Gasoducto Kirchner: cuánto se pierde por cada semana

El documento, que elaboraron técnicos de Enarsa, describe el contexto y da detalles s. El Ejecutivo asegura que se solucionarán parte de los problemas.
lunes 06 de junio de 2022
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Renuncias, demoras y sospechas de licitaciones “arregladas”. En el medio, un ministro echado por Twitter por el presidente Alberto Fernández.

Más allá de la feroz interna en el Gobierno, la salida del gabinete de Matías Kulfas dejó en evidencia los problemas que tiene el Gobierno para poner en marcha la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, una obra que tendría que estar lista para mediados del año que viene, según prometieron, y que ya sufre demoras, además de los serios cuestionamientos. La semana pasada, antes de la salida de Kulfas hubo otra renuncia, la de Antonio Pronsato, el funcionario kirchnerista que estaba a cargo de la obra.

Pronsato, ex interventor del Enargas durante buena parte de los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, fue un funcionario de extrema confianza de Julio de Vido, y referente energético del kirchnerismo. ¿Por qué se fue? No está del todo claro. Si bien tenía buena relación con Agustín Gerez, el joven titular camporista de Energía Argentina (Enarsa), las demoras y algunos “teléfonos descompuestos” en tiempos de licitaciones y el papeleo de una obra urgente, habrían precipitado su rápida salida del proyecto.

“La obra sigue avanzando en los plazos definidos. Quien tiene a su cargo la obra es Enarsa y yo estoy en contacto con Agustín Gerez (director de Enarsa). Hay un cuadro técnico que ha tomado una decisión, pero hay que seguir trabajando en los plazos estipulados, la política energética siempre es a mediano y largo plazo”, dijo el secretario de Energía, Darío Martínez, el martes pasado.

Paper oficial

Infobae accedió a un documento técnico interno de Enarsa. Es de febrero pasado y allí se detalla datos de los caños, el trazado, las urgencias de la obra y hasta cuánto se pierde con cada día de demora de la obra.

El paper oficial se titula ”Informe técnico-ingenieril sobre la adquisición de cañería para la primera etapa del gasoducto presidente Néstor Kirchner” y tiene 39 páginas. Es parte del sistema de documentación electrónica del Gobierno.

 Agustín Gerez, de Enarsa, en el medio. A su izquierda Antonio Pronsato, que renunció esta semana y era el encargado de la obra del gasoducto Kirchner, y a la derecha, Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica
Según lo que se desprende del documento, cada semana de demora en la construcción hace que el Estado tenga que gastar unos USD 30 millones extra importando gas. Muchísimo en tiempo de divisas flacas en el Banco Central.

El mismo hace foco en la llamada “ingeniería básica” del proyecto y otros detalles técnicos de traza, caños y demás aspectos. Según pudo saber este medio, Pronsato y su equipo fueron a todas las distribuidoras, que habían hecho el trabajo en el campo en la gestión de Mauricio Macri, cuando se licitó una parte del trazado (que luego quedó desierta) y se las pidieron. Las empresa cedieron gratis ese trabajo, se hicieron modificaciones y se armó el plan.

“Eso se hizo en febrero de este año. Se les pidió por nota a los transportistas y se consiguió el material. También se le pidió al BICE una planta compresora que estaba en Pichanal, en Salta, que había quedado de la ampliación del Gasoducto del Norte”, describió alguien de la industria que analizó el documento.

“Todo eso permitió ganar seis meses de tiempo, que en una obra de este calibre que tiene que hacerse en poco más de un año, es vital. Pero ese tiempo ya se perdió: al final, no hay caños, no hay nada. Ni el contrato con Techint está. No están las válvulas, tampoco”, destacó la fuente.

El fin de semana, Enarsa aseguró que el mensaje oficial atribuido a Kulfas “carece de conocimiento técnico y más precisamente del proceso licitatorio llevado adelante”. En el sector privado, coinciden. Pero también la empresa estatal admitió demoras en la compra de válvulas, un insumo determinante para el gasoducto. “El proceso licitatorio GNK 02/2022 para la Adquisición de Válvulas aún se encuentra abierto y el mismo será declarado fracasado por parte de Energía Argentina debido a que ninguna de las ofertas recibidas cumplen con los plazos de entrega solicitados”, reconoció. Eso es igual a más demoras pensando en la esperada finalización de la obra gasífera.

