “difícilmente la inflación de julio se pueda ubicar por debajo de 7%”.

En el relevamiento semanal de los precios de los alimentos y bebidas, la firma detectó subas de $4 en lo que va de julio, mientras acumula un alza de 6% en las últimas cuatro semanas, con panificados, comidas listas para llevar y lácteos y huevos con las mayores alzas en ese lapso.

“Nuestro escenario para los próximos meses es de una política de aumento de las restricciones para el acceso a divisas, un tipo de cambio que se mueva por detrás de los precios, mayor presión inflacionaria y menor actividad. Todo esto enmarcado dentro de un intento por mantener el acuerdo con el FMI firmado hace apenas 105 días. En caso de que ese sea el plan, pensamos que puede tener “éxito” solo por unos meses. La actividad empezó a mostrar signos de estancamiento y la situación social complica para continuar con el ajuste fiscal requerido para estabilizar las cuentas públicas”, alertaron desde la consultora que dirige Guido Lorenzo.

Desde GMA Capital añaden que “la nominalidad de la primera mitad del año deja una herencia compleja para los meses que quedan hasta diciembre. Y la probabilidad de que la inflación a fin de 2022 sea inferior a 80% se redujo de manera considerable estas últimas dos semanas”.

Apuntaron que las remarcaciones de precios rondaron 30% en rubros clave y los faltantes de mercadería se multiplicaron. “Partiendo de una inflación acumulada de 45,7% en julio (asumimos que la variación del IPC es 7% para este mes), el encarecimiento del costo de vida debería promediar 3% para que el dato anual de diciembre sea inferior a 70%. Bajo el supuesto de 4% mensual, 2022 terminaría con 77% anual, y con 5% por mes, el registro anual quedaría en 86%”, sostuvieron

El mercado espera una devaluación más fuerte del peso: qué impacto tendría en los precios

Por su parte, un trabajo de la consultora PPI plantea que la media móvil de 3 meses continúa muy recalentada: marcó 89,4% para la general (99,9% anterior) y 93,8% para la núcleo (103,5% previo). “No quedan dudas de que hemos entrado en un nuevo régimen inflacionario. Esperamos ver una fuerte aceleración en el nivel de precios en los próximos meses debido a la emisión inédita para financiar el déficit fiscal y sostener la curva de deuda en pesos (2% del PBI en los últimos 45 días)” se resignaron.

“Hay muchos pesos y pocos dólares en el Banco Central y el mercado está descontando mayor probabilidad de un salto discreto del dólar oficial o una brusca aceleración del crawling peg (devaluación por goteo)”, sostienen.

¿Por qué el Gobierno usará todas sus balas para evitar a toda costa un salto discreto del dólar oficial?, se preguntan desde PPI y responden que es básicamente por dos causas:

La inflación, que viaja a un ritmo anualizado de 100%, escalaría fuertemente. Tras el salto discreto de 23% del dólar oficial en enero 2014, los precios se dispararon de 33% anualizado en diciembre 2013 a 64% en febrero 2014. De darse una devaluación abrupta, la nominalidad aceleraría desde un nivel muy superior, conllevando riesgos de espiralización.

Adicionalmente, mientras que en 2014 el passthrough (pase a precios de la devaluación) consumió 72% de la devaluación real a los 6 meses y casi 100% al año, en la actualidad lo haría en un par de meses. La mejora del tipo de cambio real sería muy transitoria.

Fuente: TN