Dato preocupante: ¿Cuántos lácteos consumen los argentinos?

Sólo 1 de cada 10 ingiere las porciones diarias recomendadas, entre las razones del fenómeno están los cambios de hábitos, mitos y aumentos de precios.
miércoles 01 de junio de 2022
en-la-gondola-varios-factores___j4DEuI7SH_1256x620__2
en-la-gondola-varios-factores___j4DEuI7SH_1256x620__2

Cambio de hábitos. Transición y desplazamiento nutricional. Desinformación. Sobreinformación. "Todo esto sumado produce un combo que se traduce en el bajo consumo de lácteos. Se dejaron los desayunos y meriendas tradicionales con leche, yogur, queso untable y se los reemplazó por gaseosas, jugos, galletitas y snacks. Claro que es preocupante y este panorama repercute en la necesaria ingesta de calcio y hierro".

Representante por Argentina de Red IESVIDAS, Investigación en Estilos de Vida Saludable, la nutricionista Marcela Leal afirma que "estamos atravesados culturalmente por cambios y modas permanentes y la alimentación es una de las principales víctimas, que está relacionada a otras cuestiones de la vida diaria como el sedentarismo y el exceso de pantallas móviles, que también repercuten en la escasa actividad física, y la mala alimentación".

De acuerdo a una encuesta de la consultora Kantar realizada en octubre sobre 1001 personas mayores de 18 años de todo el país, sólo el 10 por ciento de los argentinos consume al día la porción recomendada de lácteos. Según el Ministerio de Salud se deberían ingerir tres porciones de lácteos por día (200 ml de leche, 200 cc de yogur y 30 gramos de queso) para obtener los 1200 mg de calcio que una persona, de cualquier edad, requiere.

Leal, por su experiencia, advierte "mucha desinformación. La gente desconoce lo importante que es el consumo del lácteo. Sólo el 25 por ciento sabe que es un hábito que hay que tener durante toda la vida. El resto está desinformado, o no le interesa el tema, o está influenciado por gente que no conoce al respecto pero habla y aconseja. Hay mucho mito en torno a la leche y los lácteos y uno de los más recurrentes es que la leche es sólo para los chicos. Al punto que a muchos les da vergüenza tomar un vaso de leche o yogur por el temor al qué dirán".

Impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el 1° de junio se celebra el Día Mundial de la Leche, con el fin de apuntar a aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la leche y los productos lácteos en la nutrición y la economía en todo el mundo.

La leche de vaca contiene calorías, proteínas, vitaminas A, B1, B2, B6, B9, E y D, calcio, fósforo, magnesio y potasio. "Su consumo, como el de los lácteos, es considerado fundamental en la alimentación diaria de niños, adolescentes, embarazadas, adultos y adultos mayores, ya que nutre y previenen patologías como la desnutrición, sobrepeso, obesidad y enfermedades no trasmisibles", señala.

"Seguramente el factor económico resulte un aspecto a tener en cuenta a la hora de comprar quesos y yogures. Pero lo que llama la atención es que advertimos la compra de gaseosas, galletitas y snacks, productos nada saludables que tienen precios nada amigables. Desde el ámbito médico hay preocupación porque según estudios realizados en 2019, el 69 por ciento de la población argentina tiene sobrepeso y obesidad", describe.

La especialista también remarca la importancia del "calcio animal y no del vegetal. Es que en el mercado hay distintas opciones que provocan confusión, como por ejemplo las bebidas vegetales, mal llamadas leches vegetales, que no tienen nada que ver con el producto lácteo.Por eso se insiste con que el calcio de vaca tiene mejor biodisponibilidad que el vegetal".

Nutricionista del Hospital Británico, Natalia Antar, en sintonía con Leal, también subraya el desconocimiento y la falta de información a la hora de explicar el porqué de que sólo 1 de cada 10 argentinos consuma la porción recomendada de lácteos: "Lo que vivo a diario en mi consultorio y me preocupa como profesional de la salud es la desinformación con la que llegan a la consulta los pacientes, proveniente por lo general de redes sociales o de fuentes dudosas con falta de sustento científico".

"Las tres porciones al día de lácteos -continúa Antar- no son porque sí, sino que son las recomendadas por la Guía Alimentaria para la Población Argentina (GAPA), que tiene como objetivo fomentar una alimentación saludable. Cada país cuenta con sus propias guías, las cuales son diseñadas de acuerdo a los hábitos alimentarios y problemas nutricionales de su población".

La licenciada pone énfasis en que "las tres porciones son muy importantes en la niñez y adolescencia, en las embarazadas, en los adultos mayores y en las mujeres que atraviesan la menopausia para, en cada caso, ayudar a la formación muscular, cubrir requerimientos especiales y evitar la pérdida de masa ósea. De hecho, en el caso de embarazadas, el organismo demanda cuatro porciones para responder a la exigencia nutricional especial que esa situación nos genera".

