Esto pasa en el cerebro cuando hablamos con nosotros mismos

Durante el diálogo interno, muchas personas escuchan más voces que la propia. Expertos explican que los monólogos internos son una simulación del habla abierta
lunes 13 de junio de 2022
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Muchas veces, nos planteamos cosas en nuestras cabezas. Hablamos con nosotros mismos, analizamos situaciones, debatimos internamente qué nos conviene y qué no, como si existiesen otras personas dentro nuestro que nos guían en qué hacer y que no. No es para alarmarse, sino que ese diálogo interior es un ejercicio de la mente ligado a la autopercepción, la conciencia y la memoria.

Pero ¿qué le sucede al cerebro cuando hablamos con nosotros mismos? ¿Cómo se da exactamente este diálogo hacia nuestro interior? ¿Cómo es que podemos escuchar estos pensamientos propios? Expertos señalaron en Live Science que “estos monólogos son una simulación del habla abierta”, es decir, que no hay mucha diferencia entre verbalizar y no verbalizar los pensamientos.

En estas discusiones imaginarias pueden intervenir varias voces: la propia y la de cualquier otra persona. Al respecto, Hélène Loevenbruck, investigadora principal de Neurolingüística y jefa del equipo de lenguaje en el Laboratorio de Psicología y Neurocognición del CNRS (instituto nacional de investigación francés) señaló que el cerebro pasa por procesos similares cuando pensamos palabras que cuando hablamos en voz alta.

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“Cuando somos niños, somos esponjas virtuales que absorbemos nueva información desde todos los ángulos. Los niños que juegan solos suelen dialogar en voz alta, por ejemplo, entre un camión de juguete y un animal de peluche. Alrededor de los 5 y 7 años, esa verbalización se mueve hacia adentro”, precisó.

Estudios anteriores han demostrado que el cerebro muestra una actividad similar con el habla interna que con el habla verbalizada. En general, cuando se les pidió a los participantes del estudio que “hablaran” deliberadamente dentro de sus cabezas mientras estaban acostados en una máquina de resonancia magnética (MRI), los científicos pudieron ver que las partes del cerebro que procesan la información auditiva se activaron como si el participante realmente hubiese estado escuchando las palabras.

“Las regiones cerebrales activadas durante el habla interna son bastante similares a las que se activan durante el habla abierta, el habla real”, reiteró la experta. Esas regiones incluyen el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo y el lóbulo parietal, que ayudan a procesar la estimulación externa.

Sin embargo, cuando estás pensando en algo como una discusión ficticia con otra persona, el cerebro va un paso más allá. “Durante esa discusión interna, se están jugando dos roles: tú mismo y la persona con la que estás discutiendo. Cuando juegas tú mismo, los centros auditivos en el lado izquierdo de tu cerebro se activan”, dijo Loevenbruck.

Y añadió: “Cuando cambias internamente los roles para interpretar a la persona con la que estás discutiendo, hay una especie de cambio de activación de la región cerebral hacia el hemisferio derecho, en áreas equivalentes como el lóbulo parietal y el lóbulo frontal. Ver la situación desde una perspectiva diferente, incluso si es una perspectiva que estás elaborando en tu cabeza, cambia qué regiones del cerebro están involucradas”.

Conclusiones de estudios científicos

Los investigadores también han observado este fenómeno cuando se les pidió a los participantes que imaginaran movimiento. “Los bailarines, por ejemplo, usaron una parte diferente de su cerebro para imaginarse a sí mismos bailando en comparación con otra persona bailando”, encontró un estudio publicado en agosto de 2005 en la revista Cerebral Cortex.

“Una cosa es ver que esas regiones del cerebro se activen cuando a una persona se le dice que piense algo, pero se entiende mucho menos lo que sucede en nuestros cerebros cuando dejamos que nuestras mentes divaguen”, dijo Leovenbruck. Y aclaró: “No todos los monólogos interiores son deliberados. A veces, las palabras o las oraciones simplemente aparecen en la cabeza, sin provocación”.

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Para Robert Chávez, neurocientífico de la Universidad de Oregón, este fenómeno podría tener algo que ver con la “red de modo predeterminado (DMN) del cerebro”.

La DMN es una red de áreas en el cerebro que están activas cuando no están involucradas en una tarea específica. Se cree que está vinculada con aspectos del pensamiento interno, como la recuperación de recuerdos, la imaginación del futuro o una sensación de lo que sucede en su cuerpo, como el hambre o la sed.

“La red de modo predeterminado parece estar más activa cuando la mente está divagando. Debido a que la red de modo predeterminado implica la planificación para el futuro a partir de recuerdos, experiencias recientes y asociaciones mentales, se cree que esta combinación de actividades da lugar a un monólogo interno mientras la persona se concentra mejor en su interior”, sostuvo.

Cómo surgen los pensamientos internos

“Se necesita mucha más investigación para comprender cómo surgen espontáneamente los pensamientos internos. Cuando se llevan al extremo, estos pueden volverse disfuncionales, como la rumiación después de un evento incómodo o traumático, o en trastornos mentales como la esquizofrenia, en donde las personas escuchan alucinaciones auditivas”, advirtió Leovenbruck.