La crecida del río Bermejo agravó la emergencia en Salta y Chaco, donde ya se registraban inundaciones por el desborde del Pilcomayo. Más de diez comunidades, incluyendo Larguero, Las Vertientes y El Chañaral, quedaron aisladas, sin luz ni agua potable, con accesos terrestres cortados y ayuda limitada a operativos aéreos. En Rivadavia Banda Sur, familias wichis permanecen atrapadas en viviendas anegadas.

La situación se complicó tras una semana sin asistencia en algunas zonas, según denunciaron líderes locales. El gobierno provincial intenta responder con distribución de alimentos vía helicópteros, mientras SAMEEP trabaja para potabilizar agua en la planta de El Pintado (Chaco). Las pérdidas incluyen cientos de animales de granja y daños estructurales en viviendas precarias.

Las lluvias persistentes en la cuenca alta de ambos ríos explican el desborde simultáneo, que ha superado los niveles históricos en la región. Mientras organizaciones reclaman más apoyo estatal, las autoridades advierten que la crisis podría extenderse si continúan las precipitaciones en la zona .