“Todo eso permitió ganar seis meses de tiempo, que en una obra de este calibre que tiene que hacerse en poco más de un año, es vital. Pero ese tiempo ya se perdió”
“El Gasoducto Néstor Kirchner Primera Etapa (GNK) pondrá a disposición y en valor, los gases producidos por los productores en la zona de Vaca Muerta (Tratayén), inyectando en su extremo de Salliqueló el gas al sistema de TGS. Éste último sistema (de TGS) tiene una Máxima Presión de Operación de 70 kg/cm², por lo tanto, el nuevo gasoducto deberá operar a una presión mayor para que el gas natural transportado pueda ingresar al sistema de transporte existente”, prometió el documento de Enarsa.

Sobre los caños, uno de los temas centrales de la acusación de Kulfas, detalla:

- “En cuanto a su dimensionamiento para poder transportar el volumen de 40.000.000 m³/d (el cual se alcanzará luego que se le instalen las plantas compresoras a lo largo de su traza) el diámetro de la cañería debe ser de Ø36″ Dn. (36 pulgadas de Diámetro Nominal). Dicho diámetro permite tener un equilibrio técnico económico óptimo del proyecto para las condiciones de borde que se plantean seguidamente”.

- “Las condiciones de contorno que se plantean son la Necesidad y Urgencia que se encuentra explicitada en el DNU N° 76/2022 y entonces este es el mejor diseño y la mejor primera etapa a lograr por todo la antes mencionado en este punto y los anteriores”.

- “Importa enfatizar que se ha calculado el diseño con el diámetro inferior a 36 pulgadas, que se ha calculado en la ingeniería básica y los modelos hidráulicos de despacho, junto con los que nos envió TGS. La disminución del diámetro de la cañería no permite alcanzar el transporte del volumen proyectado en condiciones similares, lo cual implicaría la instalación de cañería en forma de loops para reforzar el sistema y alcanzar el volumen de 40.000.000 m³/d”.

- “De optar por ejemplo de una cañería menor de Ø30″, sería necesario la construcción de dos gasoductos en paralelo para que pueda ser alcanzado el objetivo de los 40.000.000 m³/d”.

- “En virtud de ello, sin entrar en un profundo análisis técnico, es posible advertir que tomando como base un caño de 36″ su equivalente para lograr el mismo objetivo serían dos caños de 30″, lo que implicaría, aproximadamente, duplicar el costo de instalación y cañería, si se pretendiera reducir el diámetro de 36″ a 30″. Esta afirmación, se encuentra en línea con la circunstancia de que la conducción de gases en cañería responde a una ecuación físico matemática que es la ley general de los gases y la misma no es intuitiva ni lineal -lo cual no es opinable en su cálculo”.

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En el apartado, “Necesidad de minimizar los tiempos para la ejecución del proyecto Primera Etapa, en franca dirección de lo que dispuso el DNU N° 76/2022, desde el punto de vista técnico-económico de ingeniería”, se calcula que ese primer tramo podría generar un ahorro de unos USD 803 millones por año.

Lo hace tomando en cuenta un volumen extra de 7.000.000 m³ diarios de gas en invierno y 4.000.000 m³/d en verano.

“Si se toma como referencia estimada de precio de oportunidad de gas de importación, se puede observar en el cuadro que figura a continuación, donde la estimación arroja un ahorro de subsidios de USD 803.000.000 anuales. Nótese, que cuando se sostiene que este cálculo es conservador, si bien se sustenta en una simulación de despacho óptimo de volumen de gas de producción argentina, lo conservador de nuestro análisis está en los valores de precios del gas de importación”, explican.

Claro, el cálculo es pre invasión rusa a Ucrania: USD 8,6 dólares por millón de BTU importados desde Bolivia y USD 16,5 millones de BTU de gas GNL importado y regasificado. Luego de los vaivenes bélicos y a grosso modo, a precios de hoy, esa cifra sería del doble.

O sea, bajo esa premisa, cada semana de demora en la construcción le cuesta al Estado unos USD 30 millones, unos 3.000 por minuto. “Es así, y es un dato conservador”, afirmaron en el sector oil & gas.

“A riesgo de incurrir en una simplificación, nótese que cada día que transcurre, aumenta el costo de oportunidad para esta Primera Etapa, que de por sí es alto. De manera que es preciso que se maximicen los esfuerzos para lograr esta Primera Etapa, cumpliendo con todos los parámetros de los marcos jurídicos vigentes, pero sin perder de vista el objetivo que consiste en el realizar las contrataciones dentro de este marco jurídico con la mayor celeridad y de manera expeditiva, de modo de concretar la realización del proyecto”, aseguró el paper oficial.