Muchos por estos días están celebrando Semana Santa, una fecha cristiana por la cual se recuerda la muerte y Resurrección de Jesucristo. Entre sus varias tradiciones, se incluyen algunas restricciones tanto en cosas por hacer, como en cosas para comer por una cuestión simbólica. En ese sentido, muchas personas se preguntan cuáles son los días que no se puede comer carne.

Por qué no se come carne en Semana Santa

La Biblia, libro sagrado para los cristianos, da cuenta de esto tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, donde se relata cómo ayunaron figuras como Moisés o el propio Jesucristo, que pasó cuarenta días en el desierto sin comer según el evangelio de San Mateo.

Históricamente, la Iglesia estableció como precepto la abstinencia de carne para dos días específicos en el año: el Miércoles de Ceniza -que da comienzo a la Cuaresma, tiempo previo a la Semana Santa que dura seis semanas- y el Viernes Santo, cuando se recuerda la muerte de Jesucristo. No obstante, muchos fieles observan este rito todos los días viernes del año.

La abstinencia puntual de comer carne parece estar relacionada con que desde la antigüedad estuvo asociada con banquetes de festejos, todo lo contrario a lo que se conmemora en la Semana Santa. Estos días para los cristianos son jornadas en las que se unen espiritualmente al dolor que Cristo padeció al ser crucificado.

Justamente la crucifixión y muerte de Cristo forman parte central de la liturgia del Viernes Santo, día de dolor y arrepentimiento de los pecados. Recién el Domingo de Pascua​ llega el momento de celebrar ya que se conmemora la resurrección de Jesucristo.

La prohibición de comer carne, sin embargo, comenzó a flexibilizarse en 1966, cuando después de las reformas del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI resaltó en la constitución apostólica Paenitemini que había otras formas de practicar la penitencia, y que la abstinencia de carne podía ser sustituida por la oración y las obras de caridad. Esta línea fue ratificada más tarde en el Código Canónico de 1983 promulgado por al Papa Juan Pablo II.

El Papa Francisco sugirió otros tipos de ayuno, como "apagar la televisión, desconectarnos del celular y renunciar a la crítica inútil".

La Conferencia Episcopal Argentina promulgó el 19 de marzo de 1986 la siguiente legislación complementaria: “Se retiene la práctica penitencial tradicional de los viernes del año consistente en la abstinencia de carnes; pero puede ser sustituida, según libre voluntad de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas: abstinencia de bebidas alcohólicas, o una obra de piedad, o una obra de misericordia”.