Ya casi no se aplica Sputnik y Argentina ya no produce dosis

La vacuna rusa pasó de la épica al ocaso. La última adquisición fue en noviembre pasado y su uso decayó en el país. Richmond puso en pausa la elaboración.
martes 14 de junio de 2022
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El laboratorio argentino que entregaría las dosis de Sputnik V pendientes del contrato oficial con una empresa rusa puso en pausa ese proyecto con la terminación de los últimos 1,4 millones de unidades y se concentra, ahora, en un hub regional para vacunas de distintas plataformas en Pilar con otras compañías. Desde noviembre, el Estado no volvió a solicitar ese producto, con la llegada de las vacunas de Moderna y Pfizer: el país recibió el 68% de los 30 millones de dosis acordadas con Rusia por una ampliación del contrato; más de la mitad fue el primer componente. Para esa fecha, también cae la aplicación de la vacuna rusa.

La última entrega de Laboratorios Richmond al Ministerio de Salud de la Nación ocurrió el 26 de noviembre, de acuerdo con las actas de recepción de vacunas para Covid-19. Fueron 608.000 dosis, entre 455.250 del primer componente y 152.750, del segundo. Desde la empresa, informaron que hoy no se están produciendo dosis con Rusia.

Lejos quedó la épica de los vuelos argentinos a Moscú para buscar vacunas en el inicio de la campaña, en diciembre de 2020,. En febrero pasado, tras el regreso de la comitiva presidencial de Rusia, la cartera sanitaria nacional anunció que suspendía la compra de vacunas a Moscú. Con la autorización de la Anmat para que Richmond comercialice la vacuna, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, anticipó en Casa Rosada sobre el laboratorio local: “Va a tener un rol fundamental en la provisión y la formulación de las vacunas que nos restan llegar para poder distribuirlas no solo en la Argentina, sino también la posibilidad de exportarlas. Estamos trabajando para planificar el cronograma en función de las necesidades de la Argentina”.

Faltaba, también, que el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por su sigla en inglés) terminara de presentar en nombre de la firma Human Vaccines LLC la documentación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) requiere para incorporar un producto a una lista de uso de emergencia tras evaluar sus condiciones de producción. En el caso de Sputnik V, la información estaba incompleta y el proceso no avanzó ya antes de que comenzara la guerra contra Ucrania. Quedar fuera de esa lista de la OMS, impedía el ingreso de argentinos a los países que adhirieron al proceso de evaluación del organismo mundial.

Disponibles

Marcelo Figueiras, presidente de Richmond, señaló que la compañía entregó la cantidad de dosis solicitadas, que hay un stock de seguridad en frío para cuando el Ministerio de Salud decida utilizarlas y que, con Rusia, “hoy no se está produciendo”. Indicó que avanzan también con otras empresas en la nueva planta que la compañía construyó con un fideicomiso de US$85 millones.

“No abandonamos Covid –aclaró el empresario–. El principal objetivo de la planta va a ser la biotecnología, con vacunas de varias plataformas y entre las que van a estar las de Covid, dentro de una gama de productos que se puedan producir ahí. Hoy no se está produciendo [Sputnik], se tiene un stock, se está haciendo transferencia de tecnología y se está trabajando con otras compañías en un hub de vacunas regional multiplataforma.”

Una fuente del sector planteó que la participación en el acuerdo con Rusia no habría sido el esperado en términos de ingresos. “Bajaron los índices de rentabilidad del laboratorio, sobre todo por la falta de poder de negociación”, indicó.

Figueiras, en tanto, definió la intervención de Richmond en la adquisición de vacunas para Covid como “un aporte” y destacó haber sido parte “de la épica”, como así también poder “acudir al mercado de capitales con más de 70 inversores privados y públicos para reunir casi US$100 millones para la construcción de una planta de biotecnología”.