Antar hace saber que un alto porcentaje de los 25 pacientes que ve por día le justifican que "no consumen lácteos porque les dijeron que hace mal al colon irritable o por intolerancia a la lactosa". Así es que, por desconocimiento de que existen productos deslactosados o reducidos en lactosa adecuados para esa situación, el consumo de leche se ve reemplazado por mate o alguna otra infusión que justamente resultan muy dañinos.

Procura no renunciar en su intento de inculcarles lácteos a sus pacientes. "Trabajo en el área de sobrepeso y obesidad mórbida, por eso insisto en incluir alimentos como la leche, huevos, legumbres y yogures por ser fuentes de proteínas que producen saciedad y previenen el picoteo, por lo que es esperable que como resultado de su incorporación dentro de un plan de alimentación muy variado se baje de peso", explica.

No es un tema menor los mitos que rodean a la leche y sus derivados. "Es permanente también escuchar que se dejó de consumir lácteos porque les produce alergia y mucosidad. No. En absoluto. No hay evidencia científica al momento que indique que la leche genera mocos. Lo que nos enferma a muchos es la desinformación o nutrirse de mala información... Nuestras defensas se reponen justamente con la ingesta de lácteos y de otros alimentos saludables como las frutas y verduras".

¿Otros mitos?

"Que produce caries. Incorrecto, salvo que le agregues azúcar. Que causa osteoporosis. Incorrecto. Más bien todo lo contrario, ya que el calcio y la vitamina D previenen la osteoporosis. Que puede producir cáncer. No hay sustento científico que lo certifique", enumera.

Para Antar es llamativo que muchos adolescentes "salteen el desayuno y la merienda precisamente cuando el requerimiento, debido al crecimiento, suele aumentar de 1.000 a 1.200 mg de calcio diario. Es cultural también notar que el mate reemplace a la leche, costumbre que provoca pérdidas de incorporación de calcio, vitamina D, proteínas de alto valor biológico".

Sin ejercer una defensa de la leche porque sí, "es un alimento genuino y versátil, que lo podés combinar en un batido, en un postre, en recetas y que, según la variante, dispone de Omega 3, calcio, hierro... En personas mayores con dificultades para ingerir, los productos lácteos pueden cobrar un papel fundamental, ya que son apetecibles, de fácil consumo y masticación y que ayudan a satisfacer sus requerimientos energéticos".

"Es importante hacer hincapié -concluye la nutricionista- en que si la ingesta de calcio o los valores de vitamina D disminuyen, nuestro organismo utiliza el calcio óseo para mantener las concentraciones necesarias para su correcto funcionamiento, lo que disminuye la densidad mineral ósea y debilita los huesos, que serán más susceptibles a sufrir fracturas".

Para Sergio Britos, profesor en la UBA y en la UCA y director del Centro Estudios Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) "el grupo de los lácteos, ya lo venimos advirtiendo en otros relevamientos, es uno de los grandes faltantes que hay en la alimentación, superando el 90 por ciento los hogares. Este indicador forma parte de una brecha negativa y se ha convertido en uno de los principales desafíos a revertir en términos nutricionales".

Cree Britos que "es preocupante la situación porque los lácteos conforman uno de los diferentes grupos de alimentos protectores según la definición de las guías alimentarias, ya que la leche y el yogur reúnen una muy buena calidad nutricional gracias a las características del calcio, las proteínas, la vitamina A y la B2, además de ser un alimento que carece de calorías elevadas. Si se los mira en el contexto de una dieta saludable, los lácteos son responsables de un 25-30 por ciento de la calidad de esa dieta".

"Los yogures -describe Britos- son el ejemplo característico de un alimento fermentado, rico en presencia de bacterias benéficas, que contribuyen en sumar calidad y diversidad a la microbiota, a mejorar la digestibilidad de los nutrientes contenidos u originados en la leche y a la vez ser un buen alimento de calidad nutricional".

¿Por qué cayó tanto el consumo? Para Britos "el factor precios es una de las razones relevantes en términos de la accesibilidad a una buena dieta en general y al consumo adecuado. El costo hoy en día de esos alimentos limita mucho la posibilidad de tener una dieta completa. Por otra parte, el diseño de los programas alimentarios atenta contra la posibilidad de incorporar más lácteos como parte de la oferta. Leche o yogur no son parte habitual de los menúes de los comedores escolares, por eso que hay una importante defección en el armado de esos programas".

Fuente: Clarín 

Convocan a gobernadores para ampliar la Corte a 25 miembros