La reunión de la que nadie habló y la excusa que nadie creyó

Se armó tan rápido que tomó por sorpresa a casi todos. Sólo unos pocos alcanzaron a anticipar el miércoles por la mañana, aunque sin demasiadas precisiones, que la Casa de Gobierno iba a ser escenario de un encuentro impensado entre el gobernador Osvaldo Jaldo y los máximos referentes locales de la UCR, integrante del opositor Juntos por el Cambio.

La presencia de Roberto Sánchez, ex intendente de Concepción, actual diputado nacional y presidente de la UCR-Tucumán; Mariano Campero, intendente de Yerba Buena; Sebastián Salazar, jefe municipal de Bella Vista y Alejandro Molinuevo, sucesor de Sánchez en la Perla del Sur, sacudió el escenario político, sobre todo por las especulaciones acerca del trasfondo del encuentro, más allá de la explicación de manual sobre la necesidad de estar unidos ante ña grave crisis que afecta al país y a la provincia.

Tanto fue el hermetismo que  Salazar, se cuidó de hacer cualquier alusión a la reunión durante su visita, ese mismo día, al set de Los Primeros, donde habló como siempre en tono crítico sobre la administración nacional, calurosamente defendida por quien iba a visitar apenas unas horas después.

De un lado al otro

Lo mismo debe haber ocurrido durante el encuentro que sostuvieron más adelante esa mañana el intendente Germán Alfaro con Campero, para avanzar con la eliminación de la cuestionada rotonda de Camino del Perú y avenida Belgrano/Presidente Perón.

Poco después, el jefe municipal de la Ciudad Jardín mostraba la misma sonrisa que exhibió junto a Alfaro, en el despacho de Jaldo e incluso en el Salón Blanco, donde los cuatro posaron prolijamente sentados, después de ponerse a disposición de quien suple a Juan Manzur durante su gestión como Jefe de Gabinete.

¿Por qué se reunieron? Más allá de la consabida explicación que se puede encontrar impresa en la más gastada de las hojas del libro gordo de las excusas políticas, la interpretación más acertada la hizo el periodista Federico Van Mameren en el comentario editorial del programa Panorama Tucumano.

Atinadamente, el momento en el que se refiere al encuentro llega precedido por varias alusiones al 9 de Julio, que si se piensa, aparece como la ocasión ideal para mostrar un gesto de unidad en medio del desbarajuste político y social que agobia a los argentinos. Sin embargo, ese día anduvieron cada uno por su lado, tratando de capitalizar la fecha patria a su manera.

Devolución de "gentilezas"

Ante esa evidencia, cobra fuerza entonces la teoría de Van Mameren, quien sin medias tintas afirma que la visita de los referentes radicales fue una reacción intempestiva a la visita que le hizo el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, a su par de San Miguel de Tucumán.

Acaso hayan sentido que la presencia del referente del PRO pudo opacar la de Gerardo Morales, el gobernador jujeño que el 8 de julio se mostró con ellos en varias ocasiones, e incluso lanzó la precandidatura del diputado Sánchez a la gobernación.

Tal vez les cayó mal la moderación con la que Larreta respondió a la avanzada electoral de Morales, considerando que no era el momento de hablar de candidaturas, dando el mismo argumento con el que ahora el cuarteto radical justificó su encuentro con el gobernador interino.

Lo cierto es que ver a los aliados de Alfaro dentro de la coalición opositora, departiendo con el mandatario que el 25 de Mayo le negó el saludo al intendente capitalino, no habla muy bien de la unidad que, por ciento, fue uno de los puntos en los que coincidieron Morales y Larreta en su paso por la provincia.

¿No habría sido suficiente un comunicado, incluso un video institucional, en el que manifestaran su disposición a contribuir con la gestión de Jaldo, en nombre del bien superior? Y de paso, podría haber sido expuesto hace meses, si se tiene en cuenta que no fue la crisis político-social la que comenzó el 9 de Julio.