Acuerdos

En las resoluciones para autorizar los pagos al laboratorio que llevan la firma digital de Vizzotti, se detalla que el 28 de septiembre del año pasado, Human Vaccines LLC “cedió parcialmente” el contrato que el Gobierno había suscripto el 9 de diciembre de 2020 con esa firma creada por el RDIF para comercializar Sputnik V. Esa documentación oficial detalla que se firmó un “segundo acuerdo complementario” con Richmond el 30 de septiembre de 2021.

Del lado de la compañía, insistieron en que no existió esa cesión. Se incorporaron adendas para las entregas parciales, que se fueron descontando de los 30 millones de dosis comprometidas por Rusia, con un 50% de cada componente.

¿Qué se recibió finalmente y cómo se utilizó? Si se tiene en cuenta el 100% del total del contrato ampliado, el proveedor entregó el 79% de las dosis del primer componente y algo más de la mitad (58%) de las del segundo componente. La compra de dosis, ya contemplaba los problemas de producción rusos, como se publicó en ese momento. El informe de la Jefatura de Gabinete al Congreso los primeros días de este mes precisa que quedaron sin entregar 9.521.955 dosis.

Un análisis de LNData sobre el uso de Sputnik V en la campaña de vacunación a partir de los datos del registro nacional de vacunación Nomivac indica que, a partir de octubre del año pasado empieza a descender su uso entre todas las vacunas y se prioriza la aplicación de Pfizer y AstraZeneca, vacuna que se estaba utilizando como tercera dosis para los mayores de tres años y las personas inmunocomprometidas que habían recibido el esquema inicial con Sinopharm.

En cambio, a la vez, al mirar la aplicación de la marca rusa según el tipo de dosis, se ve un repunte de su uso solo como adicional o refuerzo, con un pico de 1.000.459 aplicaciones en enero y baja a menos de la mitad al mes siguiente. Desde marzo, se aplicaron poco más de 174.000 dosis, además de 13.688 que se registraron como primera dosis y 16.474 como segunda del esquema inicial.

Mientras que fue la tercera vacuna más aplicada, después de Sinopharm y AstraZeneca, para el esquema inicial (primeras y segundas dosis), es la cuarta en frecuencia como refuerzo, tras Pfizer, AstraZeneca y Moderna.

El mes pasado, cinco fueron las provincias donde más unidades se aplicaron por población: Tucumán, Entre Ríos, Santa Cruz, Mendoza y Misiones. En Formosa, Jujuy, La Pampa y San Luis no se registraron aplicaciones de Sputnik.

Lineamientos y stock

Ante la consulta al Ministerio de Salud de la Nación sobre esa tendencia en el Nomivac al aumento del uso de Moderna y Pfizer por sobre Sputnik V, Sinopharm, y AstraZeneca que coincide con el inicio de la etapa de refuerzos y la ola impulsada por las variantes delta y ómicron en el verano pasado, respondieron: “Nos basamos en los lineamientos publicados”. Sin embargo, ante la repregunta, no especificaron a qué sección de esos lineamientos se referían.

“Hay un stock de seguridad de 1,4 millones de dosis [de Sputnik] a pedido para los planes de refuerzo”, explicó Figueiras. Esas dosis, según continuó, están conservadas en Andreani, que también es operador logístico para la campaña de vacunación nacional. “Si el ministerio las solicita, están disponibles”, agregó. Su fecha de vencimiento es octubre. El Estado las abonará, según dijo el empresario, contra su entrega.

En su respuesta al Senado, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, puso por escrito que la cartera sanitaria nacional estaba haciendo “gestiones” por las dosis pendientes.

“El Ministerio de Salud informa que no considera un refuerzo de vacunación obligado a la ciudadanía y residentes por la no aprobación de la vacuna Sputnik en el orden internacional y, por lo tanto, no es necesario estimar costo”, se precisó. La pregunta era cuánto les había costado a los argentinos tener que recurrir a otras vacunas que superaron la evaluación de la OMS y son aceptadas en la mayoría de los países.

Fuente: La Nación 

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