Jubileo de Isabel II: con perfil bajo, Harry y Meghan se unieron a la familia real

El evento más importante del día fue la celebración de una misa de Acción de Gracias en la catedral de San Pablo, que reunió a toda la familia real
viernes 03 de junio de 2022
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La familia real británica se reunió el viernes para una misa de Acción de Gracias en la catedral de San Pablo de Londres por los 70 años de reinado de Isabel II, sin la monarca, cansada por el primer día de festejos, pero con Harry y Meghan, que centraron todas las miradas por su primera aparición pública en dos años en el Reino Unido.

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La reina, de 96 años y con crecientes problemas de movilidad, experimentó “un cierto malestar” tras aparecer dos veces de pie ayer en el balcón del Palacio de Buckingham para lanzar los cuatro días de celebraciones por su Jubileo de Platino. Y, según informaron por la tarde fuentes de la familia real, tampoco irá mañana a la carrera de caballos Epsom Derby. En cambio, verá la carrera -uno de sus hobbies preferidos- que forma parte de las celebraciones del Jubileo por televisión en el Castillo de Windsor, dijo el palacio de Buckingham.

Jefa de la Iglesia de Inglaterra y muy religiosa, la monarca decidió no acudir al acto debido al largo trayecto desde el castillo de Windsor, donde reside, hasta la catedral de San Pablo en Londres y por “la actividad necesaria para participar en la misa”, explicó la casa real.

Tampoco fue, por estar contagiado de Covid-19, el príncipe Andrés, de 62 años, considerado “hijo predilecto” de la reina pero alejado de la vida pública a raíz de acusaciones de agresión sexual a una menor en Estados Unidos.

Los que sí aparecieron, por primera vez en público desde hace dos años en el Reino Unido, fueron los duques de Sussex, el príncipe Harry y su esposa, la actriz estadounidense Meghan Markle.

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Entre gritos de júbilo y algún abucheo de la multitud, el nieto de Isabel, de 37 años, llegó vestido de jacket negro y corbata gris, luciendo todas sus condecoraciones, que conserva pese a que desde que en 2020 dejó la monarquía no puede llevar uniforme militar.

Sonriente pero tensa, la exactriz estadounidense, de 40, vestía elegantísima con un abrigo de solapas blanco hueso, color que algunos medios británicos interpretaron como un intento de mostrar “inocencia”, y un sombrero y stilettos de la misma gama.

La pareja sacudió a la monarquía cuando hace dos años decidió irse a vivir a California, desde donde criticaron a la familia real, llegando a acusar de racismo a uno de sus miembros, que no nombraron.

Desde entonces han visto a la reina poco y en privado y su hija menor, Lilibet, que el sábado cumple un año, no conocía hasta ahora a su bisabuela.

El matrimonio viajó a Londres junto a sus dos hijos para las fiestas del Jubileo, pero ayer se mantuvieron alejados de la prensa, por cuya presión afirman haber abandonado el Reino Unido.

Abucheos para Boris Johnson

Distinta fue la recepción para el primer ministro Boris Johnson, quien fue blanco de abucheos cuando llegó a la Catedral de San Pablo, lo que refleja la creciente presión a la que se enfrenta en el cargo.

Mientras Johnson y su esposa Carrie subían la escalinata de la catedral, delante de los principales miembros del Ejército y de la iglesia, miles de seguidores de la realeza comenzaron a abuchear y rechiflar. Algunos de los presentes aplaudieron y comenzaron a vitorear.

Boris Johnson y su esposa Carrie Johnson
Boris Johnson y su esposa Carrie Johnson

Johnson se ha enfrentado a numerosos pedidos de políticos de la oposición, y de algunos de su propio partido, para que renuncie por el escándalo del “partygate”, después de que se reveló que tanto él como los funcionarios de Downing Street infringieron las estrictas normas que su gobierno estableció durante la pandemia.

Se cree que la multa marca la primera vez que se descubre que un líder británico ha infringido la ley mientras estaba en el cargo.

La ceremonia

En el interior de la majestuosa catedral anglicana, asistieron al servicio unas 2000 personas, entre ellos 400 trabajadores sanitarios invitados por sus servicios durante la pandemia, la mayoría de familiares de la soberana, el primer ministro Boris Johnson y numerosos líderes políticos y sociales. También representantes de otras religiones.

Entre las numerosas intervenciones, el arzobispo de York, Stephen Cattell, se dirigió a la reina, asumiendo que seguiría la misa por televisión, y bromeando con su afición por los caballos le agradeció su permanencia “sobre la silla de montar”.

La ceremonia, de casi una hora, dio gracias por la vida y el reinado de la monarca más longeva que jamás haya tenido el Reino Unido.

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Isabel II tenía 25 años cuando en 1952 sucedió a su padre, el rey Jorge VI. Setenta años después, es la única reina que han conocido la mayoría de británicos y la única de la historia en celebrar un “jubileo de platino”.

Debido a sus problemas de salud, una vez más volvió a ser representada el viernes por su hijo mayor Carlos, heredero al trono de 73 años, que poco a poco va asumiendo funciones en una progresiva transición que preocupa dada su baja popularidad en un momento en que la realeza se ve cuestionada.

Iniciadas el jueves con una gran marcha militar, las celebraciones del Jubileo de Platino se prolongarán hasta el domingo con un desfile de música y baile, carreras de caballos, un concierto pop y decenas de miles de pícnics y comidas al aire.

Agencias AFP, AP y Reuters